Inés Guimaraens

La “barra joven” toma las riendas del MPP y mira a 2024 con liderazgos de Orsi y Sánchez

Las renuncias de Mujica y Topolansky al Senado y la muerte de Bonomi profundizan renovación del sector, con liderazgos distintos de Sánchez y Orsi

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26 de febrero de 2022 a las 05:03

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Hubo un momento, de contornos no del todo definidos o identificados, pero en algún lugar de la segunda mitad del último gobierno del Frente Amplio, en que el Movimiento de Participación Popular (MPP) lucía desnorteado.

El principal motor de la izquierda, o la “minoría mayor” –como se autodenominan en el sector–, venía de cinco años de un gobierno encabezado por su líder, José Mujica, y se reconocía a veces para ese entonces paralizado por la disyuntiva entre pedirle un esfuerzo más a sus viejos referentes o buscar la consolidación de nuevos liderazgos. 

La discusión sobre a quién apoyar de cara a las internas de 2019 –que incluyó amagues de Mujica a postularse, consultas a cada uno de los contendientes y finalmente una adhesión a la precandidatura de Carolina Cosse, quien luego de la elección se alejaría de la agrupación– evidenció los dolores de crecimiento del MPP en su proceso de aggiornamiento a un nuevo contexto político que no resultaba nada sencillo: ¿había un mujiquismo posible después de Mujica?

Ya a unos años de esas dudas e incertidumbres, el sector del expresidente se encuentra dando los pasos definitivos de un “recambio generacional”, acelerado en parte por la pandemia, y afianzado a partir de las renuncias de Mujica –primero– y Lucía Topolansky –ahora en marzo– a sus bancas del Senado, y el reciente e inesperado fallecimiento de Eduardo Bonomi.  

El inicio del tercer año del gobierno de Luis Lacalle Pou encontrará así al MPP con una bancada rejuvenecida –Alejandro Sánchez (41 años), Sebastián Sabini (40) y Daniel Caggiani (38) suplantando a José Mujica (86), Lucía Topolansky (77) y Eduardo Bonomi (73)– y una estructura interna que si bien no se desliga de sus fundadores, ya ha quedado en las manos de la nueva generación.

“Recambio”, no “sustitución”

“No es un proceso improvisado”, dice a El Observador Yamandú Orsi (54 años), intendente de Canelones y potencial candidato a la presidencia por el Frente Amplio en 2024. “Cuando se armó la lista, las suplencias estaban pensadas. Estaba la idea de dejarle paso a los que vienen”, agrega Orsi.

Su dedicación a la Intendencia de Canelones, y su mirada puesta en 2024, ubican al dirigente en un lugar especial dentro del mujiquismo, en una especie de liderazgo que “trasciende al sector”.

Así lo describe Alejandro “Pacha” Sánchez, senador desde setiembre de 2020 ante la renuncia de Mujica al Parlamento, y hombre que es visto como “líder de la estructura” del MPP. 

En la agrupación se habla de dos líderes, o referentes, con roles marcadamente distintos. 

Mientras que Sánchez asume muchas veces la conducción política del sector y su vinculación con el resto del Frente Amplio –una tarea en la que también participa el senador Charles Carrera–, Orsi se concentra en pulir desde Canelones sus dotes de presidenciable y en “abrir espacios” a votantes hoy no necesariamente identificados con el FA. 

“Yamandú es una figura política que trasciende fronteras. Tiene virtudes para conducir y liderar un proceso de transformación del Uruguay y lograr que el Frente retorne al gobierno con una agenda diferente. Tiene otras responsabilidades y no lo podemos poner al frente de responsabilidades internas”, dice Sánchez al describir los matices en los roles de cada uno.

Orsi, por su parte, destaca el desempeño de la “nueva generación” –menor a la suya– que ha tomado las riendas del liderazgo cotidiano del sector. “La casa está bien cuidada por esta gurisada. Están asumiendo la responsabilidad. Yo estoy más que conforme y orgulloso de la conducción que tiene mi sector. Es una barra que está en la cancha, gente nueva”, afirma el intendente de Canelones.

Esa “gurisada” –tal como la describe Orsi– se compone en parte por la generación de Sánchez o Sabini, que se llevan un año de diferencia y se conocieron en la militancia contra la reforma educativa de Germán Rama, durante el segundo gobierno del colorado Julio María Sanguinetti (1995-2000). De esa “barra” forman también parte por ejemplo los Caggiani (Sánchez era compañero de clases de Pablo, actual integrante del directorio del Ineed y hermano de Daniel, que asumirá la banca de Bonomi en el Senado). Las ocupaciones de liceos fueron una de las principales puertas de entrada a la militancia política y en particular al MLN y el MPP, que todavía no era la máquina político-electoral que es hoy, pero empezaba a atraer jóvenes a través de un diputado particular que años más tarde se convertiría en presidente. 

Pero tampoco se queda allí. En el MPP destacan también como figuras de esa renovación a dirigentes como Carrera –que creció políticamente bajo el ala de Bonomi en el Ministerio del Interior y hoy es uno de los referentes en el Senado y ante la orgánica frenteamplista–, otros legisladores jóvenes que ganan experiencia en la Cámara de Diputados, y también cuadros con responsabilidades en los directorios de empresas públicas, como Fernanda Cardona (UTE) y Daniel Larrosa (Antel).

El avance de la renovación no quiere decir, sin embargo, que la vieja guardia abandone la política. Mujica, más limitado por la pandemia, continúa participando de las discusiones del sector y en el debate público. Topolansky, que participa de las instancias orgánicas, además recorre el país en el marco de la campaña. También Ernesto Agazzi, que renunció al Senado en la anterior legislatura, tiene un rol importante en la formación política de los nuevos cuadros. 

“Nosotros venimos hace tiempo tomando acciones en el sentido recambio generacional, que no es  una sustitución generacional. Mucha veces se dice que las renovaciones son tipo carreras de posta. Intentamos planificar un proceso en el que compañeros con más llegada continúan en la lucha política. Más allá de la triste situación del Bicho (Bonomi), Agazzi, Pepe y Lucía continúan en la política, buscando que otros compañeros vayan agarrando experiencia”, dice Sánchez.

Tanto Orsi como Sánchez señalan que el desafío en el camino es atraer “nuevas sensibilidades” que se adapten a “una impronta más del siglo XXI”. En 2024, el MPP probará su propia suerte sin el baúl de votos que aseguraba Mujica en las primeras filas y buscará llevar a otro de los suyos a la Presidencia de la República.

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