El tema cultivos de verano derivó al cuidado del suelo

Ante una campaña que promete resurgió la necesidad de preservar los recursos naturales

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06 de septiembre de 2012 a las 19:06

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La jornada de Agro en Foco sobre la próxima campaña de cultivos de verano derivó el viernes 31 de agosto pasado en un debate sobre la puesta en marcha de los planes de uso y manejo de los suelos, que las empresas y productores del sector deberán presentar de forma obligatoria a partir del 1 de octubre próximo, si no vuelve a prorrogarse el plazo.

El encuentro en el Teatro 28 de Febrero de Mercedes abordó la situación y perspectiva de los mercados (ver nota aparte), la sanidad de los cultivos y la realidad de los nuevos eventos transgénicos, además de escucharse testimonios de productores y empresarios.

Sin embargo, una disertación de Oswaldo Ernst titulada Productividad versus sustentabilidad disparó el intercambio en el ciclo organizado por Blasina y Asociados, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y El Observador.

Es que la presentación del catedrático de la Facultad de Agronomía, reconocido por su prédica a favor del cuidado de los suelos y el ambiente, apuntó otra vez a los problemas clave de la agricultura uruguaya. Si no se ajusta el sistema de producción a la capacidad de uso del suelo, si no se aplican tecnologías de proceso de producción que reconozcan y controlen los costos ocultos, la agricultura sería simplemente una relación de precios, comenzó disparando Ernst sobre el auditorio.

Luego agregó que “tomando el carbono del suelo como indicador de sostenibilidad, hay que producir mucho. Estamos tratando de jugar a la agricultura, pero no sabemos que se necesita mucha productividad” para el buen uso de los suelos. Ernst recomendó cuidar “la salida por erosión”, realizar “un diseño de rotación” de los cultivos y su rendimiento anual.

El catedrático puso como ejemplo que una rotación soja-barbecho-soja, que pone a producir seis meses el suelo –y no los 12 meses del año– representa “un peligro de erosión”. La captación y uso del agua fue otro aspecto que mencionó como clave, y se preguntó cuánto vale el agua almacenada en el suelo.

“El escenario bueno (de la agricultura) se podrá aprovechar si hay agua en el suelo, no de los precios”, dijo Ernst, y agregó que si no hay agua en el suelo “será difícil salir del rendimiento promedio de 2.000 kilos por hectárea” en la soja. Comentó que “la capacidad de agua es más favorable a la soja de primera” y acotó que “cuando el agua baja mucho, no incide”.

También dijo que el barbecho es clave para recargar agua en el suelo –el ideal es un período de 20 a 40 días- y remarcó la importancia de una buena cobertura. Agregó que “los altos rendimientos dependen de la aptitud agrícola del suelo” y que hay rendimientos insuficientes para mantener la calidad del suelo.

Ernst recordó que en Uruguay existen 2 millones de hectáreas de aptitud agrícola alta a muy alta, pero no están todas juntas y no hay una zona núcleo, y 2,5 millones de hectáreas agrícolas con limitaciones. Luego ironizó al decir que “mientras 1.200 kilos de soja por hectárea den dinero, no hay problemas”.

¿Habrá una crisis de suelos y rendimientos de los cultivos? “No sé qué pasará”, dijo Ernst, y recordó que “siempre discutimos por qué discutimos los 1.200 kilos. Pero antes le ponemos 4.000 kilos (al rendimiento de la soja) que no da, y luego da lo que da”.

Agregó que en Uruguay “se levantaron los alambrados” y hoy se planta en suelos que son agrícolas y en los que no lo son también. “Pero a Uruguay le está yendo bien”, acotó.

Fue sobre el final del intercambio que intervino el director de Servicios Agrícolas, Inocencio Bertoni, para decir que la reglamentación sobre el uso y manejo de los suelos de acuerdo a su potencial “es una decisión política que no tiene marcha atrás” y que “habrá anuncios en los próximos días”.

Bertoni comparó la agricultura actual con la gallina de los huevos de oro. “La gallina debe seguir siendo gallina, pero tiene que poner huevos” porque de lo contrario “no sirve para nada”, en alusión a que hay que usar los suelos de acuerdo a su capacidad.

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