Maquinaria abriendo calles en el barrio Nueva Esperanza
María Eugenia Scognamiglio

María Eugenia Scognamiglio

Periodista de actualidad

Nacional > CANELONES

La alegría por convertirse en barrio y las roturas que dejó la Intendencia de Canelones: así se está formando Nueva Esperanza

El asentamiento Nueva Esperanza se está convirtiendo en barrio, pero varios vecinos reclaman que sus viviendas sufrieron roturas por las obras y que la Intendencia de Canelones no se hará cargo de la reparación
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17 de junio de 2023 a las 05:00

El nombre de la calle 30 de abril del asentamiento "Nueva Esperanza" en Solymar, Canelones, no es casualidad. Los vecinos decidieron llamarla así porque el 30 de abril de 2004 los primeros vecinos que se asentaron allí se convirtieron en dueños de los terrenos. En el año 1994 eran 35 familias, dos meses después eran 72 y cuando la dueña inició el juicio en 1998 eran 120.

La Intendencia de Canelones y el Ministerio de Vivienda (MVOT) comenzaron a regularizar la zona hace un año: las máquinas están abriendo calles, UTE colocó el tendido eléctrico, Antel hizo conexiones, OSE se encargó del saneamiento. Pero, a un año del comienzo de las obras los problemas y las quejas de los vecinos por roturas de casas, los criterios para entregar nuevas viviendas y el contrato para hacerse de la titularidad de sus casas empezaron a llegar.

Obras para abrir calles en el nuevo barrio

En 2002 –cuando ser barrio no estaba ni en los planes– los vecinos se organizaron y crearon la Asociación Civil Nueva Esperanza (ACNE). La dueña de los terrenos estuvo dispuesta a vendérselos porque los vecinos "eran prolijos y querían progresar", dijo Katy, una de las primeras vecinas.

Entre las 120 familias pagaron unos $ 1.500 cada uno y en 2004 se hicieron dueños de todas las manzanas que hoy se están convirtiendo en un nuevo barrio y aunque eso trajo "alegría", también surgieron problemas.

Katy y Noelia, vecinas de Nueva Esperanza

En 2010, bajo la administración de Marcos Carámbula, la Intendencia de Canelones les dijo a los vecinos que para regularizar el asentamiento –es decir, colocar alumbrado público, conexión a saneamiento, abrir calles– los terrenos tenían que ser cedidos a la comuna. Los dueños negociaron hacerlo por dos años, mientras duraban las obras, pero la Intendencia no aceptó. Entonces, mediante votación, los vecinos cedieron las manzanas. 

Pero la regulación no empezó. Hasta que en julio de 2022 la administración de Yamandú Orsi junto al Plan de Mejoramiento de Barrios del MVOT comenzaron las obras para convertir a Nueva Esperanza en un barrio de 155 familias conformadas por unas 556 personas.

A casi dos meses de terminarlas, entre finales de agosto y setiembre, según estimó el director de Vivienda de la Intendencia, Rodrigo Amengual, varios vecinos tienen paredes rajadas dentro y fuera de sus casas, producto del paso de la aplanadora de la Intendencia que está haciendo las obras de las calles de tierra, según constató El Observador.

La pared de la casa de blanco sufrió una rajadura por la aplanadora

Una de las afectadas es Blanca. La pared de uno de los dormitorios de su casa está inclinada. "Esa pared está suelta. La golpeas con lo mínimo y se mueve. Y encima quedó esa rajadura de la máquina", dijo. Según Blanca, el equipo técnico del Plan de Mejoramiento de Barrios y de la Intendencia de Canelones que trabaja en el territorio "nunca entraron" a su casa.

En la casa de otra vecina, Ana, la aplanadora dejó paredes marcadas en el comedor, en el cuarto de su hija y en la cocina. El arquitecto de la Intendencia de Canelones fue a su casa para verificar los daños pero, según Ana, la comuna no se hará cargo de las reparaciones. "Me dijo: 'ahora no hagas nada, cuando la empresa termine de trabajar ahí arreglas la casa' pero con dinero de mi bolsillo. Me parten la casa y está todo bien", contó.

Pared de la cocina de Ana

Y los reclamos por rajaduras se multiplican. Hubo varios vecinos que reportaron estos daños a sus casas y que reclamaron que la Intendencia de Canelones no se hará cargo de las reparaciones.

Consultado al respecto, el director de Vivienda Amengual dijo a El Observador que las roturas "siempre están dentro de las posibilidades cuando hay viviendas precarias y se hacen modificaciones en la infraestructura" y que el equipo técnico las revisa para saber si hay una "falla constructiva previa porque hay muchas viviendas que son precarias o si surgen de una afectación" por las obras. 


El jerarca de la Intendencia remarcó que el equipo técnico que trabaja en el lugar tiene reportes del estado de las viviendas previo a las obras, que conocen a las familias y revisan sus reclamos.

Viviendas nuevas y titularidad de los terrenos

El conflicto que se ha generado por las roturas y la entrega de viviendas nuevas llegó incluso a la Justicia. Natalia, vecina de Nueva Esperanza, reclamó que la Intendencia y el MVOT no la contemplaron dentro de las 19 casas nuevas que se construyeron en el barrio. Bomberos le dijo que su casa tiene peligro de derrumbe y la aplanadora le rajó una pared externa y el piso interior.

La vecina no pudo conversar con El Observador porque entre las 8 de la mañana y las 17 horas no puede circular por disposición de la Justicia. El equipo técnico del MVOT y la Intendencia la denunciaron por grafitear el centro comunal y agredir a una funcionaria. Vecinos de Natalia dijeron que la pintada ocurrió, pero que no hubo agresiones. 

Pintada en el centro donde trabaja el equipo técnico

Hasta ahora se van entregando 14 de las 19 casas nuevas que se planificaron para el barrio Nueva Esperanza. Algunos vecinos criticaron que los criterios para otorgarlas no fueron claros y que hubo personas, como Natalia, que continúan viviendo en casas precarias, con paredes sueltas y peligro de derrumbe.

O como Giselle, que en su vivienda tiene techo solo en una habitación, donde duerme toda la familia, y el resto de los espacios están al aire libre y con cables expuestos. A ella el equipo técnico le entregó chapas para que pueda construir el techo, pero la vecina dijo que no tiene a ninguna persona que pueda hacer la obra.

Casa de Giselle con cables expuestos y sin techo

Amengual respondió que "las viviendas se hicieron en base a los mismos procedimientos que se hacen para este tipo de proyectos. Tiene un procedimiento de relevamiento, hay un seguimiento y estudio del perfil de la familia, de los núcleos familiares. Algunas viviendas hay que derribar y construir nuevas para hacer aperturas de calles. Es un proyecto complejo", explicó el director.

Construcción de una nueva vivienda en Nueva Esperanza

Katy, una de las primeras vecinas y que estuvo en el proceso de compra de los terrenos, dijo que los primeros habitantes del asentamiento tienen un "sentido de pertenencia" del barrio y que no quieren perder la titularidad de los solares donde están sus viviendas. Uno de los abogados de la Intendencia de Canelones explicó que los terrenos se cederán en primera instancia en comodato. Sin embargo, los vecinos reclamaron que cuando finalicen las obras puedan firmar la titularidad de sus terrenos, que en 2010 le cedieron a la comuna canaria.

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