El presidente Luis Lacalle Pou le llamaba “ilusión”. En el Ministerio de Salud Pública hablaban de “expectativa”. En el gobierno, más allá de la palabra exacta, hacían votos por que se diera el mejor de los escenarios posibles, y que para “mediados de mayo” el avance de la vacunación permitiera observar un descenso importante de las internaciones y las muertes por covid-19.
El mejor de los escenarios posibles no llegó. Y pese a que la inmunización de más del 20% de los uruguayos probablemente contribuyó a aplacar el impacto de la epidemia, las autoridades observan con cierta "preocupación" la lentitud de la caída de los fallecimientos e ingresos a CTI, que incluso han tenido un leve rebote en los últimos días.
Si bien sobre el final de esta semana ya se habrán cumplido las "seis semanas duras" que el MSP había previsto antes de ver un "drástico" descenso de la mortalidad, ahora en la cartera conducida por Daniel Salinas advierten que es difícil pronosticar el momento exacto en que se empezará a notar un mayor impacto de la vacunación.
"Soy optimista. Al final prevaleceremos", dijo a El Observador el propio ministro, quien suele fijar la primavera como el momento en que se empezará a caminar hacia la normalidad, sin dejar de confiar en un impacto gradual de la inmunización a partir de las próximas semanas, a medida que más uruguayos se sometan al pinchazo. "Vacunar, vacunar, vacunar. Es la única salida", agregó el jerarca.
En el gobierno observan con particular atención el aumento de casos registrado en los últimos días, pero por sobre todo el incremento en el promedio semanal de muertes e ingresos a unidades de cuidados intensivos, dos indicadores sobre los cuales se esperaba un descenso paulatino a raíz de la campaña de vacunación.
"Los casos no me preocupan tanto como la repercusión sanitaria: hospitalización, CTI y muerte", dijo Salinas el martes pasado en Las Piedras.
De un mismo modo, fuentes de Torre Ejecutiva señalaron que Lacalle Pou también ha dejado entrever su descontento con los números que le llegan cada día desde el Sistema Nacional de Emergencias (Sinae).
El jueves y el viernes se volvieron a romper récords de casos, con más de 4.500 contagios registrados cada día. A eso se sumó también el quiebre en la tendencia a la baja del promedio de muertes e ingresos a CTI.
El promedio de ingresos diarios analizados en una ventana móvil de siete días ascendió a 43 el viernes pasado, cuando había llegado a bajar de un techo de 52 a 40. Las muertes diarias, por su parte, llegaron el viernes a un promedio de 56, cuando una semana antes habían bajado a 48.
“Esto no da tregua. Otra vez la media de la semana va a estar cerca de 45. En el peor período –entre la segunda de abril y la primera de mayo– fue de 48; no nos alejamos mucho”, dijo el presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI), Julio Pontet.
En la mañana del viernes, Lacalle Pou dijo que "si bien hubo un aumento en los casos, no hubo un aumento en tratamiento intensivo". "Sigue bajando semanalmente, ayer (por el jueves) estaba estable y tampoco hubo un salto en los fallecidos”, señaló el mandatario.
Pontet señaló que en la “visión optimista”, es decir un escenario en que las vacunas empiecen a surtir mayor efecto a nivel comunitario, la ocupación de los CTI no va a aumentar pero tampoco a disminuir. “Es un nivel en el que estamos totalmente exigidos”, agregó. De la muestra de ingresos de mayo realizada por SUMI, solo seis pacientes tenían las dos dosis de alguna de la vacunas y cuatro de ellos no habían completado el período de dos semanas necesario para alcanzar la inmunidad completa.
Este viernes, horas después de decretar la reapertura de free shops, gimnasios y el deporte amateur, el presidente afirmó que las medidas sanitarias se irán evaluando semanalmente y se refirió a por qué ciertas actividades están abriendo mientras otras siguen suspendidas. "Hemos decidido hacer una evaluación semanal; hace un tiempo era mensual o quincenal. Queremos ir haciéndolo semanal. Y surgen preguntas: yo las entiendo y me pongo en los zapatos de muchos uruguayos, de por qué sí los gimnasios y por qué no los espectáculos culturales. Es cierto, no hay una discrecionalidad total. Hay una valoración que trata de ser justa y como toda acción humana tiene un porcentaje de injusto", argumentó.
Una de las medidas aplazadas es el retorno de las clases presenciales más allá de las escuelas rurales, la educación inicial y una parte de los alumnos de primero, segundo y tercer grado de Primaria.
El pasado 28 de abril, cuando el gobierno anunció el cronograma de regreso a las aulas, Lacalle Pou dijo que tenían un "calendario tentativo hasta el 27 de junio", pero que era "muy prematuro poner fechas", más allá del 18 de mayo. "¿Por qué? Porque la ilusión nuestra es que a mediados de mayo haya causado efecto la vacunación masiva y podamos adelantar el retorno a clases de los que hoy van a tener la virtualidad y no lo presencialidad”, agregó el mandatario en ese entonces.
Sin embargo, la situación epidemiológica, incluyendo la cantidad de casos en el ámbito educativo, obligó a las autoridades a aplazar una semana la definición sobre cómo continuará el cronograma de regreso a la presencialidad.
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