Leonardo Carreño

El mes después del GACH: Whatsapp, encuentros y "el vicio" de seguir arriba de los números

El 31 de julio Ernesto Mordecki envió por mail el último informe diario, pero los exintegrantes del GACH comparten trabajos y departen sobre los temas de la pandemia

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15 de agosto de 2021 a las 05:00

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Hace un mes, cuando el Sodre apagó la luz el 8 de julio, se dio por finalizado el trabajo del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) que durante 14 meses debió de seguir con lupa la trayectoria de una pandemia sin precedentes para transmitir sus recomendaciones al presidente Luis Lacalle Pou. Ese camino, que surgió por recomendación del presidente del Banco de Previsión Social, Hugo Odizzio, significó más de 90 informes, cientos de horas de trabajo, decenas de reuniones y, sin duda, el relegar metas y objetivos de los 55 integrantes. A pesar de ello, el coordinador del grupo Rafael Radi dijo que estaban "a disposición" y que quedaba instalado un "teléfono rojo" ante cualquier eventualidad. Las cifras acompañan y el exhaustivo trabajo del equipo del Instituto Pasteur sobre los potenciales casos de variante Delta hace parecer que la pandemia en Uruguay está controlada. 

Pese a ya no hacer más recomendaciones, el antes y el después del GACH, en cuanto a las labores de los científicos, no lo fue tanto, más allá de haberle dado una bocanada de aire a sus integrantes luego de tanta exigencia. "Estamos en contacto desde antes del GACH, durante el GACH y después del GACH", dijo Álvaro Galiana, director del Hospital Pediátrico del Pereira Rossell y exintegrante del sector de Pediatría del grupo asesor. 

Los participantes del GACH podrían dividirse en dos grupos: los especialistas, que aportaban cada uno desde su área para un abordaje integral, y los encargados de los datos, muchos de ellos matemáticos, que miraban día a día las proyecciones y generaban modelos para poder predecir el impacto que tendría la epidemia. Ahora la situación es diferente. La mayoría de los especialistas volvieron totalmente a su rutina diaria, aunque mantienen contacto entre ellos y “conversan”. “Lo continuamos siguiendo todos, pero más informal. Con muchos de ellos me veo a diario. La discusión científica sigue”, sintetizó el nefrólogo Óscar Noboa, parte del equipo de intensivistas y de especialistas del GACH.

Los grupos de WhatsApp son un clásico. Pero también las conversaciones de pasillo y las sesiones de la Academia Nacional de Medicina de la que muchos forman parte, incluido el coordinador Henry Cohen. Pese a eso, los encargados del trabajo de datos siguen monitoreando la información, los matemáticos siguen mirando los números, los virólogos continúan analizando el desarrollo de la pandemia y los infectólogos analizan qué puede llegar a pasar en el futuro.

“Yo me he reunido con la gente de pediatría, pero es difícil decirlo porque nos vemos todos los días en el Hospital Pereira Rossell, entonces no es que nos reunamos oficialmente. Nos vemos. En este país somos cuatro”, resumió Galiana. Los que no están en la Academia Nacional de Medicina, están en la Comisión Nacional de Vacunas ad hoc o comparten en el ámbito universitario o laboral. La relación es de cercanía y están a un llamado de volver a estar a disposición.

Un llamado que podría ser un mail, porque así es como se dan los intercambios entre los 55 integrantes del GACH que, pese a su disolución, no cesa. En esa cadena comparten noticias científicas que pueden llegar a ser de interés y hasta el 31 de julio todos recibían un informe diario del doctor en Matemática Ernesto Mordecki. Los documentos rondaban las 30 páginas y trataba los siguientes ejes: fallecidos y cálculos de letalidad, incidencia, índice P7, ocupación de camas de CTI, números de reproducción, trabajadores de la salud, indicadores OMS, movilidad, tests y positividad, velocidad y aceleración y la situación particular de cada departamento.

Es como el vicio, estuvimos en un año y medio mirando y seguimos mirando. Capaz no modelamos tanto como antes, pero sí”, dijo María Inés Fariello, parte del grupo Coordinador Principal del Área de Modelos y Ciencia de Datos.

