La familia Pinczak inauguró la cosecha de arroz 2023 este domingo 5 en Artigas. Además de la cosechadora, la que no para de trabajar en su campo es la enfardadora. El arroz se envía a la industria y los fardos de paja de arroz irán satisfaciendo una fuerte demanda de ganaderos del departamento, "desesperados" por la falta de forraje debido a la sequía, contó a El Observador Karol Pinczak.
Artigas es uno de los departamentos más golpeados por la sequía. Incluso se han reportado muertes de ganado por falta de agua y alimento. Ante esa situación y una producción de forraje insuficiente, la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA) y el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) trabajan en un plan de venta de fardos derivados de la trilla del arroz, informó Alfredo Lago, presidente de la gremial.
En 2022 también se realizó un plan de este estilo, pero solo para ganaderos del norte del país. Para este año, el ministro Fernando Mattos tiene la intención de que la iniciativa sea a nivel nacional, contó Lago.
Todavía hay que afinar detalles, dijo. Por ejemplo, el precio al que se venderán los fardos por medio del MGAP y la ACA. El dirigente resaltó que "hay interés por parte del ministerio (en el uso de esos fardos), atiende una necesidad por la escases de fibra que está enfrentando el país".
Agregó que "la mejor fibra que se va a generar (en este contexto de sequía) es esa paja que queda en el campo tras la cosecha de arroz".
En el campo de los Pinczak, en Mones Quintela, este lunes los camiones comenzaron a levantar los primeros fardos, muchos de los que ya están vendidos.
La familia tiene dos máquinas, cada una con una capacidad de hacer 500 fardos por día, pero las compras son mayores. "La gente está desesperada, hace 20 o 30 días que están pagando por adelantado para asegurarse. Han comprado de a 100, de a 200, 500 y hasta 1.000 por persona", comentó el Pinczak.
Lago resaltó que los arroceros tendrán una oportunidad de negocio con estos fardos.
El forraje tendrá un costo para los ganaderos por los gastos que trae aparejados, como por ejemplo el de combustible, además porque al sacar la paja de arroz del campo se pierden nutrientes naturales que sirven para fertilizar la tierra (como el potasio, explicó), por lo que luego los productores deberán recomponer esos nutrientes con más fertilizante.
"Lamentablemente hoy Uruguay no tiene praderas de gran calidad, pero tiene al fardo de arroz, que como fibra y para mantenimiento de los ganados es muy valedero. Se trata de aprovechar cuando hay escases de otros, no es algo que se utilice todos los años, sino cuando hay escases y el productor no puede conformar otra fibra", detalló.
La paja de arroz tiene bajos niveles de proteína, mucha fibra, altos índices de sílice, baja cantidad de minerales y vitamina A, indica un informe del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA).
Una de las características de estos fardos es que son de "baja digestibilidad". Tienen valores de proteína baja, lo que afecta la tasa de actividad microbiana rumial, que necesita nitrógeno como sustrato para reproducirse y atacar y digerir la fibra. Los altos niveles de sílice afectan de forma negativa la digestibilidad de la paja, que tiene una velocidad muy lenta.
Desde el instituto se destacó que el fardo de trilla de arroz no sustituye al pastoreo del rastrojo poscosecha, ya que lo que queda una vez que pasa la cosechadora, conocido como "cola de máquina" no se aprovecha en un pastoreo directo.
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