El trigo renueva su apuesta

Acentuar la diferenciación por calidad se torna fundamental para el trigo local, que compite por el mercado brasileño con Argentina y Paraguay, a los que se suma EEUU con una cuota de 750.000 toneladas de trigo anual sin arancel.

“Cuando vamos al mercado brasileño trigo uruguayo está a US$ 10 de la paridad argentina (…) hay que trabajar para lograr un posicionamiento del producto y sacar esa barrera de diez o doce dólares”, dijo en el programa Tiempo de Cambio de radio Rural el presidente de la Cámara Mercantil y gerente de Cargill Uruguay, Eduardo Díaz. 

En los primeros tres meses del año se exportó más trigo que en todo 2018. Y fue el producto con mayor impacto positivo en el total de las exportaciones del país en el primer trimestre del año, subrayó el Instituto Uruguay XXI en su informe de exportaciones.  

Los envíos se concentraron en enero y febrero, con solicitudes de exportación por 170.467 toneladas entre enero y marzo frente a 105.519 en todo 2018, de acuerdo a los datos de Aduanas. 
Argelia –en estos momentos en medio de una crisis por la dimisión de un presidente que se resistía a dejar el poder luego de 20 años al frente del país– fue el principal destino al arranque del año con una participación de casi 45% con 76.428 toneladas. 

Lo siguió Zona Franca Nueva Palmira (37%)  con 63.159 toneladas (principalmente destinadas a Brasil) y tercero, con una participación de 18%, Indonesia, con 30.880 toneladas.
Luego de cuatro años consecutivos de caídas, las exportaciones se recuperaron en el arranque de 2019 como consecuencia  del crecimiento productivo. 

Los buenos rendimientos, calidad y precio alcanzados en la campaña pasada permitieron cerrar una mejor ecuación para los agricultores. La mejora de los resultados productivos se transformaron en el principal estímulo de esta zafra, que posiblemente registre una expansión en el área de hasta 30%, según estimó Díaz y, que de confirmarse, permitiría alcanzar –o incluso superar– las 250.000 hectáreas. 

En 2018/2019 alcanzó las 198.000 hectáreas, algo por debajo de las estimaciones iniciales, con un rendimiento de 3.667 kilos por hectárea, de acuerdo a la Encuesta Agrícola 2018 de DIEA, publicada este enero. 

La producción rondó las 730.000 toneladas, y con un consumo de 450.000, deja un saldo exportable cercano a las 280.000 toneladas. Carlos Ramírez, responsable de agroinsumos de Sofoval, apuntó que este año el área como mínimo se mantendrá o crecerá, con costos de producción que registran aumentos para los fertilizantes y las semillas comparado con el año pasado, aunque con un dólar muy por encima de los $ 28,5 de un año atrás. 

Y con precios de labores y post cosecha similares. Todo esto se traduce en un costo total de US$ 673 por hectárea que, con un precio de US$ 180 por tonelada, ubica en 3.740 kilos por hectárea el rinde de equilibrio. 

Las proyecciones de Fucrea para cultivos de invierno 2019/2020 presentadas durante la jornada de Cultivos de Invierno de Fucrea a INIA, realizada la semana pasada en Mercedes, marcaron  resultados económicos negativos con rendimientos promedio. Los técnicos subrayaron la necesidad de contemplar los números dentro del escenario de doble cultivo aunque no presentaron proyecciones en ese sentido. 

“Tenemos que ver cuánto nos termina aportando la soja de segunda para el margen global del ejercicio”,  apuntó Gonzalo Invernizzi, integrante de la comisión de asesores de Fucrea.
En el trigo se manejó un rendimiento de equilibrio 4.050 kilos por hectárea. El 73% de los productores de la serie de Fucrea  están por debajo de ese nivel, aunque con mejoras en el manejo, ese porcentaje puede caer a 56% del total.

Para esta campaña los técnicos de Fucrea manejaron una estimación de precio de US$ 180  por tonelada para trigo, valor que exige un rendimiento superior a la los 4.000 kilos para alcanzar un margen positivo.  El  rinde promedio de la serie de Fucrea se ubica en 3.376 kilos por hectárea. Tomando el mayor rendimiento de la serie, de 4.082 kilos por hectárea, se lograría un margen positivo de US$ 4 por hectárea. 

Con números tan ajustados, lograr un diferencial de precio por calidad se vuelve clave.  “El trigo de mejor calidad vale más. Trabajemos por conocer mejor el trigo que tenemos”, dijo Daniel Vázquez, investigador principal de INIA, especialista en los temas vinculados a calidad en trigo, durante su exposición en la jornada de Cultivos de Invierno de Fucrea a INIA. Vázquez es  además integrante del comité de seguimiento del proyecto UruTrigo, un plan estratégico para viabilizar el trigo uruguayo mediante la mejora de su calidad. 

UruTrigo fue promovido por ANII a comienzos de 2017, a través del instrumento Alianzas para la Innovación que tiene por objetivo promover la realización de proyectos que impliquen la articulación entre el sector empresarial y la academia. Se consideran UruTrigo aquel cereal que tiene buena calidad panadera, tomando como referencia un W de 250. En la campaña 2018 el W promedio nacional fue de 220 para una proteína de casi 12%. Y un 25% del área de Uruguay fue sembrada con UruTrigos.

“Este proyecto es muy importarte. Porque más allá de lo que ocurra en esta campaña puntual tenemos que posicionar la calidad de trigo uruguayo”, consideró Díaz.  Usar la tecnología disponible acorta la brecha entre el rinde promedio y el rinde de equilibrio. Baja la probabilidad de obtener malos rendimientos. Y es clave en el proceso de diferenciación por calidad. 

Producción: Cecilia Ferreira.