"No hay un monitoreo formal, (pero lo hacemos) como ciudadanos preocupados. Seguimos mirando indicadores y mirando un poco los casos diarios y comentando entre nosotros los del grupo coordinador de datos, pero como la cosa aflojó todos aflojamos un poco", expresó el matemático Andrés Ferragut.

Además varios integrantes de esta área del GACH participan del Grupo Uruguayo Interdisciplinario de Análisis de Datos (GUIAD), donde aún publican datos abiertos. “Nos interesa en particular estar atentos a que no vuelvan a subir los casos graves”, expresó Ferragut.

El también matemático Marcelo Fiori contó que “esos datos los utiliza la Universidad y algunas empresas privadas para ver qué abrir y qué no”. “Muchos de nosotros somos amigos y nos seguimos comentando cosas”, acotó. Por eso, se embarcaron juntos en proyectos para seguir de cerca el desarrollo del covid-19 más allá del fin del GACH.

Por un lado, los jueves hay una reunión fija a la que concurren -vía Zoom- Mordecki, Nicolás Wschebor (físico y parte del área de Modelos y Proyecciones del GACH), Fiori, Gonzalo Bello (virólogo uruguayo que reside en Brasil y colaboró con el GACH en varias oportunidades) y recientemente se sumó Ferragut (parte del grupo coordinador principal del área de Modelos y Ciencia de Datos). Esta reunión, que se viene llevando adelante desde el mes de marzo, tenía como finalidad presentar informes para el GACH, e incluso el coordinador Fernando Paganini citó uno de los que medía la relación entre la tasa de reproducción del virus y la movilidad en el homenaje al grupo en el Sodre.

En ese informe había comparaciones de Uruguay con Chile e Israel, pero, a efectos de utilizarse acá, estaba particularmente centrado en nuestra situación. Actualmente están incorporando datos de otros países y pretenden incluir más elementos al análisis. La intención del grupo es que se publique, pero dependerá de los resultados que tenga la investigación, que aún es preliminar.

Ferragut está trabajando en una investigación sobre la influencia de la movilidad en la tasa de contagios y el gran desacople que tuvieron los países que vacunaron rápidamente, como lo hizo Uruguay. Especialmente apunta a los que lo hicieron con Sinovac, como por ejemplo Bahréin, Chile y Mongolia.

Fariello, entre otras cosas, está dedicada a estudiar cómo explotan los contagios cuando se pierde el rastreo de los contactos. También pretende ver cómo la vacunación afecta este panorama.

Los coordinadores fueron homenajeados por el Rotary Club

Este martes, los coordinadores Rafael Radi, Henry Cohen y Fernando Paganini, fueron homenajeados por el Rotary Club del Uruguay, y a través de ellos, a todos los científicos del GACH. En ese contexto, Radi dijo que prefería no opinar sobre la Noche de la Nostalgia, porque no conocía los protocolos. Aunque sostuvo que imagina “que se van a tomar todas las medidas para minimizar interacciones humanas no deseadas”. “Sin duda es una situación desafiante, habrá que trabajar con mucho protocolo y cada uno saber que el aumento de las interacciones aumenta la posibilidad de contagio”.

El "hijo" del Guiad

A 15 días del homenaje en el Sodre, varios integrantes del equipo de datos del grupo asesor y del Guiad presentaron el Centro Interdisciplinario de Ciencia de Datos y Aprendizaje Automático (Cicada) al que llamaron “el hijo del Guiad”, y a partir del que seguirán monitoreando datos de la pandemia. “La idea es tener un centro de referencia dentro de la universidad y tratar de armar más cursos y disciplinas. Ahora estamos preparando un curso más básico sobre el ABC del aprendizaje automático. La idea es seguir trabajando con la pandemia y más temas”, contó Fariello.

El centro está bajo la órbita de la Universidad de la República y los fondos los otorga el Espacio Interdisciplinario de la universidad. El espacio apunta a que se formen diversos programas y, dependiendo del tamaño, se definen los fondos. Hay tres esquemas, los exintegrantes del GACH solicitaron el más grande y les fue otorgado.

