"Nada dura para siempre. Ni el helado, ni las películas, ni lo feo, ni lo lindo, ni las hojas de los árboles, ni mamá. Pero yo voy a estar en tu corazón hasta que vos tampoco dures para siempre pero estés en otros corazones, y así nada muere, nunca. Y algo sigue, siempre".
María supo que se iba a morir porque se lo dijo su marido. "Te vas a morir", le dijo, después de que le sacaran los ovarios y el útero, y los médicos no dieran demasiadas esperanzas. Ella ya lo sabía. Entonces, mientras se preparaban para asumir, para ordenar, para pensar qué pasaría el día después, María empezó a escribir en su cuenta de Twitter. Contó lo que le estaba pasando, se rió, ironizó, maldijo, y pidió por favor que no le dijeran más que iba a estar todo bien. Basta.
¿Cómo se despide uno de alguien que va a morir en breve, pero que está despierto, hace chistes, insulta, se ríe? ¿Cómo se hace para, a pesar de ver el cuerpo derrotado, dar ese último abrazo? ¿Cómo se le explica al niño que ya se acostumbró a ver a su mamá en ese lugar frío pero a esta altura amigable, con esa cama con poderes que sube y baja con solo apretar botones, que no iba a volver a verla?
En el día a día desde la cama del hospital María -Marie, como le decían- decidió que escribiría un cuaderno para su hijo Nippur, de tres años. Quería que la conociera y esa sería su forma de estar siempre presente. Poco tiempo después de morir El cuaderno de Nippur llegó a las librerías y este martes Netflix estrenó la película El cuaderno de Tomy, basada en la historia de Marie.
"En su ley, con una sonrisa y el puño apretado, Marie acaba de morir". Con un tuit desde la cuenta de Marie, su marido, Sebastián, publicó el 21 de abril de 2015 ese mensaje. Antes se había ocupado de responder mensajes, cientos de mensajes de personas que seguían cada día la historia a través de Twitter.
En su ley, con una sonrisa y el puño apretado, Marie acaba de morir.
— María Marie (@kireinatatemono) April 21, 2015
Y antes, mucho antes, se había ocupado de algo mucho más importante. Que Marie tuviera una muerte digna. Sin más dolor. Que parara de sufrir. En ese camino se topó con médicos y enfermeros comprensivos, colaboradores. Y de los otros. Esa pelea de Sebastián junto a las amigas de Marie -firmes con el hombro dispuesto y la piña pronta para callar a los graciosos de las redes sociales- dio finalmente resultado y pudo irse en paz. Antes durmió abrazada a Nippur.
"Las soldadas", como las llama Sebastián, "una docena de pelotudas geniales" que nunca dejaron de estar ahí, crearon el "tumor negro", que Marie no dejó que desapareciera. Era reirse de todo, poder verse en la oscuridad más oscura y reir. ¿Qué más? Así fue como Marie y las soldadas armaron la fiesta de despedida. Una lista de Spotify, una foto de Marie en bikini para que fuera sobre el cajón. "Fueron siete meses de surrealismo en un clima de joda que generaba ella y que los demás nos teníamos que ir turnando para salir un rato, llorar como hijos de puta, secarnos las lágrimas y volver a seguir riéndonos con ella", contó Sebastián en una charla TED ante cientos de jóvenes.
Esta Marie está reflejada en la película. Lo dicen sus amigas. Lo dice la actriz que le puso el cuerpo, Valeria Bertuccelli. "Yo sentí una gran responsabilidad. Más allá de la interpretación y de todo lo físico que había que hacer, lo que más me preocupaba era no traicionar el espíritu de Marie. Todos sabíamos que ella había sido muy fuerte y que nunca había llorado, por ejemplo. Y en ese sentido yo fui muy fiel a su conducta. Además lo que me emparentaba con ella y me obligaba a ser aún más fidedigna era que éramos contemporáneas. Cuando leí El cuaderno de Nippur descubrí que la música que ella escuchaba era la misma que hoy escucho yo. Me sentí muy cercana a ella y eso me dio una mayor responsabilidad", dijo en entrevista con La Nación.
Como lo dijo Sebastián, Marie se murió haciendo lo que quiso. No quería morirse, pero ya que iba a pasar, que no fuera una tragedia. Y su esencia está grabada en uno de los mensajes a su hijo. "Amá, paseá, leé, mirá, escuchá, tocá alguna música, dibujá, estudiá, trabajá, viajá, consumí con moderación, perseguí, abandoná, escuchá a tu papá, renegá, obedecé, comé, llevá saquito. Bah, hacé lo que se te cante el culo".
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