La ganadería apuesta todas sus fichas a la cría
En esta primavera van a parir por primera vez más de 4,5 millones de vacas y el crecimiento del stock se sostendrá para 2021
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11 de septiembre de 2020 a las 13:00
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El stock de vacas en Uruguay es récord, pero la faena en agosto marcó un mínimo en varios años. Los productores siguen jugados a producir más terneros.
Recientemente Uruguay celebró haber alcanzado el stock de vacunos mayor desde que Hernandarias introdujo la ganadería al territorio hoy nacional. Pero eso es solo el comienzo. Salvo que venga una sequía extrema en este verano, ya puede afirmarse que va a existir un stock aún mayor en 2021.
De ese modo, la capacidad de alimentar a un rodeo de cerca de 12,5 millones de vacunos será puesta a prueba y será una exigencia que trascenderá al propio sector bovino, potenciando por ejemplo la demanda interna por granos forrajeros como maíz y sorgo y amenazando a la ya disminuida población de ovinos en el país.
Además del récord de población total y de vacas, otros indicadores igualmente significativos muestran el esfuerzo criador que tiene pocos precedentes. La faena de vientres cayó en los 12 meses terminados en agosto por debajo del millón de cabezas. Es la primera vez que sucede desde 2015.
Por mucho que pueda recuperarse en los próximos meses, la faena de vientres seguirá baja en términos históricos.
Los terneros valen más y vender una vaca preñada ya no es un negocio tan claro como en tiempos de precios en auge, algo que sucedía un año atrás.
El buen valor de los terneros es pago por los invernadores y los corrales, no por la faena. La faena de terneros es la más baja desde que se llevan registros. La faena de terneros en los últimos 12 meses no llega a 8.000 animales, una cifra que en el año 2000 llegaba a los 50.000.
Se añaden cabezas en el rodeo –considerando que los terneros y terneras que no se faenan pasan a ser novillitos y vaquillonas– y hay una población récord de estos animales nacidos en la primavera pasada que están llegando al año de vida.
Con la gran parición de un año atrás, que permite así el ingreso de más de un millón y medio de vaquillonas al rodeo, aún con una faena elevada, el rodeo de vientres debe seguir creciendo en 2021 y aún en 2022.
Son cifras que contrastan con la bajísima faena de hembras en agosto. Estuvo por debajo de 70 mil cabezas, la más baja para cualquier mes desde 2013.
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La firmeza del ternero
Lo que sucede es que el precio del ternero ha superado este año varios desafíos con el valor sumamente firme. La apuesta a la cría se vio convalidada tras una producción récord de terneros con muy pocas exportaciones en pie, la pandemia por covid-19afectando el consumo de carne y el mercado del ganado para faena.
Con el precio del ternero promediando establemente por encima de los US$ 2 por kilo, con un valor por animal generalmente superior a los US$ 400, marcan una señal que los criadores han leído y traducido en una fuerte apuesta.
Otra muestra de esa apuesta a la cría ha sido la paridad de precios entre terneros machos y hembras, incluso en el último remate de Plaza Rural las terneras promediaron más que los machos, fruto de las buenas perspectivas de la cría y de una oferta reducida de hembras ya que pocos quieren descartarlas.
Con una apuesta tan fuerte a la cría, Uruguay está ante un triple récord criador: toros, vacas de cría y terneros.
En el caso de los toros, la población también aumentó fuerte en el último año. Un crecimiento de 7,3% en un año y la mayor cantidad de toros desde 1981, hace 39 años.
El aumento de la cantidad de vacas y la retención de terneras es un proceso que se retroalimenta, acelera su propio crecimiento. Con la perspectiva de las exportaciones a Turquía, y en general a Medio Oriente, mucho más difusas que en años anteriores, el gran desafío que se le presentará a la ganadería es sostener una población creciente de vacunos sin desmantelar su majada ni sobrepastorear los pastizales naturales que son los que dan soporte mayoritario al rodeo.
Aunque la faena aumentará en el último trimestre, el envión productivo que ya llevó a la población a un crecimiento fuerte demora en expresarse en la faena.
Lo que está sucediendo es una acumulación de ganado en menos área por el crecimiento forestal, con una estabilización del área bajo agricultura.
El dato que se conoció en la Expo Prado
El ingeniero agrónomo Esteban Montes estimó esta semana en la Expo Prado que la carga ya está en 0,91 unidades ganaderas por hectárea (siendo una unidad ganadera una vaca de cría). Bastante más de las 0,8 unidades ganaderas promedio histórico.
Cuatro escenarios por delante
El aumento tan fuerte en la carga ganadera podría afectar negativamente a la producción de forraje. Por un lado se genera un bucle de retroalimentación positiva en la población vacuna, más vacas de cría, más terneras y vaquillonas, más rodeo de cría y de nuevo más crías. Pero, en contrapartida, podría entrarse en un espiral negativo en pasturas: sobrecarga ganadera, menor producción de pasto, más sobrecarga ganadera. Algo que ante cualquier adversidad climática puede generar una salida obligada de ganado.
Se abren así cuatro escenarios para la ganadería de esta década.
El escenario más favorable es que la demanda permita regular la carga a través de más compras tal como pasó en el segundo semestre de 2019. La irrupción de vacunas efectivas que lleven a un aumento del consumo de carne en restaurantes y hoteles que den la señal a los frigoríficos de aumentar la faena sosteniendo los precios.
El segundo escenario es más riesgoso. El alto precio del ternero y el bajo precio de la lana pueden llevar a que los productores se desprendan de los ovinos para hacer lugar a los vacunos.
Otra posibilidad es que la relación lanar vacuno no se altere, pero que se produzca o una sequía en el verano o una restricción de pasturas en el invierno 2021 o 2022 que genere un ajuste en la población de vacunos.
Finalmente otra posibilidad más optimista es que haya una persistencia de cambio tecnológico con más pasturas sembradas y uso de granos que permitan llevar a que la carga de equilibro de Uruguay se mueva a un nuevo equilibrio, establemente por encima de las 0,90 unidades ganaderas por hectárea. Para ello se necesitan precios estables y firmes, lo que puede derivar de una mejora en la economía mundial o en la mejora de Uruguay en el acceso a los mercados, algo que se ha reclamado insistentemente en estos días.
El uso creciente de granos en la producción animal es una variable clave para que este crecimiento sea sostenido. Pero allí hay otro desafío, porque así como las exportaciones en pie a Turquía lucen inciertas, en el caso del cupo de la Cuota 481, que canaliza la mayoría de las exportaciones de carne producida en sus últimos 100 días a grano, se sabe serán cada vez menores. Los acuerdos entre la Unión Europea y Estados Unidos determinan un recorte a partir del año próximo en la cuota para estas carnes.
La fluidez en la exportación de volúmenes crecientes de carne será decisiva para sostener un rodeo vacuno sin precedentes y que por los próximos 12 meses al menos seguirá en ascenso.
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