Camilo dos Santos

Incertidumbre como oportunidad: la historia de empresas exitosas creadas en la pandemia

Allegra Store y Vopero iniciaron sus operaciones en 2020 y, desde entonces, no paran de crecer

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04 de abril de 2022 a las 05:03

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Niñera, fotógrafa y, desde el 2020, dueña de una marca de indumentaria. En el año en el que cerraron 39 mil empresas y se perdieron casi 60 mil puestos de trabajo en Uruguay, Yennifer Bragunde cumplió su sueño con la creación de Allegra Store. 

Un día —el 13 de marzo de 2020—, su vida cotidiana cambió y se enfrentó a un panorama en el que sus trabajos eran cada vez menos demandados. Por tanto, decidió recorrer nuevos caminos y empezó a concretar una idea que hasta el momento no había pasado los límites de su imaginación. Así fue como el 16 de junio Allegra Store ingresó al mercado como una tienda de ropa femenina que, mes a mes, fue creciendo en Uruguay. 

Tal como le sucedió a Bragunde, la pandemia cambió la vida de las personas en diversos aspectos, entre los que se destaca el profesional. Desde nuevas modalidades laborales hasta nuevos trabajos, las personas debieron adaptarse a realidades que les permitieran seguir adelante y algunos emprendedores empedernidos optaron por crear empresas desde cero. 

Sin dudas, apostar por un negocio era difícil en 2020. De hecho, según el monitor que difunde información sobre el universo de micro, pequeñas y medianas empresas de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE), en 2020 creció solamente 0,2% la cantidad de estas empresas en Uruguay (pasó de 190.175 en 2019 a 190.592 en 2020), mientras que el año anterior, el aumento había sido de 3% (pasó de 185.900 en 2018 a 190.175 en 2019). 

Sin embargo, las datos revelan que las participación de las mujeres en la actividad empresarial se disparó. Según reveló el índice Mastercard de Mujeres Emprendedoras de 2021, el porcentaje de mujeres que se dedican a los negocios por necesidad de supervivencia en el país saltó de 34,7% a 82,5%.

Dos de ellas fueron las encargadas de idear y llevar adelante Allegra Store y Vopero, empresas que hicieron del año 2020 uno de superación.

Vopero es un sistema masivo de recirculación de prendas que comenzó a operar en noviembre de 2020 en manos de Maggie Ferber, Alejandro Esperanza e Ignacio Cattivelli. La idea de la marca fue de Ferber, que luego de vivir 10 años en Estados Unidos volvió a Uruguay y se enfrentó a una sociedad que no seguía los hábitos de consumo de la potencia mundial, y donde tanto la industria de la moda como la del ecommerce estaban poco desarrolladas.

“¿Dónde están las experiencias de compra que el usuario quiere?”, se preguntaba quien luego sería la CPO (directora de producto, por sus siglas en inglés) de la empresa. Entonces —impulsada por el boom de la tendencia secondhand a nivel mundial—, decidió llevar a cabo Vopero: una marca vanguardista en la industria de la moda uruguaya.

En la plataforma de Vopero se encuentran compradores y vendedores. Quienes compran entran a la aplicación a través de un usuario con el que pueden personalizar su feed según estilo, marca favorita, talle y demás. Esa personalización se basa en dos premisas, por un lado, que dentro de Vopero están todos los roperos de las personas que eligen vender en la plataforma, por lo que el inventario es dinámico y, por otro lado, que cada persona se viste distinto. Quienes venden ingresan a la aplicación en la sección de venta y solicitan un kit donde poner las prendas que después serán recogidas por un representante de la empresa. 

Vopero se encarga del almacenaje, la fotografía, la venta, la distribución de los pedidos y el retorno en caso de que un comprador no quiera la prenda. 

Vopero
Proceso de fotografía de Vopero

“Somos partidarios de que las prendas que usamos tienen el poder de generar impacto y las que no usamos también, es ahí donde entramos a facilitar la compra y venta para que no haya barreras ni para los que compran ni para los que venden”, señaló Ferber.

