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Como está haciendo Canadá para impulsarse en los consumidores para la recuperación post covid

Ahorros de C$200 mil millones y un presupuesto de las “tres C” — clima, Covid y cuidado infantil — impulsarán la recuperación de la pandemia

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13 de mayo de 2021 a las 15:53

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Andrew Jack

Para el empresario canadiense Mike Wood, al igual que para la economía de su país, el coronavirus ha sido el factor definitorio del año pasado. Él tiene la esperanza de que una reducción de las restricciones del confinamiento ayude a impulsar tanto la recuperación de su compañía de eventos como su propia fortuna.

“Han sido 13 meses de locura para mí”, él indicó. “Te puedes imaginar la lucha. Nuestros ingresos brutos se han reducido en un 97 por ciento”. Su compañía, Ottawa Special Events — la cual alquila escenarios, mesas y equipos de sonido e iluminación —, ha sufrido múltiples cancelaciones de pedidos y hubo necesidad de despedir a sus 23 empleados.

“No estamos en condiciones de reincorporar a nadie al trabajo, y mi socio comercial y yo no hemos cobrado un cheque de pago desde abril de 2020”, él agregó. El apoyo financiero del gobierno apenas cubre su hipoteca e, incluso cuando regresen los pedidos, Wood se enfrentará a pagos de alquiler diferidos de su negocio. “Hay mucha desesperación. Dos amigos me acaban de decir que se están declarando en quiebra”.

Sin embargo, después de un lento comienzo en el despliegue de las vacunas contra Covid-19, las perspectivas están comenzando a mejorar y la economía ha demostrado ser inesperadamente robusta.

En abril, en el primer presupuesto del país en dos años, la ministra de Finanzas, Chrystia Freeland, pudo anunciar la financiación de lo que los observadores denominaron las “tres C”: clima, Covid y cuidado infantil.

Ella extendió su apoyo a las personas y empresas más afectadas por la pandemia, a la vez introduciendo nuevas políticas sociales que cubren el cuidado infantil y la asistencia a la educación temprana, así como medidas para promover la transición a la economía verde.

Ese mismo mes, el Banco de Canadá señaló que la economía había mostrado una “resiliencia impresionante”. El banco elevó su pronóstico de crecimiento del producto interno bruto (PIB) al 6.5 por ciento para 2021 y al 3.75 por ciento para 2022. Además, el banco central tomó la delantera sobre sus pares internacionales al decir que reduciría la flexibilización cuantitativa. También planteó la posibilidad de una subida de tipos de interés.

En este contexto, Craig Wright, el economista jefe del Royal Bank of Canada (RBC), ha dicho que existe optimismo en cuanto a un resurgimiento liderado por los consumidores, respaldado por aproximadamente C$200 mil millones (US$163 mil millones) que la gente ha guardado como ahorros, incluyendo C$117 mil millones provenientes de pagos del gobierno. Según Wright, las relativamente sólidas hojas de balance comerciales también pudieran impulsar la inversión y las adquisiciones.

En parte, las perspectivas de crecimiento canadiense reflejan las tendencias mundiales, especialmente en EEUU. La elección del presidente Joe Biden, y el efecto de su programa de estímulo de US$1.9 billones, también han contribuido a impulsar la entrelazada recuperación de Canadá.

“Con la nueva administración podemos anticipar un entorno comercial más predecible y un enfoque más multilateral”, explicó Wright. “Canadá es una economía pequeña y abierta con un impacto limitado, y nos va bien en un mundo abierto y multilateral. El estímulo de Biden es una buena noticia para el crecimiento estadounidense. Una buena noticia para EEUU es una buena noticia para Canadá”.

Wright considera que la creciente demanda estadounidense ayudará a la industria canadiense, especialmente en el sector automotriz, ya que las cadenas de suministro abarcan ambos países. A largo plazo, él ha anticipado ganancias conforme EEUU busca diversificarse fuera de China y cambiar hacia “una economía más limpia, verde e inteligente”. En un reciente artículo, Wright destacó las posibilidades de un crecimiento impulsado por las exportaciones si Canadá puede aprovechar su potencial. En su opinión, las oportunidades se encuentran en la captura de carbono y en los vehículos eléctricos; en un enfoque estadounidense en la reingeniería de las cadenas de suministro; y en una repatriación de la fabricación “para abordar los retos de seguridad nacional, resiliencia, recuperación de la pandemia y cambio climático”.

Otros, sin embargo, instan a la precaución. El llamado de Biden a “Comprar estadounidense” y su cancelación del oleoducto Keystone XL ejercerán una nueva presión sobre la economía de Canadá. Al mismo tiempo, las bajas tasas de interés, la limitada oferta de viviendas y el trabajo desde la casa han estimulado un aumento en los precios de las propiedades. Esto ha generado preocupación acerca de una burbuja especulativa y ha dificultado que los jóvenes canadienses puedan incorporarse al grupo de propietarios de vivienda.

Canadá también está enfrentando un problema con una fuerza laboral que está envejeciendo, el cual está tratando de abordar con un programa de tres años para atraer a 1.2 millones de inmigrantes.

Robert Asselin, el vicepresidente senior de políticas del Consejo Empresarial de Canadá (BCC, por sus siglas en inglés), señaló: “La economía ha demostrado ser más resiliente de lo que la mayoría de la gente pensaba hace seis meses. Lamentablemente, el crecimiento no está impulsado por una inversión productiva, sino por el consumo”.

Él ha argumentado que el presupuesto ha sido principalmente redistributivo, con un énfasis en el gasto social. A él, en cambio, le gustaría ver un enfoque más “sectorial, quirúrgico” en las áreas con mayores perspectivas de inversión y de crecimiento, como la fabricación avanzada, la tecnología limpia y las biociencias.

Asselin ha identificado una necesidad más amplia de fomentar la innovación y el crecimiento para superar la preponderancia de pequeñas y medianas empresas que carecen de escala. “El gobierno no está lo suficientemente enfocado en políticas de crecimiento a largo plazo”, él indicó. “La pandemia ha sido difícil de manejar, pero se suponía que este presupuesto iba a tratar con cómo reconstruir mejor. Creo que desperdiciaron esta oportunidad de ser más productivos”.

Otro reto para Canadá será político, tanto en la medida en la que el gobierno federal pueda implementar sus planes como en cuánto al tiempo que pueda permanecer en el poder como gobierno minoritario.

Anna Gainey, presidenta ejecutiva de Canada 2020, un grupo de expertos progresista con vínculos con el Partido Liberal gobernante, comentó: “El compromiso es claro. Ahora comienza el trabajo de ir de provincia en provincia y entender las realidades regionales, y entre zonas urbanas y rurales. Va a tomar algún tiempo encontrar una solución en todo el país”.

Wood se siente cautelosamente optimista en cuanto a la recuperación de Canadá y de su negocio. “La gente sabe que habrá una demanda acumulada”, él comentó. “Espero que, a partir de septiembre, veamos que la actividad regrese. Todavía estamos muy lejos, pero hay esperanza. El mundo necesita recuperarse y que la vida vuelva a la normalidad”.

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