Diego Battiste

Exportadores uruguayos se preparan para la "exigencia" de equidad de género

La Unión de Exportadores del Uruguay tiene un interés particular en trabajar la temática en vista de los cambios globales y los requerimientos que puedan surgir al respecto para hacer negocios

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24 de junio de 2021 a las 05:01

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Todavía el tener buenos indicadores de equidad de género en las empresas no son una exigencia para exportar, pero en la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU) creen que esto es solo cuestión de tiempo porque "hay mercados que están trabajando fuertemente en un crecimiento inclusivo, teniendo en cuenta aspectos como la política de género", según la presidenta del organismo, Andrea Roth.

En ese sentido, Roth dijo a El Observador, que "llegará el momento en que la implementación de políticas de género sea un requisito en el comercio exterior y debemos prepararnos y aprovechar la ventaja comparativa de avanzar más rápido que otros países”.

También señaló que, además de que pueda llegar a ser una exigencia, las empresas ganan en la incorporación de este tema: “Se mejora la productividad a través de la optimización de equipos mixtos y comprometidos y las estadísticas nos muestran que las empresas se vuelven 22% mas productivas, 27% mas rentables y se incrementa en un porcentaje alto el índice de satisfacción de sus clientes” y agregó que estás políticas también ayudan a atraer y retener talentos y a mejorar la reputación organizacional.

Es por ello que la gremial empresaría decidió llevara adelante un ciclo de capacitaciones.

“Para nosotros, tanto en el tema de género como de medioambiente, el desafío es poder identificar cómo podemos generar herramientas, ver cuáles son los caminos concretos y el beneficio, desde aspectos cuantitativos y cualitativos, para ser un buen apoyo para las empresas exportadoras en estas áreas”, dijo la presidenta de la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU) Andrea Roth en la segunda instancia del ciclo de tres talleres sobre “Gestión exportadora con perspectiva de género”, organizado por el programa “Ganar – Ganar: La igualdad de género es un buen negocio”, de ONU Mujeres, y que cuenta con el apoyo de la UEU y el Banco República.

Para remarcar la importancia de la temática, Magdalena Furtado, representante de ONU Mujeres en Uruguay, planteó que “más que ante una época de cambio, estamos ante un verdadero cambio de época”, que nos hace ver la vida y los negocios de otra forma y en ese sentido, la perspectiva de género forma parte de esa transformación profunda que están viviendo las organizaciones.

“La UEU tiene la oportunidad de mostrar que Uruguay es capaz de estar a la altura de estas nuevas exigencias”, señaló Furtado y mencionó como parte de ese camino de transformación el compromiso de las empresas con los WEPS (por sus siglas en inglés), que son los principios de empoderamiento de las mujeres, que constituyen los pilares del programa “Ganar-Ganar”.

“Los WEPS han demostrado ser un modelo de negocio exitoso que impulsa a atraer nuevos talentos, al posicionamiento y prestigio de las empresas en el mercado y para el acceso a mercados como los de la Unión Europea, que ya están considerando estas cuestiones a la hora de analizar sus convenios comerciales”.

Furtado también señaló que estos temas están empezando a ser tenidos en cuenta a la hora de acceder a fuentes de financiación, ya que no solo se analiza el riesgo y el retorno, sino también aspectos de impacto medioambiental y social, dentro de los que se consideran los temas de género.

A lo largo de las charlas se hizo hincapié en la importancia de transversalizar la mirada de género en el sector exportador y se brindó una herramienta de autoevaluación para que las empresas puedan comenzar sus procesos de transformación.

Sensibilizar antes de actuar

Fernanda Ariceta, socióloga, directora de Alva y de ReAcción, fue la encargada de llevar adelante los talleres para la UEU.

El primer punto que planteó, fue la necesidad de sensibilizar dentro de las empresas sobre la importancia de hablar del tema de género como derecho humano para luego visualizarlo desde la perspectiva del negocio. “A nivel de política pública y mediático es un tema de agenda y en este marco es importante entender de qué estamos hablando”.

Ariceta resaltó que las empresas no pueden hablar de intervenir un proceso de compras, de reclutamiento, de reestructura del mentoreo, desarrollo y promoción de las personas dentro de sus organizaciones si realmente no entienden la perspectiva de género, porque, si no, los cambios parecerían forzados.

“¿Por qué hablar de género? Para crear economías fuertes, establecer sociedades más estables y justas, y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que están definiendo los recursos y las agendas de los gobiernos. Como empresas privadas que queremos interactuar con otros, tenemos que saber que estos principios están moviendo los focos de los gobiernos”, indicó Ariceta.

Además, si bien aún no hay normativas específicas, la especialista sostuvo que seguramente este tipo de miradas pasará a ser un imperativo a la hora de las negociaciones internacionales.

