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6 de diciembre 2023 - 7:00hs

Los resultados que se presentaron este lunes eran esperados con cierta ansiedad. Porque los resultados numéricos internacionales siempre sirven para ordenar y compararse —y desde 2018 no se presentaban— pero, sobre todo, porque existía cierto temor sobre cuál podría ser el impacto de la pandemia en los aprendizajes de los estudiantes. 

Y pasando raya, expertos y autoridades respiraron tranquilos. Porque si bien las pruebas PISA no evalúan el impacto del covid-19 son los primeros resultados de una generación afectada por la pandemia y Uruguay logra cierta estabilidad en un contexto de caída mundial. Una tendencia que venía de antes de la llegada del virus y que se mantiene en 2023. 

En el corto plazo (2018-2022) Uruguay muestra un resultado peor en matemática, similar en lectura y mejor en ciencia mientras que si la mirada es a mediano plazo (2012-2022) los resultados en matemática se mantienen y mejoran en las otras dos disciplinas. 

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Las pruebas PISA son una de las evaluaciones más importantes del mundo, se aplica en 81 países de los que 14 son latinoamericanos. Se trata de una prueba que evalúa un cohorte de edad (15 años) no de grado para ver si los estudiantes son capaces de resolver actividades concretas de la vida cotidiana. No importa tanto si sabe hacer una resta sino si detecta cuándo aplicarla.

En un sistema que ha logrado avances respecto a la cobertura —y que por lo tanto tiene en las aulas estudiantes antes excluidos y, en general, provenientes de contextos más complejos pero menos alumnos a nivel general por la baja natalidad— es una buena noticia que los resultados se mantengan. 

Porque, además, también existe una mejora en la cobertura educativa oportuna, o dicho en otras palabras, siete de cada diez (72%) estudiantes de 15 años cursa el grado esperado para su edad, cuando en 2012 eran seis de cada diez (59%). Algo que puede estar influido por las “pautas excepcionales” de evaluación y pasaje de grado vinculadas a la pandemia. 

En el corto plazo (2018-2022) Uruguay muestra un resultado peor en matemática, similar en lectura y mejor en ciencia mientras que si la mirada es a mediano plazo (2012-2022) los resultados en matemática se mantienen y crecen en las otras dos disciplinas. 

“Uruguay tiene un panorama de una cobertura de 91%, con un 72% de estudiantes sin rezago escolar (con mejoras pero mucho camino por recorrer) y unos desempeños en los que todavía hay cosas para trabajar en lo que hace a la proporción de estudiantes que alcanzan las competencias mínimas para su inclusión plena”, resumió la coordinadora de los equipos técnicos de PISA en Uruguay, Laura Noboa. 

En ese contexto, PISA analiza cinco brechas educativas basadas en inequidades que en los resultados de 2018 confirman desigualdades que ya se conocían y prenden luces de alerta en algunas otras. 

Socioeconómica

Se trata de una inequidad persistente tanto en Uruguay como en el mundo: el origen socioeconómico define la trayectoria educativa. Pero no por sabido deja de ser llamativo: entre los más pobres y los más ricos los resultados muestran diferencias de casi 100 puntos (470 a 368).

“Es una diferencia grande”, señaló el doctor en Sociología y uno de los autores del informe, Santiago Cardozo, y enfatizó: entre el 20% más pobre menos de uno de cada cuatro (23%) logra llegar a las competencias básicas en matemáticas. “Es un porcentaje muy reducido”. 

Género

A nivel mundial a los hombres les va mejor en matemática y ciencia mientras que las mujeres obtienen mejores resultados en lectura. Esto, que tiene explicaciones multicausales, es persistente a lo largo del tiempo y las magnitudes de la brecha “no parecen ser tan importantes”. 

Sin embargo, Uruguay se ubica entre los 22 países con brecha de género más alta entre los 81 evaluados. “Eso tal vez encienda una lucecita de alerta sobre un factor de inequidad que no parece ser tan amplio pero sí persistente”, dijo Cardozo durante la presentación. 

Necesidades educativas específicas

Por primera vez en Uruguay se procesaron los datos de aquellos alumnos que tienen necesidades educativas específicas. Es decir de aquellos que tienen limitaciones funcionales de carácter físico, cognitivo, emocional o vinculadas a dificultades de aprendizaje (dislexia, discalculia, etc.)