“Hicimos un seminario de lanzamiento hace poquito y después vamos a tener un seminario mensual donde cada una de las áreas. Vamos a ir mostrando lo que estuvimos haciendo”, desarrolló la coordinadora.

Los exintegrantes del GACH ya no pueden acceder a los datos confidenciales del Ministerio de Salud

Desde hace aproximadamente tres semanas los exintegrantes del GACH ya no tienen acceso a los datos confidenciales del Ministerio de Salud Pública. Así, las proyecciones o investigaciones que realizan las hacen con base en los datos públicos a los que puede acceder cualquier ciudadano.
Para sus diferentes trabajos deben hacer pedidos de acceso a la información pública a la cartera de salud. Aunque, aclaran los consultados que señalaron este punto, esos datos privados no podían ser publicados en papers académicos u otros porque podían vulnerar la intimidad de la población. De todas formas, tampoco cuentan con ellos para un monitoreo particular (es decir, sin publicar) de la situación.
Consultado a propósito de esto, el subsecretario de Salud, José Luis Satdjian, dijo a El Observador que decidieron “de mutuo acuerdo que esa información no fluyera diariamente, que era el envío que hacía el Ministerio de Salud Pública”. “Sí quedamos en línea con ellos para que eventualmente si necesitan esa información para un análisis puntual o si el ministerio solicita algún asesoramiento o estudio particular sobre la evolución de la pandemia, se pueda realizar. Pero acordamos que como el grupo no iba a seguir funcionando como se venía haciendo, no continuar la periodicidad de la información”, aseguró, refiriéndose al acuerdo que tienen con los coordinadores. 
En su momento, apuntó otro integrante del grupo asesor, llevó mucho tiempo convenir con el ministerio qué datos se les podían dar y con qué frecuencia. Luego, lograron acordar y por eso estima que si suena el teléfono rojo y es necesario que vuelvan a hacer determinados tipos de análisis, el proceso para acceder a ellos sea más ágil.

El reencuentro del GACH

Si bien el vínculo entre todos los integrantes del GACH es a través de una cadena de mails, después cuentan con varios subgrupos de WhatsApp donde se comparten diferentes noticias y conversan sobre algún dato particular. Los que se encuentran para tener un intercambio más fluido -ya sea los de “el grupo de los jueves” o los integrantes del Cicada-, tienden a hacerlo por Zoom. “Como la enseñanza sigue virtual en la universidad este semestre, nosotros todavía nos cuesta decir 'juntémonos y hagamos seminarios presenciales'. Aparte somos muchos de muchos servicios diferentes, lo virtual facilita bastante”, explicó Fariello sobre el trabajo en el centro interdisciplinario.

Fariello y Ferragut celebran que “por suerte, ahora no hay mucha cosa para comentar”, pero el grupo que comparten con Fernando Paganini sigue activo con “algún comentario con los números de cada semana” o “algún departamento puntual que se atrasa en los reportes”.

Los coordinadores hablan con todos y parecen ser asiduos del WhatsApp. Con muchos por amistad -y también por defecto profesional- siguen pasándose mensajes por lo menos semanalmente. “Con Radi porque nos conocemos hace muchos años y a veces hablamos”, contó Galiana. “Yo con Cohen estoy en la Academia Nacional de Medicina y participa igual que todos. Somos amigos, entonces si sale algo alguien manda un WhatsApp”, agregó Noboa, quien comparte la misma situación que Guido Berro, médico legista del GACH.+

La tríada Whatsapp-Mail-Zoom caracterizó el trabajo del GACH durante una pandemia que instaló como principal premisa el “reducir los contactos”. Los espacios de presencialidad fueron mínimos y el más visible fue su conclusión: el homenaje en el Sodre que se realizó bajo un estricto protocolo y que no dejó de dar una imagen de anormalidad donde los barbijos tapaban las caras de los homenajeados y se sentaban lejos los unos de los otros.

¿Habrá un reencuentro presencial del GACH? Arturo Briva, intensivista y parte del grupo asesor aseguró que “está prometido”. A pocos días de la ceremonia en el Sodre, tanto Rafael Radi como Henry Cohen les transmitieron a los científicos que “tenían en su agenda organizar un encuentro entre todos” cuando mejore el panorama sanitario.

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