El empedrado camino de los blancos para definir la fórmula

Si bien todos los sectores blancos coinciden en que no deben, ni pueden, demorarse con la elección de la persona que acompañará a quien resulte electo candidato único, hay matices sobre el tiempo que debe llevar esa discusión y cómo plantearla. El principal motivo para que existan diferencias es el propio desarrollo de la interna nacionalista a lo largo de estos meses. En general, los blancos están acostumbrados a que sus internas terminen siendo un mano a mano pese a que suelen haber más de dos competidores. Sin embargo, en esta oportunidad el panorama es confuso por la irrupción del empresario Juan Sartori y su crecimiento en la intención de voto. Por este motivo parece poco probable es que el mismo 30 de junio el Partido Nacional pueda pegar primero con la presentación de sus candidatos para octubre. 

“La noche esa (la del 30 de junio) ya deben empezar conversaciones. Hay que esperar también la proclamación de convencionales, dar un tiempo prudencial. No que la fórmula esté en la misma noche, pero va a ser algo relativamente rápido”, dijo a El Observador Beatriz Argimón, presidenta del Directorio del Partido Nacional. Para Argimón, hay que esperar a que la Corte Electoral dé los resultados definitivos porque “cuánto vote el primero” cuenta, al igual que los votos que logren quienes queden en segundo, tercer, cuarto y quinto lugar.

“Hay que esperar la noche del 30 y ver las diferencias entre los distintos sectores. La interna marca las preferencias y en qué grado sos o no el favorito. No hay nada claro. Lo que sí, la interna marca muchas cosas no solo el que gana. No se le puede dar la espalda a quienes votaron por los que salieron segundo, tercero, cuarto o quinto”, agregó.

Su visión sobre cómo concebir la fórmula para octubre está alienada con la del precandidato Luis Lacalle Pou. Para el líder del sector Todos, a partir del 30 de noche tiene que quedar “el camino armado para que en pocos días se esté conformando la fórmula”. Durante una rueda de prensa en Salto, Lacalle Pou dijo este sábado que “es muy difícil hacer cálculos hoy, porque no se sabe quién sale primero o segundo”.

En ese sentido, el precandidato marcó una diferencia con las elecciones internas pasadas, en las que ganara quien ganara se sabía que eran dos los candidatos que pujaban por el primer y segundo lugar.

Aunque Lacalle Pou sigue siendo el favorito según todas las encuestas, en el sector de Sartori están convencidos de que el crecimiento del empresario terminará con su victoria. Por ese motivo, en su comando ya se maneja que de ganar, ese mismo 30 de noche le ofrecerán la vicepresidencia a quien salga segundo.

“Tenemos clarísimo que vamos a ganar y es un tema que se resuelve en función de la votación. Al primero que vamos a invitar es al que salga segundo, es lo lógico. Pero hay que definirlo una vez que estén los resultados. Eso está todo escrito, no hay que inventar nada. Generalmente se invita al segundo, es lo que se estila. Es lo que corresponde constitucionalmente”, aseguró a El Observador el dirigente Óscar Costa, director de campaña de Sartori.

Sin embargo, la Constitución no establece en ninguno de sus artículos que la fórmula presidencial se concretará entre ganador y el segundo de la interna. Lo que sí está establecido por ley es que la Convención Nacional de cada uno sea quien vote las fórmulas presidenciales.

Entre Lacalle Pou y Sartori hubo un ida y vuelta en abril por este tema. Durante una entrevista con Diario de Campaña de Nuevo Siglo TV, el líder del sector Todos opinó que ni el empresario ni la senadora Verónica Alonso –quien se sumó a las filas del millonario y bajó su precandidatura- reúnen las condiciones necesarias para ocupar ese cargo.

“El candidato a vicepresidente en la elección que viene tiene que reunir dos condiciones: Ser buen candidato o candidata y ser buen vicepresidente”, dijo y agregó: “(Va a necesitar) mucha yerba, mucha paciencia, muy buen humor, capacidad negociadora, conocimiento del Parlamento, conocimiento de los textos legales del ordenamiento jurídico”.

Casi de inmediato, Sartori respondió y afirmó que "Lacalle Pou sería un excelente vicepresidente”. “A mí no me gusta andar repartiendo cargos antes de haber ganado una elección. Pero si me preguntan, un vicepresidente debería tener muchísima experiencia en lo legislativo, conocer cada rincón del Palacio Legislativo, tener un apellido ilustre del partido, quizás Luis Lacalle Pou sería un excelente vicepresidente. Es un compañero del partido que creo muy capaz y que hay cantidad de lugares en el partido en el cual sería muy pero muy útil”, dijo al ser consultado por Subrayado.

El líder de Alianza Nacional, Jorge Larrañaga está convencido de que “el que gana, gana” y por ende quien obtenga el mayor porcentaje de votos tiene que ser el candidato único del partido. Sin embargo, ha dicho más de una vez que debe ser la Convención Nacional la que conforme la fórmula. Por ende, para Larrañaga quienes tienen la última palabra sobre el candidato a vicepresidente son los convencionales, que serán votados el 30 de junio junto con el candidato a presidente.

En tanto, la estrategia de Mejor País, más conocido como el grupo de intendentes, es algo diferente al resto. La agrupación definió hace algunas semanas proponer al intendente de Tacuarembó, Eber Da Rosa, como candidato a vicepresidente.

Ese será el paso que darán si el precandidato del grupo, Enrique Antía, no gana la interna nacionalista, lo cual parece probable en función de la intención de voto que exhiben las encuestas.  “La figura de uno de los fundadores del grupo resultará fundamental para completar la ecuación que llevará al Partido Nacional al gobierno en noviembre de este año”, indicó la agrupación en un comunicado luego de una reunión en la que se definió tomar ese camino. La decisión será comunicada oficialmente antes de la Convención blanca que se realizará luego de las elecciones internas.

Esa Convención será la que terminará definiendo con qué fórmula competirá el Partido Nacional en las elecciones nacionales. Lo que sí coinciden en la mayoría de los sectores es que cómo se dé la discusión será una muestra de si la unidad por la que tanto abogan se logró o no consolidar.