Wikimedia

El padre de Gaia

Las palabras de James Lovelock fueron proféticas

Tiempo de lectura: -'

28 de agosto de 2022 a las 05:00

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Un mes atrás falleció, el día de su cumpleaños 103, uno de los científicos que probablemente sean recordados como de los de mayor magnitud de estos tiempos, aquellos que como Copérnico cambiaron la percepción que los humanos tenemos sobre nuestro lugar en el Universo.

James Lovelock era un médico, químico y físico muy peculiar que trabajó activamente en los refugios londinenses durante la Segunda Guerra Mundial, pero que además trabajaba distintos temas de ciencia y tenía una especial capacidad para inventar aparatos, entre ellos uno capaz de capturar electrones, lo que lo llevó a formar parte del equipo de Carl Sagan en la Nasa en los años 1960.

Cuando todavía no estaba claro si nuestros planetas vecinos albergaban vida y las fantasías respecto a los marcianos todavía abundaban fue contratado por la NASA para encontrar una manera de discernir si la Luna, Marte, Venus podrían albergar vida.

En 1877, el ingeniero italiano Schiaparelli observó Marte con un telescopio y creyó ver lo que describió con la palabra italiana «canales».

En su traducción al inglés, la palabra «canales» fue interpretada como algo realizado por seres inteligentes en presencia de agua y la imaginación echó a volar. 
El 30 de octubre de 1938, un joven Orson Welles inventó las “fake news” con una transmisión por radio que relataba la invasión de “marcianos” que provocó el suicidio de oyentes aterrorizados.

Lovelock comparó la atmósfera de la Tierra y la de los planetas vecinos y descartó de plano la presencia de vida: las atmósferas de los vecinos estaban inertes mientras la de la Tierra se mantenía en un desequilibrio dinámico. ¿Qué hacía que la atmósfera terrestre fuera tan distinta de la de Venus o Marte?

El conjunto de la vida del planeta, las plantas emitiendo oxígeno sostenían un equilibrio que resultaba decisivo para mantener la temperatura en la superficie de la Tierra relativamente estable. En los planetas sin vida la diferencia de temperaturas entre el día y la noche es mucho mayor. La vida mantiene a nuestro planeta tibio.
La idea de que el planeta se comportaba como un gran organismo viviente recibió el nombre de Hipótesis Gaia y conformó una de las grandes controversias de la biología del siglo XX. Criticada como un desvío místico por Richard Dawkins, la hipótesis recibió el respaldo de la microbióloga Lynn Margulis que había descubierto el origen simbiótico de las mitocondrias. Las usinas energéticas de las células que tiene ADN propio y que desde Margulis sabemos fueron inicialmente seres vivos independientes que se adaptaron a vivir colaborativamente dentro de una célula mayor.

Es que lo que Lovelock planteó a nivel planetario es fácil de ver en un suelo, donde la multitud de microorganismos, la fauna, vegetación y hongos conforman un gran ser viviente que inclusive respira.

Lovelock tuvo la lucidez de defender el uso de energía nuclear como sustituto de las energías fósiles, lo que le valió duras críticas de Greenpeace y otras organizaciones y advirtió de la enorme gravedad que la energía fósil trae sobre el clima muchos años atrás. Si su libro las edades de Gaia es una gran explicación de su teoría a partir del relato histórico del planeta. Su libro la venganza de Gaia describía la catástrofe que puede ocurrir en el futuro, mucho antes de que los meteorólogos del mundo lo divulgaran y las olas de calor lo hicieran evidente.

Hace 15 años, a la edad de 88 se mantenía muy activo y la revista Rolling Stone lo consideraba la mayor autoridad en cambio climático, advertía que “para 2020 las grandes sequías se volverán algo común” una profecía que hoy en Europa, EEUU o China considerarían acertada. “Añoraría ser más optimista, pero no puedo” confesaba a la Rolling.

Es interesante que su último libro, que publicó con 101 años tenga un tono más optimista y proponga que la Inteligencia artificial llegará en nuestra ayuda para encontrar las mejores soluciones al problema. Tal vez la inevitable inminencia de la muerte cuando se han cruzado los 100 años obligue a un cierto optimismo para la posteridad. O tal vez tenga razón y estos tiempos de cambio tecnológico acelerado traigan la solución a los desequilibrios sobre los que nos advirtió durante décadas.

Lovelock cuantificó su hipótesis y la modelizó en lo que llamó Daisyworld. Un planeta que tiene margaritas blancas y negras, y cuya frecuencia va cambiando en función de la temperatura. Pero mucho más importante que sus aportes estrictamente científicos tal vez fueron los culturales. Lovelock nos ubicó en el conjunto de la trama de la vida de la Tierra, con la gran responsabilidad de revertir el desequilibrio que estamos provocando. Las fotos de nuestro pequeño planeta azul navegando en la inmensidad inerte que nos rodea provocó un cambio en la sensibilidad cultural que es parte de la cultura de este siglo. Como escribió en su libro final “debemos asegurar que continúe la evolución de toda la vida en la Tierra para que podamos enfrentar los peligros cada vez mayores que nos amenazan inevitablemente a nosotros y a Gaia, el gran sistema que comprende toda la vida y las partes materiales de nuestro planeta”.

“Los historiadores de la ciencia verán en el futuro a Lovelock como un pensador que como Copérnico, cambio como nos percibimos a nosotros mismos en el mundo”, opina Tim Lenton su discípulo más destacado, investigador de clima de la Universidad de East Anglia. 

Cabe esperar que su obra científica y la sensibilidad que despertaron sus ideas ayuden a preservar los equilibrios planetarios cada vez más frágiles y que su visión optimista final sea la que prevalezca.

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.