El vazquismo en 2019: ¿a quién apoya el presidente y su entorno?

Para muchos de los integrantes de ese grupo, las elecciones de 2019 marcan un punto de inflexión, incluso bajo la hipótesis de una victoria frenteamplista. El “vazquismo sin Vázquez”, como ya empiezan a catalogar esa era que se avecina, tiene a los dirigentes de confianza del presidente debatiéndose entre apoyos a los precandidatos o un definitivo alejamiento de la arena política. El menú de candidaturas oficialistas, que por primera vez no cuenta con el tridente Vázquez-Mujica-Astori, hace prever una renovación en los cuadros de gobierno en caso de un cuarto mandato de izquierda. “Muchos sabemos que se termina una etapa y a otra cosa”, dijo a El Observador un dirigente cercano a Vázquez, resumiendo el escenario que se le abre a los hombres y mujeres del presidente.

Contra la estadística

Vázquez ha sido hermético en cuanto a las precandidaturas, y las personas de su confianza que conversan con él sobre temas políticos y electorales aseguran que todavía está procesando de qué manera y hasta qué punto se entrometerá en la campaña electoral. Aunque los presidentes tienen prohibido por la Constitución participar activamente de la campaña, la historia uruguaya –en especial la más reciente– marca que los mandatarios suelen volcar su capital político hacia un candidato, aunque raramente han logrado imponer en las urnas a un sucesor. Sanguinetti con Tarigo en 1989, Lacalle con Ramírez en 1994, Sanguinetti con Hierro en 1999, y el propio Vázquez con Astori en 2009 son ejemplos de ello.

Un dirigente cercano al presidente contó que Vázquez es consciente de esa estadística y por eso quizá no dé señales a favor de uno u otro. 

Por su parte, en el Frente Amplio son escépticos respecto a que un alineamiento de Vázquez y una activa participación en campaña –como la de Mujica en 2014– pueda resultar favorable para el oficialismo, sobre todo cuando el gobierno tiene menos resultados para mostrar, y cuando los cuatro precandidatos, cada uno a su manera, refuerzan en sus discursos la idea de una “renovación” que busca apartarse –sin romper con ella– de la actual gestión. 

En ese contexto, según cuentan quienes lo han debatido con él, Vázquez está más abocado a terminar este período de gobierno “sin sobresaltos” que en direccionar el partido a favor de uno u otro contendiente. 

Con Cosse

Aunque el favorito en las encuestas es Martínez, el nombre de Carolina Cosse ha ido ganando espacios en el círculo más cercano al presidente. Quienes apoyan su precandidatura resaltan su ejecutividad, don de mando, y su lealtad, tres atributos que puntean alto en la escala vazquista. 

La ministra de Educación, María Julia Muñoz, fiel exponente de esa escuela, es la única del entorno del presidente que se ha pronunciado públicamente a favor de un candidato, y lo hizo a favor de su compañera de gabinete. “El Uruguay debe darse la oportunidad de innovar y tener una mujer en la presidencia. Me parece que (Cosse) es una mujer seria, competente y de una fuerte apuesta al futuro”, declaró en una entrevista emitida por Nuevo Siglo en agosto de 2018, cuando en el Frente Amplio aún no había ninguna precandidatura confirmada. Cinco meses después, Muñoz es una de las principales impulsoras de la candidatura de Cosse en la órbita del Ejecutivo, según comentaron integrantes del gobierno. Una reciente publicación de Glenda Rondán –muy cercana a Muñoz– ensalzando la candidaura de Cosse es el último ejemplo de esa campaña.

Marina Arismendi, ministra de Desarrollo Social, es otra de las personas de confianza de Vázquez que le transmitió a Cosse que cuenta con su respaldo, según informaron a El Observador fuentes políticas. Si bien el Partido Comunista, al que pertenece, impulsa la candidatura de su camarada Óscar Andrade, el largo y progresivo distanciamiento de Arismendi con el sector que la tuvo durante muchos años como secretaria general, así como su afinidad con Cosse producto del trabajo en el Ejecutivo, explica por qué se inclina por un nombre fuera de la estructura partidaria.  

De la misma forma que Cosse se ganó el recelo de algunos dirigentes del MPP debido a su acercamiento a Vázquez –lo que le valió incluso un alejamiento de la órbita más próxima a Mujica y Topolansky–, Arismendi también empezó a perder terreno entre los comunistas a medida que consolidó una relación de extrema confianza con Tabaré Vázquez, ya desde su primer mandato entre 2005 y 2010. 

El vínculo de Arismendi con la orgánica del PCU se reduce a los encuentros que mantiene con el secretario general del partido, el senador Juan Castillo, para intercambiar acerca de su gestión al frente del Mides. “Nos reunimos una vez por semana o cada 10 días”, dijo Castillo a la revista Noticias en setiembre de 2018. Según supo El Observador, la ministra no tuvo voz ni voto en la elección de Andrade como precandidato y tampoco habló sobre ese tema en sus reuniones con Castillo. 

Además de su frío vínculo con el PCU y del buen relacionamiento con Cosse se agrega un tercer factor importante para el apoyo de Arismendi a su compañera de gabinete: los resquemores y desencuentros con Martínez. Las diferencias entre ambos, que compartieron gabinete cuando el hoy intendente de Montevideo fue ministro de Industria en el primer gobierno de Vázquez, se remontan a los días en que el Partido Comunista impuso la candidatura de Ana Olivera a la IMM en desmedro de Martínez, y siguió deteriorándose en este período de gobierno, en el que el socialista fue especialmente crítico con la gestión del Mides.

Víctor Rossi, ministro de Transporte y también muy cercano a Vázquez, ha tenido palabras de aliento para la candidatura de Cosse, según supo El Observador. Sin embargo, eso no implica un apoyo exclusivo a su campaña, ya que también ha enviado señales favorables a la candidatura de Martínez. Fuentes de su entorno dijeron que su rol en la campaña será de activa militancia “por el Frente Amplio” y no tanto por un nombre en particular.

Con Martínez

Los apoyos vazquistas a Daniel Martínez llegan desde la camada más joven, encarnada por el prosecretario de Presidencia Juan Andrés Roballo, así como ministros socialistas que, aunque alejados de la orgánica de ese partido, ven con buenos ojos la candidatura del intendente. Entre ellos se encuentran Jorge Basso (Salud), Jorge Menéndez (Defensa), y Enzo Benech (Ganadería), tres figuras que cayeron sobre la órbita del presidente en su segundo mandato. 

En el entorno del precandidato que lidera las encuestas no causó sorpresa que el vazquismo más “ortodoxo” encuentre mayor afinidad con Cosse, y de hecho algunos dirigentes de su campaña consideran que ello puede ser incluso un valor para apostar al “cambio dentro del cambio”, permitiéndole a Martínez reforzar el mensaje de que una gestión suya traería cambios tanto en nombres como en formas.