Juan Gómez, sobre Operación Océano: "La fiscalía no necesita ventajas menores, pero puede cometer algún error"

Le quedan, por lo menos, cinco meses de solucionar problemas internos, recorrer las fiscalías del interior y tener reuniones interinstitucionales. Eso si es que algún fiscal o juez de la República reúne el consenso de todos los partidos políticos y el aval de tres quintos de la Cámara de Senadores para abril. Al momento, no parece haber terreno fértil para cosechar un acuerdo y, de ser así, Gómez podría mantenerse en el cargo hasta 2025, cuando cumpla 70 años y pueda jubilarse. Pese a que el cargo lo tomó por sorpresa, dijo: "Tengan la certeza que en la Fiscalía General de la Nación cuentan con una cabeza, en este caso canosa, para orientarla hasta el momento en que el sistema político resuelva". 

A continuación, un fragmento de la entrevista con El Observador.

Usted dijo en varias entrevistas televisivas que asumió el cargo para "no rehuir de la responsabilidad" pero no estaba entre las "aspiraciones" de su vida. ¿Si no se hubiera dado este contexto, hubiera aceptado ser fiscal de Corte?

Mire... La vida me colocó en este momento en particular en la situación en que debo asumir con mucha determinación la subrogación del fiscal de Corte y procurador general de la Nación. Obviamente con la determinación de cumplir esa función, a rajatabla, como corresponde. Sin renuncias. Lo que quiero decir o transmitir a la gente es que más allá de que no estaba dentro de mis objetivos... No lo soñaba, para ser más gráfico, estar en este lugar... No lo aspiraba.

No era un deseo...

Yo me sentía muy feliz con lo que hacía. Estaba conforme en el rol de un representante del Ministerio Público ante los Tribunales. El rol de fiscal investigador que debía perseguir delitos tan importantes como los homicidios y, bueno, esa era mi vida. Razones que no fueron buscadas por mí me llevaron a ocupar el lugar donde estoy hoy.

Casi el 100% de las imputaciones pedidas por los fiscales son aceptadas por los jueces. Algunos abogados penalistas han propuesto que se elimine el fichaje, la foto de frente y de perfil y otras condiciones que hoy impone la imputación. ¿Qué piensa?

No comparto. Me parece un tema bastante menor. ¿Cuál sería la forma de saber que una persona que fue formalizada efectivamente lo fue? Además, las formalizaciones de por sí implican el inicio de un proceso penal. Lo mismo que el inicio de un sumario en la lectura del Código de 1980 y que no implica, no significa, y no implicaba y no significaba antes que esa persona fuera en definitiva condenada. La formalización, en principio, no implica necesariamente la condena de una persona. 

No encuentro ninguna forma de regularidad para determinar que precisamente una persona cuenta con una formalización que que se le tomen los datos, se oficie al Instituto Técnico Forense y es lo mismo que se hacía en el anterior código. No veo la razón de la oposición a una medida que tiende a orientar y establecer un orden de personas en cuanto a la situación de personas sometidas a la Justicia. 

¿Qué lectura le da a estas cifras? Porque parece que una vez que la Fiscalía pide la imputación, la Justicia solo dice que sí. ¿Qué cree?

Lo que el sentido común indica: que hay evidencias suficientes. Hago un paréntesis: lo peor que puede hacer cualquier colega es reflejar algo incierto a un juez de la República. ¿Eso qué implica? Que los fiscales trabajan con responsabilidad. 

Cuando el trabajo está bien hecho, y las cifras que usted maneja hablan de que el trabajo se cumple a conciencia, por todas las partes. No es solo el fiscal. Es el imputado a través del abogado defensor y es el juez. 

Usted ha defendido la conducción de la investigación de Darviña Viera por la Operación Océano...

(Interrumpe) La doctora Darviña Viera es una fiscal de trayectoria que cuenta con todo nuestro respaldo. He señalado que algunas situaciones que se han presentado en una situación extraordinariamente compleja felizmente existen formas de salvar imperfecciones en la investigación y esa es la opinión que puedo dar, respetando a todas las partes. 

La fiscalía es leal y cumple con los principios de los procesos a rajatabla. La Fiscalía no busca ventajas espurias. La fiscalía no necesita ventajas menores, pero la fiscalía es un cuerpo de seres humanos que pueden en el desarrollo de cualquier actividad cometer algún error. Algo que es calificado como error pero felizmente en todos los casos tienen los mecanismos de subsanarse. En este caso, lo que más interesa a este fiscal es que se pueda cumplir el juicio con las garantías para todas las partes. Que se pueda establecer con la defensa irrestricta de las víctimas, no transformar a las víctimas prácticamente en acusadas. 

