Palito Ortega se jubila. Ahora sí, cerrá y vamos. Con el adiós concluirá una época que duró más de lo imaginado, porque, haciendo números, han sido siete décadas. En medición humana, es mucho, tanto tiempo, que el cuerpo del implicado se dio cuenta que se pasó de la hora hace rato y que es mejor irse tarde por las suyas, que quedarse sin la oportunidad de despedirse frente a un micrófono o que la piedad de la gente venga acompañada de lástima. Hay estrellas y celebridades que mueren en forma repentina o bien son víctimas de una enfermedad rápida y homicida (casos de Freddie Mercury y Frank Zappa), y deben retirarse sin poder realizar un último viaje mágico sobre el escenario donde fueron consagrados por el fervor popular. Palito, Ramón, según el registro civil, ha sido el cumplimiento de un plan llevado a cabo por el talento y el azar. Aunque su rostro, como el del Topo Gigio, parece no sufrir los embates del tiempo como otros seres de nuestra especie, ya cumplió, días atrás, 80 años.
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