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Hong Kong, la otra China

Una metrópolis moderna, de un enorme desarrollo urbano, tiene una personalidad propia al combinar la influencia occidental con la cultura del dragón
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12 de mayo de 2019 a las 05:00

Una característica interesante de Hong Kong es que, si bien es una ciudad que puede resultar abrumadora por su enorme desarrollo urbano, también tiene un lugar para la naturaleza y la tranquilidad. Hay un notorio contraste entre las grandes avenidas, modernas, exageradamente transitadas y muy comerciales, y barrios tranquilos, parques y zonas de preservación, con lo que se logra una agradable armonía. 

Hong Kong presume de sus grandes construcciones de obra pública, como el puente colgante de Tsing Ma, el séptimo más largo del mundo y el primero en su categoría de doble plataforma (una para vehículos y otra para tren). Otra de las obras a destacar es el aeropuerto internacional de Hong Kong, inaugurado en 1998 y diseñado por el famoso Norman Foster, y para el que se creó una isla artificial; o el puente Hong Kong-Zhuhai-Macao, inaugurado en 2018. 

La isla propone un sinfín de atracciones y actividades, ya sea en el norte, la zona centro o en el sur, o incluso en las otras islas que forman este archipiélago. Pero Hong Kong suele ser una extensión de un viaje a China y a fines prácticos se propone una selección de las actividades imprescindibles en la zona. 

El punto más famoso de la ciudad es, sin duda el Victoria Peak. Se puede tomar el Peak Tram en Garden Road (existe desde 1888 y en la actualidad está en mantenimiento hasta junio) u otros transportes alternativos –como el New World First Bus o, para los más valientes, subir los más de 500 metros caminando– y llegar a este pico desde donde dimensionar el impresionante desarrollo edilicio de Hong Kong: la jungla de rascacielos por un lado y las montañas boscosas al otro. Por supuesto que la perspectiva desde el suelo es, también, por demás interesante, no solo por estas enormes torres de hormigón sino por las luces de la ciudad, el color y el bullicio. El Victoria Peak es un lugar ideal donde ver el atardecer, sin duda una maravillosa e impresionante postal. 

Hong Kong posee una gran conexión con el mundo occidental, sobre todo con el cine, y es así que posee su propio Paseo de las Estrellas y su Disneyland. El hall de la fama es un clásico, y las fotografías que no faltan son con las estrellas Jackie Chan y Bruce Lee (además de la estatua). Cuando la familia lo requiere, un escape a Disney no es una mala idea. Similar a la versión europea de París, este Disneyland de Hong Kong es ideal para salirse de los planes citadinos por un rato. Cruzando hacia la otra orilla, en la zona central, se encuentra uno de los hotspots de Hong Kong: las escaleras mecánicas más largas del mundo; son 135 metros de ascenso: las Central Mid Levels Escalators. Lo bueno es que no solo se puede visitar la zona por las escaleras, sino para disfrutar de sus múltiples bares y restaurantes, y por su cercanía al Soho, donde lo cosmopolita, bohemio y colorido se hace presente en bares, restaurantes y comercios. Los mercados callejeros y el regateo son un clásico en Hong Kong; entre los más famosos están el Ladies Market y el Temple Street Market (ambos desde la tarde hasta tarde en la noche). En cuanto a compras, muchos acuden a comprar tecnología en Apliu Street, donde se consigue de todo a precios muy económicos.

Cultura y religión

Lo religioso y espiritual es de gran importancia en Hong Kong, y forma parte de la idiosincrasia y la vida diaria de sus habitantes. Uno de los impresionantes atractivos es el Gran Buda de bronce Tian Tian. De 34 metros y 202 piezas, desde su construcción en 1993, es el mayor buda sentado del mundo. Simboliza la unión del hombre con la naturaleza y para llegar a él se deben subir 268 escalones. El Gran Buda es una extensión del monasterio Po Lin (de 1906), y es uno de los centros budistas más importantes de China. Se llega hasta este lugar a través del teleférico Ngong Ping 360, disfrutando de hermosas vistas o en bus. 

Otro de los monasterios que sorprenden, y mucho, es el de los Diez Mil Budas. Cientos de figuras se van viendo a lo largo del recorrido hacia las instalaciones finales del monasterio. De tamaño hombre, irán guiando a los visitantes hasta llegar a la cima de la ladera (son unos 400 escalones a subir) donde está la pagoda y un lugar para rezar, y aquí se encuentran 10 mil pequeñas estatuas de Buda. 

También es digno de admirar el templo Man Mo, de 1847, de una maravillosa fachada, y cuya característica más sorprendente son sus enormes espirales de humo de incienso, lo que genera una gran paz, sobre todo si se toma en cuenta que está cerca del ruidoso distrito financiero. Es un tributo al dios de las Letras (Man) y al dios de la Guerra (Mo). 

Asimismo, la diosa de los mares, Tin Hau, genera amores y son muchos los templos que le rinden culto, sobre todo en pueblos y ciudades costeras. 

Un poco de tranquilidad 

El parque Victoria es uno de los lugares donde escaparse al verde en medio de la locura de la vida urbana. Aquí se extiende una gran explanada donde hacer un pícnic o descansar un rato al sol junto a locales y turistas. En las mañanas es una oportunidad para ver clases de tai chi o incluso participar en ellas. 

Otro sitio que transmite una maravillosa paz es el jardín Nan Lian, donde se encuentra el monasterio de Chi Lin, hermoso conjunto de templos budistas. En el parque Hong Kong también se puede disfrutar de la naturaleza, con un gran aviario que recrea una selva tropical, un lago y un invernadero, y hasta un museo del té. 

La zona de Tsim Sha Tsui, con la torre del reloj de Kowloon; también el Hong Kong Cultural Centre y el Hong Kong Space Museum vale la visita. En esta rambla cada tarde se puede apreciar un espectáculo de luces desde los rascacielos, con luces láser y música. 

Piques
El Gran Buda. Es una imponente estatua de bronce de 34 metros de altura y 250 toneladas, situada en Ngong Ping, la parte más alta de la isla de Lantau. La representación del Buda sentado más grande del mundo está rodeada por estatuas que simbolizan la inmortalidad. 
Templo Man Mo. Un edifico religioso, construido a mediados del siglo XIX, en honor al Dios de las Letras (Man) y al Dios de la Guerra (Mo), donde llama la atención el aroma a incienso que se desprende de unos gigantes espirales. Un espacio para la espiritualidad que se levanta a pasos del bullicioso distrito financiero. 
Casas flotantes. Es una zona de pescadores, en la que viven en casas flotantes, en medio de un gran contraste con los rascacielos que las rodean. La recomendación es dar un paseo en barco por la bahía, que los hay de diferentes servicios, siempre dispuestos a negociar los precios. La bahía de Aberdeen es famosa porque en ella se encuentra uno de los restaurantes más conocidos de Hong Kong: el restaurante flotante Jumbo Kingdom. Es el más grande del mundo de esa característica, con una capacidad para más de 2.000 personas.

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