No hay que perderse en adjetivaciones. 

Las juezas, tanto Beatriz Larrieu como María Tonarelli, adjetivaron la investigación como "desprolija". ¿Cómo se controla desde Fiscalía de Corte las investigaciones que realizan los fiscales? ¿Son sometidos a evaluaciones?

La Fiscalía de Corte tiene la potestad de la superintendencia administrativa y correctiva. Tiene la potestad de solicitar informes y ver que se cumpla con la ley. En caso de que así no ocurriera, tiene una potestad disciplinaria que yo no estoy diciendo que fuera aplicable al caso que usted señaló. Tenemos las herramientas para ver que las cosas sean normales y transparentes, que es lo que nosotros más queremos. 

Me encantaría que se tuviera la posibilidad de confrontar para ver si esas posibilidades se daban antes del 1° de noviembre de 2017. Ya me apresuro a decir enfáticamente que no. 

Creo que a veces uno debe pensar qué tan bueno es solo la crítica, decir 'esto está mal', 'esto no sirve', 'es horrible'. Muchas veces hay que centrar el enfoque en qué hacemos aquellos que tenemos responsabilidad –no le estoy pidiendo esto a la gente, si no a los que tenemos alguna responsabilidad en la organización estatal– en qué hemos hecho para mejorar. Esta es una calle sin final, la búsqueda de la eficacia y el respeto es interminable. Nunca habremos hecho suficiente. 

Si hay culpables, la sociedad tiene el derecho de saberlo, si efectivamente hay personas que cumplieron actos en perjuicio de adolescentes. Creo que toda la sociedad se merece un juicio normal, sin tantos sobresaltos como estos. Están dadas todas las garantías a las partes para este proceso tan complejo donde hay 32 imputados y cerca de 60 abogados contra un equipo de Fiscalía que no tiene más de tres o cuatro personas. Es un proceso con características no habituales. Si este mismo proceso con 32 imputados fueran 32 procesos con un solo imputado, nadie se estaría preocupando de eso. Son situaciones que se dan.

Eso fue decisión de la fiscal.

Son decisiones que se dan y tienen su costo en el sentido de la complejidad. Eso no implica que sea imposible. 

¿Cómo se evalúa el rendimiento de un fiscal?

Somos extremadamente exigentes en la responsabilidad de los fiscales. Los fiscales no tenemos poderes. Tenemos responsabilidades. No dudaría un instante si tuviera que en mi calidad de fiscal de Corte subrogante, si hay alguna situación que merezca ser corregida, no tenga duda de que lo haremos. Ya lo hemos hecho.

En abril de este año usted dijo en entrevista con El Observador que, como fiscal de Homicidios, había tenido "resultados muy positivos con algunos de los mecanismos previstos en la LUC". ¿Sigue pensando lo mismo?

Yo no soy un hombre que haga política desde el Ministerio Público, que para mí es sagrado. 

Es una pregunta técnica.

Lo único que señalé es que el proceso simplificado había sido para mí útil en por lo menos tres casos. Uno de ellos, de gran repercusión pública como fue el asesinato del hincha de Nacional, Lucas Langhain, que se resolvió en un proceso simplificado muy rápidamente y con penas muy altas: 28 años para el autor intelectual, 23 años para el ejecutor y siete años y medio para la cómplice. Eso fue lo que dije y es la verdad más absoluta. Yo no hago ninguna apreciación para un conjunto de normas. Si el legislador lo dispone, están para cumplirlas y si la ciudadanía considera que no, se verá en su momento. 

En su conferencia de despedida, el fiscal Jorge Díaz dijo que se iba porque había cumplido los cuatro objetivos que se había fijado cuando había asumido el cargo. ¿Qué objetivos tiene para su gestión en la Fiscalía de Corte?

Tengo varias cosas. En primer lugar, sensibilizar al sistema político de la necesidad de recursos para tener una Fiscalía General de la Nación que permita atender toda la problemática que debemos atender. Tenemos un presupuesto que no ha variado desde el año 2015. La única variación que tuvo fue para disminuir el monto de ese presupuesto. Tengo la idea de seguir incrementando las unidades fiscales porque son necesarias en distintas áreas. Tengo el objetivo de seguir contribuyendo a una Fiscalía amigable que genere en la población la necesaria confianza para que los fiscales puedan desarrollar su tarea de investigación y persecución penal  ante la satisfacción de la gente. Tengo el objetivo también que la obligación legal que tengamos de proteger a las víctimas y a los testigos cada vez la podamos ir intensificando más. 

Sueños y esperanzas tengo unos cuantos. Es difícil de resumir. Yo hoy por hoy continúo una gestión con esos matices personalísimos que cada ser humano tiene como impronta en su trabajo.