Diego Battiste

El sueño de la casa inteligente, en Uruguay y a precio razonable

Ya hay productos y presupuestos económicos disponibles en plaza para contar con una vivienda domótica útil y sin complicaciones, pero el mercado crece a ritmo lento en buena parte por falta de conocimiento

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12 de septiembre de 2019 a las 05:00

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Las casas inteligentes ya no pertenecen al reino de ciencia ficción. Hay empresas que ofrecen la posibilidad de modificarlas en su totalidad, sin que el usuario tenga conocimientos técnicos de instalación o de programación. Y hay comercios que venden productos que pueden significar el primer paso para domotizarlas y que ofrecen opciones económicas.

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“Lo primero que debe hacer una persona es preguntarse el motivo por el cual quiere hacer su casa inteligente. La interrogante es: ¿para qué necesito esto?”, comenta Fernando Álvarez, un técnico informático que ha logrado automatizar su hogar de punta a punta: garaje, lavarropas, secarropas y hasta la puerta de entrada. Todo lo maneja con el celular.

La domótica, esa conjunción que viene del latín “domus” (casa) y “tica” de informática, empezó a popularizarse en esta década con nuevas empresas e individuos interesados en aprovechar su potencialidad. La explosión de internet hacía pensar que en los hogares se daría un desarrollo más rápido de diversos procesos que pueden controlarse a distancia o automáticamente.

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Tal vez por lo caro que resulta invertir en artefactos tecnológicos de esta naturaleza, por la falta de información o porque no son artículos de primera necesidad, los dispositivos que permiten tener una casa inteligente configuran un rubro aún muy incipiente en Uruguay, según lo que explicaron cuatro empresarios del área.

“Cuando empiecen a bajar los costos, con el tiempo, tal vez la gente se empiece a concientizar más”, aventuró Daniel Merlinski, director del proyecto La Casa Uruguaya, una empresa que comercializa soluciones de domótica.

¿Dónde se compran?

Además, estos no son productos que se consigan fácilmente. ¿La evidencia? En una recorrida que hizo Cromo por uno de los principales shoppings, no se encontró ningún tipo de productos de domótica en tres locales en los que venden electrodomésticos ni en un gran supermercado.

Donde sí es fácil comprarlos es en Mercado Libre. Allí venden artefactos por separado y hay numerosas empresas que eligen esa vía para hacer llegar al público interesado.

El enchufe inteligente es el producto más “domotizable” y económico. La marca TP-Link ofrece uno básico que cuesta unos US$ 39 en Uruguay. “Cuando estoy llegando a mi casa puedo prender el lavarropa desde el celular”, cuenta Fernando Álvarez sobre las bondades de este artefacto. Claro, si un usuario desea activar a distancia, además, el aire acondicionado y también encender el calefón, es indispensable comprar uno para cada electrodoméstico.  “Los más caros miden la potencia. En el último mes te dicen cuánto han gastado los aparatos que les conectás”, explicó Álvarez. En algunos casos también se los puede programar: “yo le indico que, por ejemplo, se apague el aire a la 1 de la mañana”, agregó.

Principiantes, tranquilos: el Tp-Link viene con un manual de instrucciones en el que se detalla todo el proceso de instalación, que no lleva más de cinco minutos. Allí se explica que es necesario descargar una aplicación a la que se debe ingresar una cuenta de correo electrónico. Finalmente, pide agregar un dispositivo, al que se le debe asignar un dibujo del electrodoméstico en cuestión.

Si de seguridad se trata, hay cámaras que se pueden conectar al celular y son manipulables a distancia. La marca ZVIZ se consigue a US$ 68. De noche se activa el modo nocturno y  cuando detecta movimiento frente a la cámara, toma una foto y envía una alerta al smartphone que se configuró. Además, cuenta con comunicación bidireccional para hablar y escuchar a través del dispositivo.

La empresa V380 Camera comercializa una a US$ 46 en Uruguay. Tiene características muy similares aunque los expertos aseguran que el sonido no es tan nítido.

Las aspiradoras que trabajan solas también le vienen solucionando la vida a muchos uruguayos. Una de las opciones que se consiguen en plaza es la Robot Iview, que cuesta US$ 289. Tiene dos funciones en una: limpia (saca la tierra) y trapea (con previa inyección de agua). Eso sí: nada de dejar cables tirados, porque arrasa con todo. “Puede quedarse atascada dentro del baño”, cuenta Fernando Álvarez, quien se define feliz de “olvidarse de barrer”. En su casa tiene una que usa frecuentemente y que, luego de terminar con sus tareas o cuando la batería está por agotarse, vuelve a su base enchufada a la corriente, para volver a recargarse.

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Apagá el calefón. Y prendé el aire

En algunos casos, estos dispositivos pueden enlazarse con los parlantes Alexa o Google Home. Estos asistentes de voz cuestan en Uruguay unos US$ 59. Un usuario podría decir en voz alta “apagar el calefón” y retirarse de su hogar con el aparato apagado. Fernando Álvarez cuestiona la utilización de estos asistentes de voz ya que pueden generar algunos problemas de seguridad.  “Es muy difícil darle un alto nivel de seguridad. Cualquiera podría simular tu voz y  ejecutar un comando”, comentó.