“La idea es que las empresas exportadoras uruguayas avancen en un gestión con perspectiva de género, que ya es un deber de los negocios. En particular para las empresas exportadoras puede ser una oportunidad de diferenciarse. Si bien están siendo incipientes las normativas, desde el punto de vista regulatorio será un deber ser y una necesidad de mercado”, afirmó Ariceta, y agregó que también los consumidores se fijan cada vez más en estos aspecto. “Van a mirar que estemos haciendo las cosas bien dentro de nuestras propias organizaciones. Si hay liderazgos que sean compartidos y lo más diversos posible”, ejemplificó.

Herramienta para autoevaluarse

El primer paso para generar un cambio hacia un negocio con perspectiva de género es el autoconocimiento, y para ello las empresas pueden tomar como referencia los principios WEPS del programa Ganar-Ganar de ONU Mujeres. Como explican en su web, los WEPS tienen por objetivo orientar a las empresas sobre cómo empoderar a las mujeres dentro de la propia organización así como en las cadenas de valor y en las comunidades donde actúan. Su adhesión es gratuita y voluntaria, implica un compromiso público desde el más alto liderazgo de la organización y sumarse a una comunidad de empresas que están trabajando con estos temas.

“La gestión con perspectiva de género no es una gestión distinta a la empresarial, es la misma pero vista desde una perspectiva distinta, que incorpora siete principios que orientan el trabajo”, dijo Ariceta.

Y esos principios son:

1 - Promover la igualdad de género desde la dirección al más alto nivel.

“Si la Dirección no se sensibiliza y no entiende el verdadero valor estratégico de trabajar estos temas, van a quedar solo como actividades puntuales, pero no va a haber una transformación en todas las áreas de negocio”, señaló la experta.

2 - Tratar a todos los hombres y las mujeres de forma equitativa en el trabajo; respetar y defender los derechos humanos y la no discriminación.

Este punto refiere a la igualdad de oportunidades, la inclusión y la no discriminación y en este sentido, Ariceta planteaba que sería raro que hoy una empresa manifieste que estos temas no le interesan, sin embargo, no siempre se ve reflejada su intención en la operativa y ese es el desafío. “No es suficiente con una declaración de no discriminación, tenemos que lograr que la organización pueda no discriminar”, dijo.

3 - Velar por la salud, la seguridad y el bienestar de todos los trabajadores y las trabajadoras.

Según Ariceta, estas temáticas que podían verse como externas al espacio de trabajo, hoy deben ser consideradas en las empresas y ver a las personas de forma integral y no solo en su momento de trabajo. En ese sentido, una perspectiva de género sería enfrentando estos temas entendiendo que por siglos, el mundo del trabajo ha sido masculino y que hay características normalizadas que no incluyen la mirada y las necesidades de las mujeres, algo que también sucede en el cuarto principio WEP.

4 - Promover la educación, la formación y el desarrollo profesional de las mujeres.

5 - Llevar a cabo prácticas de desarrollo empresarial, cadenas de suministro y mercadotecnia a favor del empoderamiento de las mujeres.

Esto se relaciona con la actitud de “contagio” que se produce en una cadena de valor cuando una organización está comprometida y realmente cree en estos temas: “logra hacerlos parte de su estrategia de negocio, tanto a la cadena de suministros como en las prácticas de marketing y comercialización”, dijo Ariceta.

Sobre este punto, la presidenta de la UEU, Andrea Roth ampliaba en entrevista con El Observador: "Cómo la mayoría de los sistemas de certificaciones y buenas prácticas, es una necesidad el considerar a los proveedores como un aliado en las iniciativas que promueve la empresa. Usualmente son las empresas más grandes quienes abordan estás temáticas y luego realizan una tracción hacia su cadena de proveedores para la adopción de buenas prácticas. Por ejemplo, la empresa Lumin al dar de alta un proveedor o un contratista lleva un registro de si la empresa es propiedad de una mujer, cuál es la participación femenina en el directorio y qué cantidad de mujeres y hombres trabajan. No se trata de una exigencia sino de una consulta".

6 - Promover la igualdad mediante iniciativas comunitarias y cabildeo.

“Este punto habla de trasversalizar”, explicó Ariceta, y aclaró que las iniciativas no pueden quedarse en una comisión de género, una actividad puntual o un reporte, sino que tiene que haber una mirada más amplia que se aplique, por ejemplo, a la hora en las políticas de RSE y el vínculo con la comunidad.

7 - Evaluar y difundir los progresos realizados a favor de la igualdad de género.

“Lo que no se mide, no se puede cambiar y quizás nuestros clientes y los mercados nos van a pedir información, datos”, planteó Ariceta y señaló la importancia de la transparencia de esta información en el sector exportador, tanto dentro de las organizaciones como hacia fuera

Para ayudar a las empresas a evaluar en qué estadio están con respecto a la perspectiva de género, los WEPS cuentan con una herramienta de autodiagnóstico llamada GGAT (Gender Gap Analysis Tool) a la que se puede acceder de forma gratuita en el siguiente link https://weps-gapanalysis.org/

Allí, mediante un cuestionario muy detallado, las empresas pueden registrar, sintetizar y sistematizar cómo es su gestión actual, pero a la vez, las preguntas del GGAT les servirán de guía y monitor de los posibles cambios que pueden hacer, pero no es una certificación ni una auditoría externa.

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