Juan Samuelle

La cebada, medalla de bronce en los cultivos de invierno

La campaña de cebada volvió a mostrar mejoras en área y volumen, con un rinde que no será récord pero sí elevado; problemas de calidad le quitaron bríos al avance

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17 de diciembre de 2021 a las 12:00

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El rendimiento de la cebada cosechada en la zafra 2021/2022 volverá a superar los 4.000 kilos por hectárea, según las estimaciones mayoritarias de malterías y productores, aunque no será alcanzado el rendimiento récord de la cosecha pasada –4.791 kilos por hectárea–; teniendo en cuenta el aumento de área sembrada respecto a 2020/2021, la cosecha actual sí podría ser récord en volumen del grano, acercándose por primera vez al millón de toneladas.

De acuerdo a las cifras oficiales, se sembraron 218 mil hectáreas con cebada, aunque hay que considerar que la expansión de la siembra de cebada forrajera puede aportar algunas hectáreas que no estén registradas.

Si se cumple la impresión mayoritaria, será el segundo año consecutivo con más de 4.000 kilos por hectárea, una de las razones que ha impulsado el área en los últimos tres años: desde 2019/2020 agregó 54.000 hectáreas, en cifras oficiales, pasando de 164.937 a 218.042 hectáreas, pensando en la exportación.

Entonces, la producción quedará muy cerca del récord del año pasado, entre 900 mil y un millón de toneladas.

Y la cebada para grano pasa a ser un rubro estable de exportación, lo que antes ocurría ocasionalmente.

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“Los kilos están, hubo buenos rendimientos”, indicó Mariángeles Antenucci, gerenta agronómica de Ambev.

Pero la calidad se vio comprometida en las últimas semanas de octubre como consecuencia del déficit hídrico y las altas temperaturas e incluso heladas tardías.

“Las chacras dejaron rinde y calidad de malteo por el camino, sobre todo por calidad del grano, que estaba formado con buen potencial”, dijo Bruno Maneiro, gerente agronómico de Maltería Oriental.

La cosecha se hizo muy rápida, indicó: “Tuvimos un evento solo de lluvia durante la cosecha, después se ha dado de forma ininterrumpida; los cultivos se aprontaron rápido y el déficit hídrico y las altas temperaturas apuraron los ciclos”, agregó Maneiro.

De acuerdo al gerente agronómico de Maltería Oriental, el rendimiento de calidad de malteo será de 3.000 kilos por hectárea, en promedio.

“En términos de cantidad la cosecha es positiva, esperábamos mejor calidad; quedó en promedio un 25% por el camino, esperábamos 4.000 kilos y estamos sobre los 3.000 kilos”, resumió.

Las chacras más al norte, y en los departamentos de Flores, Florida y Durazno, fueron las menos afectadas en cuanto a la calidad.

Desde Ambev las estimaciones de rinde son similares: arriba de 4.000 kilos por hectárea en promedio y “un rechazo a nivel Uruguay en general que está en 24%, frente a 12% del año anterior”, afirmó Antenucci.

De ese 24% de rechazo el 70% fue por calibre del grano en variedades de genética europea.

Ambev flexibilizó la tolerancia de 85% a 70% del total de granos en zaranda con un mínimo de 2,5 mm. “Flexibilizamos desde el inicio porque sabíamos que íbamos a tener un problema”, afirmó.

El volumen es suficiente para el abastecimiento de la industria de malta, no obstante “el saldo exportable obviamente va a ser menor frente a lo que pensábamos”, comentó.

Las expectativas instaladas por la cosecha récord de 2020/2021 llevaron a Ambev a incrementar el área de cultivo de cebada de 110.000 a 124.000 hectáreas, con el objetivo de generar un excedente de 80.000 a 85.000 toneladas para exportación.

“Lo más importante es que las malterías estén bien abastecidas, el saldo exportable es un plus del negocio”, expresó.

En 2021, hasta noviembre, fueron exportadas 240.598 toneladas de cebada a un total de US$ 67,7 millones.

Para 2022 el saldo exportable será de un volumen similar, una de cada cuatro toneladas cosechadas.

Juan Samuelle
Cosecha de cebada en campos de Flores.

Maltería Oriental levantó 93.000 hectáreas de cebada y estima que para la próxima siembra “se va a mantener bien el área”, que en los últimos tres años creció más de 30%.

“Si son 4.000 kilos promedio a un precio ponderado de US$ 220 a US$ 240 la tonelada, son buenos márgenes”, analizó Maneiro, con base en las estimaciones previas a los resultados definitivos de la cosecha.

El gerente agronómico de Maltería Oriental aludió a la madurez del sector y la fluidez comercial y logística, que favorece alternativas “que se ayudan entre ellas”: el canal forrajero nato y la cebada de exportación que requiere terminación pero no requiere identidad varietal.

Maneiro indicó que “la experiencia con el cultivo que va a pesar para tomar la decisión” de mantener el área actual.

Para Antenucci, con precios de hasta US$ 250 por tonelada contra US$ 212 a US$ 214 del año pasado, hay un saldo positivo para productores y “existiendo el mercado de forrajera y que el productor tuvo kilos, por suerte hoy hay una oferta y una demanda que puede cubrir”.

En la cooperativa Calmer, de Soriano, el rendimiento de este año no llega al nivel del año anterior, aunque alcanzará los 4.500 kilos por hectárea, dijo el gerente general Roberto Verdera, en una temporada en que el área sembrada de cebada fue 50% superior a la del año anterior.

El rendimiento industrial también está por debajo del de la zafra 2020/2021, con 24% de rechazo “principalmente por calibre, y algo por proteína”, apuntó Verdera: “Grano chico, faltó agua en el llenado y un golpe de calor al final”, detalló.

Desde la Unión Rural de Flores (URF) se proyectan rendimientos más modestos y, aunque todavía no se han completado los registros, se evalúa que pueden quedar algo  por debajo de 4.000 kg/ha.

“Por suerte hay un negocio de exportación que le pone un piso al precio de la forrajera”, reflexionó el gerente de Calmer. Es que las disparidades entre chacras representan que para algunos productores toda la producción fue forrajera, con un precio 20% inferior a la cebada apta para malteo.

Para que el área de siembra se vuelva a ampliar el año próximo, las condiciones dependerán de la evolución del precio en relación a los otros cultivos y la actitud de los productores ante la fuerte suba del costo de fertilizante y otros insumos.

“En cierto sentido la cebada quedó con medalla de bronce, ante la colza y el trigo”, explicó un técnico agrícola.

Muchos productores tenían una expectativa muy alta que luego no se colmó ante los altos rechazos por problemas de calidad, algo que no sucedió con trigo y colza.

El alto costo de producción obliga a la cautela. Por ahora, “lo que es seguro es que suba el área es de colza”, afirmó Verdera de cara a la siembra de 2022/2023.

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