Emprendedoras a la carga

Según reveló el índice Mastercard de Mujeres Emprendedoras 2021 —que tiene el cometido de evaluar la situación de las mujeres en el ámbito empresarial, financiero, educativo y laboral, para luego compararlo con el desempeño de los hombres en estos mismos espacios—, la pandemia tuvo un impacto desproporcionado en las mujeres y amenazó con retroceder en décadas los progresos hacia la paridad de género en los lugares de trabajo. Pero frente a esta afección, las mujeres demostraron ser “optimistas emprendedoras”. De hecho, 12 de las economías analizadas en el informe registran un aumento en la tasa de actividad emprendedora femenina, y en 10 de ellas las mujeres emprendedoras superan en número a los hombres. 

Una particularidad que tienen Allegra Store y Vopero es que están ideadas por mujeres que ahora trabajan junto con otros integrantes. Allegra Store está liderada por Bragunde, Florencia de Mello y Emiliano Chinelli. Por su parte, el dream team de Vopero está compuesto por Ferber, Esperanza y Cattivelli.

Vopero
Ignacio Cattivelli, Maggie Ferber y Alejandro Esperanza

Tras haber perdido sus fuentes de ingreso, Bragunde quiso crear una pequeña tienda de ropa para trabajar en un rubro que siempre le interesó. Pero Chinelli la incentivó a soñar en grande y así fue como con su expertise —en moda de Bragunde y en ecommerce de Chinelli— se pusieron a trabajar y en dos semanas, tenían todo pronto para el lanzamiento.

Allegra Store comercializa ropa casual que se ajusta a las tendencias de cada temporada y tiene una línea de básicos que apuesta a la comodidad; una línea muy codiciada por las clientas en el momento de la creación de la marca. Igual de demandado era su método de venta. La empresa inició como una tienda online y tuvo una fuerte demanda en los meses en los que las medidas sanitarias fueron más estrictas.

En Vopero la realidad fue similar. Cuando la marca ingresó al mercado, en Estados Unidos y Europa la tendencia de consumo de ropa de segunda mano y las compras a través de plataformas estaban en aumento. 

“De todas las crisis, surgen oportunidades”, sostuvo el director ejecutivo (CEO, por sus siglas en inglés) de Vopero, Alejandro Esperanza. Y la marca de recirculación de prendas supo aprovecharlas. Guiándose por casos de éxito del mundo, crearon un producto que toma lo mejor de dos modelos: el vínculo persona-persona y el que ubica a las empresas como intermediarias. Vopero tiene una plataforma que permite la interacción entre los usuarios pero les quita la responsabilidad de las transacciones. Se encarga de todo el proceso y ofrece garantías para compradores y vendedores. 

“Venimos a dar certezas y a bajar barreras de la ropa de segunda mano”, afirmó Esperanza. Hacerlo durante la pandemia ayudó a lograr algunos de los objetivos establecidos en un timing impensado.

“La pandemia desaceleró a todo el mundo y nosotros estábamos patinando sobre hielo; o nos dábamos contra la pared o empezábamos a despegar”, sostuvo Ferber.

Patinando sobre hielo

Vopero despegó. Es que desde la fase de ideación todos los procesos de la marca estuvieron pensados para escalar y, frente a un aumento de consumidores, estuvieron preparados para crecer.

Primero, se encargaron de brindar una buena experiencia de compra: más inteligente —por la cantidad de prendas y los precios que ofrecen en comparación con la ropa nueva—, y que, además, es sustentable. Por esto no solo atraen más clientes, sino que logran que quienes compraron lo hagan de nuevo. 

“Tenemos la confianza de que, una vez que prueba Vopero, la gente retorna”, dijo Esperanza y apuntó que entrar a la plataforma puede convertirse en un ritual del día a día para los consumidores porque no hay una marca que tenga los mismos niveles de ingresos de prendas en 24 horas. El trabajo de Vopero está pensado para procesar miles de prendas por día y ya instalarlas en el mercado.

Actualmente, en la plataforma hay más de 100 mil usuarios registrados y más de 8 mil vendedores activos. En los 15 meses que lleva operativo, Vopero vendió más de 150 mil prendas y sigue acelerando procesos para superar ese número: la semana pasada alcanzaron un récord de procesamiento con 2 mil prendas únicas en un día.