Se trata de necesidades educativas que no les impiden a los alumnos participar y hacer las pruebas con los demás estudiantes.

Encontramos allí brechas significativas de 26 puntos que son brechas para considerar”, dijo Cardozo. Solo uno de cada tres (33%) alumnos con necesidades educativas específicas demuestra las competencias mínimas en matemáticas. Entre aquellos que no tienen necesidades educativas específicas ese número asciende a 44%. 

"Sirve para poner el tema sobre la mesa. En inclusión estamos en el horno, esto deja por fuera aquellos alumnos que no puede realizar la prueba", dijo a El Observador Santiago Cardozo. 

Rezago 

Una de las brechas más profundas se genera a partir del impacto que tiene el rezago en los desempeño en cualquiera de las áreas. Entre aquellos que repitieron o ingresaron de forma tardía al sistema obtienen, en promedio, casi 90 puntos menos que aquellos que están en el grado esperado. 

La repetición, tantas veces discutidas en Uruguay, genera una “diferencia súper importante” en los resultados de los aprendizajes. 

Entre los estudiantes que están en el grado esperado, más de la mitad (55%) obtiene los resultados mínimos en matemática. Entre aquellos que tienen un año de rezago, ese número se reduce a apenas un 13%.

Uno de los puntos resaltados por Laura Noboa fue que Uruguay es el octavo país, de los 81 que participaron en la prueba, con mayor tasa de repetición.

Geográficas

Si bien PISA no muestra diferencias entre los grandes sistemas (liceo privado versus liceo público) una vez que se considera el perfil de los estudiantes, sí hay una brecha importante según la distribución territorial. 

Entre Montevideo y el área metropolitana y las localidades menores y rurales hay una diferencia de 35 puntos en los resultados. Mientras que entre los primeros casi la mitad alcanza competencias básicas en matemáticas entre los segundos lo alcanzan solo el 29%. 

Incluso dentro del mismo sistema. Los liceos privados tienen seis de cada diez (62%) estudiantes con competencias básicas en la capital y alrededores mientras que en localidades menores y rurales son apenas tres de cada diez (28%). 

¿Qué se espera de un estudiante con niveles mínimos aceptables?

Matemáticas

Logra reconocer situaciones en las que necesitan diseñar estrategias simples para resolver problemas, incluida la ejecución de simulaciones sencillas que involucran una variable como parte de su estrategia de solución. Puede extraer información relevante de una o más fuentes que utilizan modos de representación ligeramente más complejos, como tablas con dos variables, gráficos o representaciones bidimensionales de objetos tridimensionales. Demuestra una comprensión básica de las relaciones funcionales y logra resolver problemas que involucran proporciones simples. Son capaces de hacer interpretaciones literales de los resultados.

Lectura

Puede identificar la idea principal en un texto de longitud moderada. Pueden entender las relaciones o interpretar el significado dentro de una parte limitada del texto cuando la información no es prominente, realizando inferencias básicas o cuando el texto o los textos incluyen información que distrae. Puede seleccionar y acceder a una página desde un conjunto, basado en indicaciones explícitas aunque a veces complejas, y localizar una o más piezas de información basados en criterios múltiples, parcialmente implícitos.
El estudiante en el nivel 2 puede, cuando se le indica explícitamente, reflexionar sobre el propósito general, o sobre el propósito de detalles específicos, en textos de longitud moderada. Pueden reflexionar sobre características visuales o tipográficas simples. Puede comparar opiniones y evaluar las razones que las respaldan en base a declaraciones cortas y explícitas. Las tareas en el nivel 2 pueden incluir comparaciones o contrastes basados en una sola característica en el texto. Las tareas reflexivas típicas en este nivel requieren que los lectores hagan una comparación o varias conexiones entre el texto y el conocimiento externo, basándose en experiencias y actitudes personales.

Ciencia

Puede aprovechar el conocimiento del contenido cotidiano y el conocimiento básico del procedimiento para identificar una explicación científica adecuada, interpretar datos e identificar la pregunta que se aborda en un diseño experimental simple. Puede usar el conocimiento científico básico o cotidiano para identificar una conclusión válida de un conjunto de datos simple. Los estudiantes de nivel 2 demuestran conocimiento epistémico básico al poder identificar preguntas que pueden investigarse científicamente.
 
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