Leonardo Carreño

El referéndum de los leones heridos

El presidente tiene sangre en las venas y sentido de la urgencia. Sabe de sobra que la vida útil de un gobierno es incierta. Pero aceleró tan a fondo que acorraló al FA.

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10 de julio de 2021 a las 05:00

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El Frente Amplio y las organizaciones sociales afines lograron recoger casi 800 mil firmas. Todo indica que habrá referéndum. Me gustaría analizar causas y consecuencias. Antes, hay que decir dos palabras sobre el contexto en el que se realizó esta campaña. Las circunstancias eran adversas. En primer lugar, por el contexto sanitario: la recolección de firmas se desarrolló en tiempos de restricción de la movilidad y de temor al contacto interpersonal. En segundo lugar, por el contexto político: de un lado, un gobierno fuerte, que logró mantener niveles de aprobación altos durante todo el ciclo de la pandemia; del otro, una oposición con serios problemas para adaptarse al escenario post-era progresista, con dudas y matices respecto a la estrategia política óptima, y en plena transición de liderazgos. Con viento en contra, atravesando varias tormentas, con las piernas agarrotadas de tanto pedalear en la subida, dirigentes y militantes de oposición lo lograron.

“El león herido sacuda su melena”. Un gran amigo, tan brillante como frenteamplista, usó la imponente frase de Carlos Solé (Uruguay versus Hungría, semifinal del mundial del 54) para celebrar en uno de mis grupos de Whatsapp la cifra de firmas alcanzada. Así es como se sienten los frenteamplistas. Son leones heridos. Se sienten heridos por la derrota electoral del 2019. Pero se sienten heridos también porque el gobierno, desde el 1° de marzo del año pasado, hace muy pocos esfuerzos por incluirlos en la solución de problemas importantes. (Excluyo, por ejemplo, la reforma de la seguridad social). Se dirá que el gobierno que preside Luis Lacalle Pou hace exactamente lo mismo que generalmente hizo el FA durante quince años. (Excluyo, ahora, por ejemplo, las cuatro comisiones multipartidarias convocadas durante la presidencia de José Mujica). Por supuesto, nos llevaría demasiado lejos remontarnos al origen, preguntarnos quién tiró la primera piedra, quién fue el primero en agraviar al otro. En todo caso, es un dato: tirios y troyanos, desde hace más de medio siglo, buscan votos y refuerzan sus identidades excluyendo a sus rivales.

El presidente tiene sangre en las venas y sentido de la urgencia. Sabe de sobra que la vida útil de un gobierno es incierta. Todo esto es verdad. Pero aceleró tan a fondo que acorraló al FA. El gobierno tendrá que dedicar los próximos meses y mucha energía a defender el contenido de la LUC. Buscando ganar tiempo, acaso, lo terminó perdiendo

Cada excluido es un enemigo”. El concepto es de cuño aristotélico, pero se lo escuché decir, hace tiempo, a un tan brillante como legendario dirigente del Partido Nacional. El ejemplo más obvio lo acabamos de presenciar. El gobierno no incluyó al FA en la política de combate a la pandemia. Tuvo varias oportunidades de ponerse espalda con espalda con la oposición en este tema. La última fue a comienzos de este año, cuando la epidemia se salió de control y Rafael Radi pidió “blindar abril”. A regañadientes, casi cuatro meses después de planteada la iniciativa, aceptó la creación de una comisión parlamentaria de seguimiento de COVID 19. Pero hacía rato que la oposición se sentía excluida, atropellada y agraviada. Se sintió así, en particular, cuando el gobierno presentó una ley de “urgente consideración” de casi 500 artículos. Lo dijeron muchas veces. Los frenteamplistas sienten que, con la LUC, el Poder Ejecutivo pisó la banquina del abuso del poder. El FA, león herido, sacudió su melena.

El gobierno, hace un año, aceleró a fondo. No es difícil entender sus razones. Luis Lacalle Pou venía prometiendo utilizar el mecanismo de la “urgente consideración” al menos desde la campaña de 2014. Lo volvió a anunciar durante el 2019. Se tomó el trabajo de ir compartiendo algunos de los contenidos de la norma desde mucho antes de ponerse la banda presidencial. El presidente tiene sangre en las venas y sentido de la urgencia. Sabe de sobra que la vida útil de un gobierno es incierta. Todo esto es verdad. Pero aceleró tan a fondo que acorraló al FA. El gobierno tendrá que dedicar los próximos meses y mucha energía a defender el contenido de la LUC. Buscando ganar tiempo, acaso, lo terminó perdiendo. La semana pasada, desde este mismo espacio, yo rogaba que pudiéramos empezar a hablar mucho más del impostergable objetivo de transformar la educación. Temo que tendremos que tener paciencia. Para poder hablar a fondo de otros temas que no sea la LUC habrá que seguir esperando.

Hacía rato que la oposición se sentía excluida, atropellada y agraviada. Se sintió así, en particular, cuando el gobierno presentó una ley de “urgente consideración” de casi 500 artículos. Lo dijeron muchas veces. Los frenteamplistas sienten que, con la LUC, el Poder Ejecutivo pisó la banquina del abuso del poder

Lo peor que puede hacer cualquier gobierno es negar los datos de la realidad. Dato número 1. El FA acaba de hacer una gran demostración de fuerza. Sigue siendo el principal partido político de este país. Sigue teniendo raíces sociales profundas e instrumentos potentes de construcción de opinión. Dato número 2. Cuando llegue el momento de ir a votar el país estará experimentando en toda su intensidad las durísimas consecuencias sociales y económicas de la pandemia. Dato número 3. El referéndum se realizará en el tercer año del mandato que suele ser el más difícil en términos de opinión pública, lejos de la “luna de miel” del comienzo, más lejos todavía de poder cosechar los eventuales logros de la gestión. Dato número 4. El referéndum sobre 135 artículos de la LUC terminará siendo una especie de plebiscito sobre la gestión global del gobierno. Ojalá esté equivocado. Pero me parece muy difícil que durante los próximos meses puedan con cuidado, con respeto por la inteligencia de la ciudadanía y por los detalles, tantas normas sobre temas tan diferentes. En suma: si voy por la pista correcta, este gobierno, tan fuerte en tantos sentidos, puede terminar cosechando una derrota dura e inesperada. Me pregunto si, durante la discusión de la Rendición de Cuentas, tomarán nota de este riesgo.

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