Ismael Cala: “El potencial del liderazgo está en todos nosotros”

Años después, la comunicación se volvió su profesión, y llegó a la cima de su carrera en Estados Unidos, con un programa en CNN en el que entrevistó a diversas personalidades latinoamericanas. The New York Times lo calificó como “el Larry King latino” y la Revista People en Español lo ubicó en su lista de los 50 más influyentes.

En 2016, decidió renunciar y abrir su propia empresa. Ahora Ismael Cala recorre el mundo hablando sobre liderazgo y desarrollo humano; y será el presentador de America Business Forum (ABF) 2020, el próximo 7 de febrero en Punta del Este.

El lanzamiento de ABF 2020 se realizó en Fendi Chetau. Entre los trajes de color beige o gris, y zapatos de cuero marrón, Ismael Cala destacaba con una chaqueta azul, jean y championes de colores rojo, azul y amarillo.

Escuchó sentado en primera fila junto al público, aseguró que dará el 150% de su energía para que el evento sea un éxito, para luego saludar a la ministra de Turismo saliente, Lilian Kechichián, y desearle suerte al ministro entrante, Germán Cardoso.

Con su inconfundible acento cubano, explicó que le emociona ser el presentador de este año porque cree que el 2020 es especial. “Numerológicamente 2020 es reinicio. Es un año que marca la visión perfecta que un oftalmólogo quiere darle a todos los seres humanos cuando van al oculista, y decirles ‘mira, no hay nada que hacer contigo, tienes 2020: visión y claridad perfecta’” dijo.  Para Cala, ABF logra inspirar a la región “que está despertando con todos los movimientos que se están dando”.

¿Cuándo decidió renunciar a su trabajo para emprender?
En 2014 empecé a tener esa idea, y me tomé dos años para ejecutarla, porque tenía un conflicto muy fuerte dentro de mí. Estaba agradecido por el exitazo que fue para mi carrera la exposición de Cala, el programa de entrevistas, pero al mismo tiempo la meditación y el mindfulness se habían robado mi corazón. Todos me decían: “no hables más del tema, es un suicidio profesional, tu no vas a hacer eso”. En 2016 dije: “necesito una pausa, mi ego me dice ‘no lo hagas, esto es un éxito, levantas un teléfono y presidentes contestan y quieren entrevistarse contigo’. Pero tenía que escuchar lo que venía desde el corazón: “tomate una pausa, profundiza más en lo que quieres como misión y legado de vida”.

¿Lo vivió como un gran riesgo?
Fue un salto medio al vacío, que me causo temor. Yo me fui porque quería ser emprendedor, totalmente independiente, sin grandes inversionistas detrás de mí. Fue un salto riesgoso, pero tres años después puedo decir que estoy feliz, porque de una empresa pequeña con cinco colaboradores, hoy tengo cuatro empresas y una fundación, y somos más de 40. Esto lo digo con humildad para todos los que tienen el miedo natural de dar el salto a emprender. Hay que tomar riesgos calculados en la vida, sino uno se queda donde está.

¿Hay que ser líder para emprender o se forma en el camino?
Yo veo a todos los seres humanos como líderes, aunque en realidad no todos viven como tales; hay muchos que están en un estado de no poder creerse capaces de cambiar su realidad. Pero el potencial de liderazgo está en todos nosotros. Las circunstancias de aprendizaje no son iguales para todos, pero se puede cambiar el programa. Yo nací en Cuba, país comunista, a mí nadie me habló de emprendimiento hasta que a los 28 años me fui a Canadá e hice un curso de emprendedurismo.

¿Cómo ve a los emprendedores latinoamericanos?
Son creativos y resilientes, lo único que yo siento que nos falta en América Latina es apartar el estigma que tenemos con el fracaso. Nos auto juzgamos y nos laceramos mucho cuando un primer emprendimiento falla, y yo digo “espérate, el fracaso es simplemente un gran maestro, es aprender a través del fracaso cómo desaprendo y aprendo para llegar a construir un próximo éxito”.

“El mundo del emprendimiento es prueba y error. Rectifico, acción correctiva, vuelvo a probar y sigo probándome hasta llegar a la excelencia”

¿Cómo será su participación en ABF 2020?
Con American Business Forum completo mi ciclo, Uruguay era el único país de América Latina donde me faltaba dar una conferencia. No solo vengo a entrevistar y a presentar el evento, también tengo una charla de liderazgo mindfull exponencial. Mostraré una teoría que trabajamos con nuestro equipo académico, que es el camino del bambú: firme en sus raíces pero adaptable y flexible en su actitud de cambio ante la vida, porque es esa adaptabilidad la que nos lleva a la excelencia.