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La decisión más difícil

Cuando hay normas, basta atenerse a ellas. Cuando el fin del trabajo es discrecional, corresponde a quien ejerce el cargo ir preparando su retiro y, eventualmente, preparando a un sucesor

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21 de noviembre de 2021 a las 05:00

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En el manejo o conducción de países, empresas y equipos deportivos hay dos decisiones muy difíciles de adoptar para quien ejerce el cargo máximo. Son la de cuándo retirarse –antes de que el tiempo o los eventos lo retiren– y cuándo y cómo ir delegando atribuciones y funciones en subordinados.

En algunas instituciones, hay normas que establecen edades de retiro obligatorias según edad; otras que permiten hacer excepciones a estas normas en casos especiales; otras que se manejan con mayor flexibilidad. Pero el retiro es algo que está cada vez más en el tapete, máxime cuando la expectativa de vida ha ido creciendo con el tiempo.

Cuando hay normas, basta atenerse a ellas y prepararse con tiempo para ese momento. Cuando el fin del trabajo es discrecional, corresponde a quien ejerce el cargo ir preparando su retiro y, eventualmente, preparando a un sucesor.

Esto lo tenemos los uruguayos a flor de piel con el cese del maestro Oscar W. Tabárez como director técnico de la selección uruguaya de futbol dispuesto el viernes por las autoridades de la AUF luego de un período negro de resultados en las Eliminatorias  para el Mundial de Catar. Mundial del cual estamos muy lejos, pero al que todavía podemos acceder incluso en forma directa, sin pasar por la ordalía del famoso repechaje que Uruguay sufrió en  2002, 2006, 2010 y 2014.

Tabárez fue cesado después de 15 años al frente de la selección, en lo que fue el periodo más largo de un técnico en el cargo. Todo un logro en un país que se comía los técnicos cada poco tiempo, donde no había estabilidad ni políticas de largo plazo. Ese período tuvo sus luces y sus puntos oscuros en el plano deportivo. El Mundial de Sudáfrica de 2010 y la Copa América de 2011 fueron los puntos más altos. Restantes eventos continentales dejaron mucho que desear. Se tuvo a jugadores de clase A como pocas veces antes, especialmente en la línea de ataque. Se trabajó en aspectos disciplinarios y organizativos como pocas veces. Quizá allí estuvo el mayor acierto del Maestro: en inculcar disciplina y orden; y orgullo de pertenecer a una selección que era reconocida a nivel mundial. Por lo menos hasta 2018.

Pero lo que fue un proceso exitoso tuvo un mal final. Y el mal final se veía venir. Se anticipaba en cada partido del último año y medio. Es verdad que no se logró el recambio adecuado y que los jugadores estrella envejecieron. Pero no había estilo de juego.

El problema, en última instancia, es que el maestro Tabárez no supo o no quiso tomar decisiones que se veían venir. No supo formar a su sucesor, teniendo un inmenso prestigio y hasta autoridad moral para hacerlo. Creyó que podría seguir hasta Catar. Pero ¿no hubiera sido otra la historia si después del Mundial de 2018, donde se consiguió un honroso quinto  puesto, el Maestro hubiera quedado como líder espiritual del grupo y hubiera dejado a otra persona a cargo de la dirección técnica de la selección?

No se puede saber la respuesta pero sí se puede saber que era algo lógico y positivo. Era salir por la puerta grande y dejar un legado muy importante. “La era Tabárez”  hubiera culminado superbién. Pero el orgullo es mal consejero y Tabárez no supo retirarse a tiempo. Quizá se sentía con fuerzas pero su edad y su salud indicaban otra cosa. 

Es un problema no solo de Tabárez, que aquí se vive con la pasión con que se vive el fútbol y donde hay tres millones de directores técnicos. Es un problema de todas las organizaciones y de ello deberíamos sacar experiencia. No hay edades límites pero sí hay momentos e instituciones para realizar el diagnóstico de cuándo retirarse a tiempo.

Un ejemplo muy adecuado de ello es el de sir Alex Ferguson, que estuvo más de 20 años en el Manchester United, ganando todos los trofeos imaginables. Sir Alex se retiró en 2013, cuando aún podía haber continuado en el cargo. Se retiro después de ganar el título de la Premier League de ese año. Y hoy goza de gran popularidad, hasta el punto de que la Harvard Business School lo contrató para dar clases de management deportivo. Eso sí, sir Alex tampoco pudo formar un sucesor y por ahí anda el United a la deriva deportiva.

En la política, la empresa y el deporte, eso es lo más difícil, y por ello los personajes exitosos son los que saben retirarse a tiempo. En plenitud de fuerzas quizá, pero con un ciclo terminado.

Lamentablemente, el Maestro no tuvo quien lo aconsejara o no se dejó aconsejar. Por eso su legado, que tuvo muchas cosas buenas, quedará empañado por lo ocurrido en los últimos meses. Una pena, porque hay cosas de Tabárez que merecen ser recordadas y mantenidas. De ahí la importancia de saber acabar los períodos y los ciclos y dar paso a nuevas generaciones que recojan y mantengan los valores pero que sepan renovar lo que debe ser renovado.

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