Hace dos meses, tras un ascenso vertiginoso, el precio del maple con 30 huevos llegó a $ 350, un valor muy superior al que es habitual. Luego, durante las últimas semanas, fue descendiendo y en algunos casos llegó a un piso menor a la mitad de aquel registro, hasta $ 150 por maple.
En la actualidad existe un amplio abanico de precios, con base en dónde se los adquiera y en el tamaño del producto, pero lo más frecuente es tener que pagar entorno a los $ 250 por maple, pero hay varios casos de ofertas que están por debajo de los $ 200, dos de ellas, por ejemplo, en el Mercado Agrícola Montevideo (MAM).
El motivo concreto de la última gran suba fue el factor climático. Las altas temperaturas que hubo en la primera parte de enero generaron una relevante mortandad de gallinas ponedoras. Desde el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) se señaló que fueron en el entorno de 400 mil las muertes. Eso generó una inmediata restricción en la oferta y el ascenso del precio de un producto muy importante en la cocina hogareña y en la actividad alimenticia de muchas empresas.
Ahora, varios meses después de aquella adversidad puntual, la producción está en su ritmo habitual y el escenario de oferta y demanda ambienta un valor más próximo a los registros que son habituales cuando no hay alzas o bajas excepcionales.
Mathías Weil, productor de huevos, precisó a El Observador que en Uruguay el precio de este producto depende de tres factores fundamentales.
Uno es el valor del dólar, ya que casi todos los insumos para la producción de huevos se compran en esa moneda, mientras que el producto se comercializa en pesos y con esos pesos se pagan diversos costos.
Otro es el costo creciente de las materias primas, ya sean granos, vitaminas o calcio, por mencionar algunas de las más relevantes.
El tercer factor, para este productor el más relevante a la hora de pensar en mantener una línea en el costo del maple de huevos, es lo que llamó como “la famosa ley de oferta y demanda”.
Según explicó, la situación actual es “la de casi siempre, vivimos en un país donde hay más gallinas que personas y lamentablemente casi la mitad de ellas están fuera del radar del ministerio, o sea en negro”.
Al respecto añadió: “Esto provoca que no se compita con las mismas reglas, aparte de los peligros sanitarios que esto supone, cuando hay productores que en costos de empresa se les exige el 100%, frente a otros que ni si quiera existen”.
Esa realidad, dijo, hace que lo habitual sea que el mercado esté sobre producido, “sin contar que más de un productor no cría con responsabilidad, cuando en vez de bajar su propio número de aves –frente a una realidad que cada vez muestra menor venta en general– lo aumenta, lo que perjudica drásticamente a todo el sector en general”.
La demanda del mercado interno, con leves oscilaciones en más o en menos, normalmente se mantiene estabilizada, por lo tanto no explica los extremos de precios que a veces se aprecian, con maples de 30 huevos por encima de los $ 300 o por debajo de los $ 160, detalló.
Puede incidir, coyunturalmente, algo que altere esa realidad, como cuando en el último verano calores excesivos provocaron la alta mortalidad mencionada.
Weil entiende que sí puede estar incidiendo en la actualidad un factor adicional, un menor poder adquisitivo de parte del mercado consumidor.
En ese escenario, explicó, hoy el costo de fabricar un maple de huevos es de aproximadamente $180, pero a eso hay que añadirle por ejemplo los costos de packing, distribución y venta, entre otros, por lo tanto lo normal es que un maple de huevo debiera llegar al consumidor a más de $ 250.
Enseguida aclaró que esos números varían con base en la realidad de cada empresa productora, pero también considerando lo que le cargue al precio quien vende directamente al consumidor final tras recibirlo del productor.
Sobre eso mencionó: “Me ha tocado llamar a más de un cliente para pedir explicaciones sobre por qué le recargaban en algunos casos hasta $120 por maple sobre su precio de compra”.
Weil pidió aclarar que cuando el precio de los huevos está en valores elevados “la fácil es caerle a los productores, ¿pero quién se encarga de supervisar lo que se le paga al productor por su mercadería contra los porcentajes que se le recargan al huevo?”.
Sobre el tema costos, este productor señaló que a la vez que el precio de los huevos salvo excepciones como la señalada se ha mantenido en ciertos niveles, los costos de producción se han disparado notoriamente: “Se han duplicado”.
Mencionó como ejemplos que hace menos de tres años la tonelada de maíz (participa en un 70% en la dieta de las aves ponedoras) costaba US$ 160 en plena zafra y que en 2022 se llegó a pagar US$ 340, o que la soja se compraba hace tres años a menos de US$ 390 la tonelada en zafra y ahora se pagó a más de US$ 600.
Agregó que también se ha dado una suba reciente y muy pronunciada en otros insumos que son además importados, como las vitaminas y las vacunas, y por si fuera poco hubo subas en el gasoil, en los maples, en el film y costos de imprenta, entre otros costos que han subido.
En ese escenario, de costos productivos notoriamente al alza, Weil cuestionó que se esté dando un escenario de valores a la baja y con extremos de ofertas de maples por $160; “la única explicación es que el huevo este sobre producido”, concluyó.
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