Muchos productos de domótica tienen el objetivo de monitorear. A US$ 88 puede comprarse el llamado Módulo SC. Es un dispositivo capaz de realizar mediciones de la temperatura, humedad, intensidad de la luz, calidad del aire y niveles de sonido. Por ejemplo, la iluminación las muestra en tres categorías ("oscuro", "normal" o "brillante"), mientras que la calidad del aire la presenta como "buena", "moderada" o "no saludable". Toda esta información, por supuesto, puede verse en tiempo real en un teléfono o computadora. Para ello hay que descargar una aplicación, que puede ser escaneada a través de un código QR.

Hay empresas que venden kits con varios artefactos incorporados. Uno de ellos busca aumentar la seguridad de las casas. Se puede conseguir uno a 8.900 pesos, que incluye una cámara con visión nocturna con parlante y micrófono. Tiene rotación en 360 grados y puede girarse desde el smartphone.

"La gente no compra mucho. Si lo hace, es más por curiosidad. Cuando se tratan de temas de seguridad, prefieren contratar a una empresa", señala Daniel, el encargado de Kiosco Gran Canal, que tiene estos dispositivos en su punto de venta.

Más sofisticado

“De no tener nada a tener eso, decís ¡qué bueno!”, comentó Juan Andrés Papich, director de Espacio Domótica. El problema, dice este referente del sector, es que estos dispositivos brindan soluciones aisladas.

“Comprando aparatos por separado podés asegurarte de que funcionen medianamente en conjunto. Digo medianamente porque nunca vas a lograr que cuando suene la alarma te abra, al mismo tiempo las cortinas y prenda la luz”, comentó Papich. Si un usuario quiere que un sistema haga todo esto, hay que tener conocimientos más sofisticados de electricidad y programación.

Es lo que estas empresas llaman escenas. Andrés Colombo, director de Loguea, comentó que se desarrollan sistemas más sofisticados.  Por ejemplo, que un usuario pueda hablarle al teléfono y decirle: "Me voy". Eso significará, por ejemplo, que se le dé la orden de cerrar las cortinas, apagar las luces de los dormitorios y el living y encender las que están en el jardín. “Siempre dependés de tener el hardware y el software adecuados”.

Inteligencia más sofisticada

En Uruguay hay varias empresas que realizan transformaciones a la medida del usuario. La Casa Uruguaya, que fue premiada en concursos por su desarrollo sostenible e inteligente, se transformó en una empresa que busca estimular este tipo de arquitectura. El plan más económico que ofrece cuesta US$ 700. Incluye dos líneas de luces (dos llaves que encienden y apagan dos conjuntos de bombitas de luz), más un interruptor inteligente para el calefón (para apagarlo y encenderlo a distancia), más el controlador central, que hace que todo funcione en conjunto. Las llaves de luz vienen con teclas capacitivas, paneles que solo requieren del tacto para ser activados. Este kit es el más básico que ofrece la empresa.

Para lograr un mejor desarrollo, y que la domótica se expanda más en la incorporación de los uruguayos a su vida cotidiana, Papich empezará a ofrecer cursos a electricistas, para enseñarles cómo programar e instalar estos productos en las casas.

“Queremos abrir la cancha a todos”, comentó Papich. El objetivo es que nuevos técnicos empiecen a adentrarse más en el mundo de la domótica y aprendan cómo instalar estos dispositivos y programarlos.

 

Empresas que dan marcha atrás
En abril de 2018, Café & Negocios informaba que FoxyHoue, una empresa de domótica con ocho años en el rubro, decidía transformarse. “El mercado de la domótica creció a un ritmo muy lento y aún hoy, algunos años después de que iniciamos FoxyHouse, está en etapas incipientes en Uruguay y la región", comentó Juan González, uno de los directores de la firma.
Andrés Colombo, director de Loguea, dijo a Cromo que importaba productos de domótica de una fábrica argentina, pero desde que cerró este año se están replanteando si continuar con estos servicios en Uruguay. “Estamos dando soporte en los proyectos que hemos hecho, pero estamos viendo si nos sirve sumar o no otra domótica. Esta área la tenemos parada”, comentó.
Cómo convertir en inteligente a una claraboya

Fernando Álvarez instaló en su casa una claraboya inteligente, que tiene cuatro sensores. Uno  es el que le permite abrirla y cerrarla con el celular; el segundo es de temperatura: cuando hay menos de 15 grados, la claraboya se cierra. Y el tercero es el que mide cuánta agua le cae. “Cuando recibe una gota de agua, se cierra automáticamente”, comentó. El cuarto dispositivo es una célula fotoeléctrica, que mide la luminosidad. Álvarez lo instaló para que pueda cerrarse sola cuando cae la noche. “Es una función ideal para cuando hay apagón y no hay energía de UTE”, comentó.

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El sistema, que tarda en abrirse y cerrarse unos 30 segundos, puede funcionar sin internet gracias a esa célula fotoeléctrica que está instalada.

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