La sonda espacial Juno ha entrado en la órbita de Júpiter. Lo hizo luego de viajar 2.700 millones de kilómetros desde su lanzamiento hace cinco años desde Cabo Cañaveral, Florida (EEUU). Ahora está en su destino para investigar cómo se originó, cómo es su estructura interior, la composición de su atmósfera, su campo magnético y sus auroras. ¿Y por qué hacerlo? Porque debajo del velo de Júpiter se puede contemplar la historia del sistema solar.
La visita
Ha habido otras sondas que han estudiado Júpiter pero no tan de cerca como Juno. Desde 1973, el planeta en el que cabrían más de mil Tierras ya ha recibido la visita de nueve sondas: Pioneer 10 y 11 y Voyager 1 y 2 aprovecharon su fuerza gravitatoria para dirigirse a los confines del sistema solar. De pasada, sin embargo, descubrieron su magnetosfera, la actividad volcánica de su luna Io (sí, como la amante) y la presencia de agua helada en la luna Europa. La sonda Galileo fue la única que se quedó en su órbita. La posición le valió para fotografiar el impacto del cometa Shoemaker-Levy 9 contra su superficie. También pasaron cerca Ulises, Cassini (que iba a Saturno) y New Horizons (dirigida a Plutón).Juno irá más allá. La sonda efectuará una serie de 37 sobrevuelos alrededor de Júpiter, la mayor parte entre 10 mil y 4.667 kilómetros sobre la espesa capa nubosa, durante una misión científica de 18 meses. Estos sobrevuelos serán mucho más próximos al planeta gigante que el precedente récord de 43 mil kilómetros establecido por Pioneer 11 en 1974. Después de las dos primeras vueltas de 53,5 días, Juno se colocará a partir de octubre en una órbita de 14 días que le hará pasar sucesivamente cerca de los dos polos.
Durante este tiempo la sonda enviará datos que llegarán a la Tierra casi 50 minutos después. Juno funcionará alimentada por paneles solares, una rareza en las misiones que van más allá del cinturón de asteroides. Luego se desplomará el 20 de febrero de 2018 para siempre sobre la superficie del planeta, al igual que lo hizo la sonda Galileo en 2003. La maniobra suicida busca resguardar a Europa de la contaminación de basura espacial, pues ese satélite es uno de los lugares con más posibilidades de albergar vida. La NASA está desarrollando una misión para investigar su potencial en alguno momento de la década de 2020.
El fuselaje principal de Juno mide 3,5 metros de alto y de diámetro. Pero cuando se abren sus tres paneles solares, su envergadura alcanza los 20 metros, por lo que es más grande que una cancha de básquetbol.
Los nueve instrumentos de la sonda incluyen una cámara, que antes de comenzar a orbitar tomó imágenes de Júpiter y sus lunas deslizándose a diferentes velocidades. La llamada JunoCam tomará "acercamientos espectaculares e imágenes a color" de Júpiter, según la NASA. La agencia espacial ha pedido al público que ayude a decidir hacia dónde apuntar la cámara.
A bordo de Juno también viajan tres muñecos Lego de casi cuatro centímetros de largo. Uno se parece a Galileo Galilei, el científico que descubrió las cuatro lunas más grandes de Júpiter (Io, Europa, Ganímedes y Calisto). Las otras dos representan al dios romano y a su esposa.
"Estamos allí. Estamos en órbita. Hemos conquistado Júpiter", dijo Scott Bolton, investigador principal de la NASA. "¿Cómo funciona este universo maravilloso y cómo comenzó? Esta es una de las cosas más alucinantes de trabajar en la NASA: que recibes respuesta a estas preguntas", agregó el investigador Steven Levin.