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Hablemos de dinero

La creación de dinero en forma de deuda ha causado la actual situación de enorme endeudamiento en todo el mundo
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23 de marzo de 2020 a las 05:04

¿Cuánto dinero hay en el mundo? La respuesta depende de la definición de dinero. Según MarketWatch, considerando sólo el dinero en efectivo (monedas y billetes), en 2017 la cantidad total de dinero era de unos US$ 7,6 billones. En cambio, considerando también los créditos bancarios, los bonos y otras cosas semejantes, esa cantidad se elevaba a unos US$ 90 billones. Por ende, el dinero en efectivo representaba sólo un 8% del total de dinero circulante.

¿Qué es lo que da valor al dinero? Desde 1971, cuando el presidente Nixon decretó la inconvertibilidad del dólar, poniendo fin al patrón oro, básicamente el dinero en efectivo es "dinero fiduciario", es decir dinero que tiene valor meramente porque un gobierno lo establece por decreto y una comunidad le da su confianza.

¿Cuál es el origen del dinero no físico (el 92% del dinero circulante)? Analicemos el caso de los créditos bancarios. Si pido un préstamo de $ 100.000 a un banco, el banco suma $ 100.000 al saldo de mi cuenta, pero en principio no sale ningún billete ni moneda de sus bóvedas y ninguna otra cuenta bancaria es alterada. ¿De dónde salen pues los $ 100.000? Simplemente, el banco los crea al prestármelos. Puede hacerlo porque las leyes se lo permiten, con una limitación: debe respetar el "encaje bancario". Si el encaje bancario es del 20%, el banco debe tener una reserva en efectivo de al menos un 20 % del total de su dinero prestado. En otras palabras, por cada peso depositado por un cliente el banco puede prestar hasta cinco pesos. El banco crea dinero en forma de deuda: quien recibe el nuevo dinero está obligado a devolverlo, pero además debe pagar intereses, porque se trata de un préstamo a interés.

Esto contribuye a explicar otro dato: según MarketWatch, la deuda global total (de todos los gobiernos, empresas e individuos) es de unos 215 billones de dólares, más del triple del PIB mundial. La población mundial se estima en unos 7.600 millones de personas, por lo que la deuda global promedio per capita es de algo más de US$ 28.000. En una familia de cuatro miembros, esto representa una deuda promedio de más de US$ 100.000. Se trata de una carga pesadísima que, en mayor o menor grado, aflige a la gran mayoría de las familias del mundo.

Según la OPP, en Uruguay en 2018 el pago de intereses de la deuda pública ascendió a $ 53.003 millones, mientras que la ejecución total del presupuesto nacional ascendió a $ 530.721 millones. Por lo tanto, el pago de intereses representó el 10 % del presupuesto nacional. Ese porcentaje está creciendo porque la deuda pública viene en aumento, lo que impulsó a los tres gobiernos anteriores a aumentar los impuestos, lo que tendió a reducir el dinero en poder de los uruguayos, lo que a su vez ayudó a que se endeudaran más…

¿Quiénes son los acreedores de la deuda global? La cuestión es muy compleja, pero seguramente los bancos juegan un rol importante en ese sentido. ¿Y cómo se llegó a una situación tan difícil, en la que buena parte de los presupuestos de los gobiernos, empresas y familias se dedica al pago de capitales e intereses de deudas? Aquí cabe destacar la potencia del interés compuesto. Por ejemplo, $ 1.000 prestados a una tasa de interés del 10% anual se convierten (si no se paga capital ni intereses) en una deuda de $ 117.390 al cabo de 50 años y en una deuda de $ 13.780.610 al cabo de 100 años; y esto es sin considerar la inflación.

Nótese que la deuda global total es más del doble del total de dinero circulante por lo que, al parecer, para poder pagarla totalmente se debería crear más dinero. Empero si, como ocurre actualmente, más del 90% del dinero se creara en forma de deuda, el problema sería insoluble sin una reforma monetaria.

En esa línea, vale la pena mencionar el sistema del "crédito social", impulsado por un movimiento católico (Los Peregrinos de San Miguel Arcángel). En apretadísima síntesis, ese movimiento propone: 1) que la creación de dinero sea una función reservada exclusivamente al gobierno nacional; 2) que el dinero se cree al ritmo de la producción y se elimine al ritmo del consumo, de dos maneras distintas y complementarias: a) como un dividendo nacional pagado mensualmente a todos los ciudadanos del país; b) como un descuento compensatorio de los precios al consumo, para evitar la inflación.

Concluyo con dos observaciones sobre el sistema del crédito social.

I) En 1939 una comisión de nueve teólogos católicos canadienses examinó ese sistema y dictaminó que es compatible con la doctrina social cristiana y no tiene tintes de comunismo ni de socialismo.

II) Ese sistema se asemeja superficialmente a la propuesta (que hoy se discute en muchos países) de un "ingreso básico universal" garantizado por el gobierno, pero en el fondo es su opuesto. El crédito social respeta y favorece la propiedad privada, y su dividendo nacional no proviene del presupuesto estatal ni de los impuestos; mientras que el ingreso básico universal implicaría generalmente un gran aumento del presupuesto estatal y los impuestos, lo que conduciría a una mayor estatización y un mayor endeudamiento.

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