Además, el crecimiento vertiginoso de la marca la llevó hacia otro mercado. En abril de 2021 desembarcaron en México con un depósito de 300 metros cuadrados. Por la demanda que tuvieron en uno de los mercados más grandes de América Latina, en seis meses abrieron un centro de procesamiento de 2 mil metros cuadrados y un “Voper Center” de tres pisos. Algo similar había ocurrido en Montevideo: “Cuando lanzamos la marca alquilamos un espacio de 180 metros cuadrados que oficiaba como centro de procesamiento y local y a los dos meses no podíamos abrir la puerta del baño porque estaba lleno de bolsas”.

Por su parte, Allegra Store empezó como una unipersonal que luego se trasladó a la categoría de pequeña empresa y más adelante, volvió a crecer: al día de hoy tiene 5 mil clientas registradas y 10 mil pedidos realizados. También aumentó su tamaño en cuanto a socios y empleados.

Un punto de inflexión para la marca fue la incorporación de Florencia de Mello, una diseñadora de la industria mayorista de Uruguay. Ella asumió un rol importante en la empresa y ahora trabaja espalda con espalda con Bragunde en los temas principales. “Cuando me invitaron a ser socia me daba miedo la pandemia, pero fue una gran oportunidad que supimos aprovechar al máximo. Logramos conectar con el público y hacer llegar a las clientas los productos que estaban buscando”, contó la diseñadora. 

Camilo dos Santos
Yennifer Bragunde y Florencia De Mello

Con la llegada de De Mello también se concretó la creación de la primera tienda física, que fue muy exitosa. Ubicada en Pocitos, captó a clientes que compraban online y se convirtieron en seguidores fieles de la marca y, asimismo, llamó la atención de consumidoras de la zona. 

Un camino sinuoso

Aunque en términos generales la pandemia dio un contexto favorable para estas empresas, las dos se encontraron con piedras en el camino. Bragunde, Chinelli y De Mello entraron en un terreno desconocido cuando eligieron emprender, por lo que tuvieron que aprender rápido para conseguir un negocio rentable. Una de las dificultades más grandes a la que se enfrentaron fue la de trabajar con el mercado uruguayo, que es pequeño y en el que a veces escasean los talleres y los textiles. 

Para Vopero, la mayor dificultad fue cuando se expandieron a nivel internacional porque tuvieron que operar el negocio siguiendo con las medidas sanitarias. En sus palabras, a pesar de las dificultades, los desafíos hicieron “divertido” y “superintenso” el camino.

Los pasos a seguir

Allegra Store tiene tres objetivos para el año que está en curso. En primer lugar, apuntan a diseñar y producir más artículos en Uruguay. En segundo lugar, quieren mantener el fenómeno de la recurrencia: que quienes los eligen una vez vuelvan a hacerlo. En tercer lugar, los socios de la marca apuntan a una nueva tienda física para captar más clientas, pero esta vez ubicada en Carrasco.

Por su parte, Vopero tiene planes para el largo plazo. Ferber, Esperanza y Cattivelli aspiran a dos objetivos. Por un lado, sueñan —y creen posible— conquistar América Latina. Aunque la idiosincrasia de cada uno de los mercados en la región tiene sus particularidades, según Esperanza, “la cultura va al mismo ritmo”. Pero luego, dijo que actualmente el foco de la marca está en consolidarse en Uruguay y en México. “Para ir saltando cada mercado hay que tener ciertas convicciones comerciales y operativas que permitan multiplicar la atención”, explicó el CEO y apuntó que la firma aún no está en esa posición, por lo que esperarán para continuar con la expansión.

Por otra parte, los dueños de la empresa tienen el sueño de construir la solución completa al problema de la industria textil. Aunque actualmente trabajan con fundaciones a las que donan las prendas que no están en condiciones para ser vendidas en la plataforma, pretenden desarrollar un sistema de upcycling propio. “Estamos juntando ropa que hubiese terminado en el basurero, queremos desarrollar un sistema que nos permita clasificar todo lo que no pasa el control de calidad y mandarlo a talleres que estén cofundados por Vopero en comunidades vulnerables —que hay en todo América Latina— y allí, enseñar a los jóvenes a hacer procesos de upcycling para que empiece a salir ropa hecha de otras prendas, y que sea de Vopero”, explicó Ferber.

Para ambas marcas, lo importante es tener nuevos proyectos para llevar a cabo, y seguir en el proceso de crecimiento en el que están embarcadas desde 2020. 

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