Este lunes las autoridades del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) decidieron declarar el estado de emergencia avícola para todos los departamentos del país, considerando las masivas muertes de aves que sucedieron en los últimos días, a causa de la ola de calor.
Esta medida surgió en el marco de una reunión del ministerio con el Comité de Emergencia Agropecuaria.
Nicolás Chiesa, titular de la Dirección General de la Granja del MGAP, informó eso a El Observador y destacó que si bien no ha terminado el recuento de los daños, hasta este lunes los productores habían declarado 200 mil muertes.
Según se ha evaluado, la mayor cantidad de muertes se produjo en la categoría gallinas ponedoras. En algunas granjas las pérdidas de estos animales de producción de huevo alcanzan al 50%, indicó.
En el caso de las aves con destino a producción de carne, las pérdidas son muy menores, de entre el 1 y el 5% en algunos establecimientos.
La diferencia en la magnitud del daño se dio porque las gallinas ponedoras son más resistentes al calor y los productores habitualmente disponen de menores recaudos en cuanto a la ventilación, el acceso al agua fría, el sobre techo y la regulación de las cargas en las jaulas, explicó.
“El productor no estaba preparado para que esto ocurriera”, resaltó.
En las últimas horas Chiesa recorrió varios establecimientos en Canelones y, según contó, las pérdidas "son graves".
Ayer en la tarde salimos con @nchiesa y el colega Pablo González de la @IdCanelones de recorrida por productores avícolas afectados por la ola de calor de estos últimos días. Enorme tristeza ver los estragos, gran mortandad de gallinas ponedoras en plena producción. Sigue hilo. pic.twitter.com/q0KLmwjHBK
— Ing.Agr.NataliaMartinez (@IngAgrNataliaM1) January 16, 2022
Sobre las aves de producción de carne, indicó que como se han dado pérdidas en el pasado, los productores se prepararon mejor para la ocurrencia de estas adversidades.
“La situación es grave, algunos productores coinciden en que nunca se vio algo así”, comentó Chiesa, y detalló que las pérdidas monetarias son grandes, teniendo en cuenta que cada ave en producción se valoriza actualmente entre US$ 5 y US$ 7.
“Son entre US$ 60 mil y US$ 70 mil de pérdidas en algunos casos. Fue grande, marcó un antes y un después en la producción de huevos”, añadió.
A partir de que se declare oficialmente la emergencia, una vez que el ministro Fernando Mattos firme el documento, los productores avícolas podrán acceder a ayudas financieras, como créditos subsidiados, para recomponer su matriz productiva.
Tras la pérdida masiva de animales se prevé que disminuya la producción de huevos y, por consiguiente, por un lado haya un faltante de pollitos bebé para la producción de carne y que haya menos huevos para consumo en la sociedad, por lo tanto se espera aumenten los precios.
En el caso de la carne aviar, Chiesa sostuvo que no se esperan grandes problemas porque la industria tiene un alto stock “y puede regular el momento de faena o faenar pollos más chicos, por lo que tienen un margen mayor de acción”.
El director de Desarrollo Rural, Carlos Rydström, por su parte indicó que para el sector es compleja esta situación porque “hay una importante informalidad”. Según destacó, muchos productores de huevos no cuentan con declaración de Dicose para sus gallinas, lo que hace más difícil contabilizar las pérdidas. Por este tema, en la reunión estuvieron presentes representantes de Sanidad Avícola de la Dirección de Servicios Ganaderos del MGAP.
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