La Barra está en el ojo de muchos inversionistas para captar la posible llegada de argentinos

Sin embargo, eso parece estar cambiando. El primer ejemplo de ello es Surfside, un proyecto inmobiliario ubicado en la desembocadura de La Barra, que contempla siete torres de 24 pisos con unidades tipo estudio hasta apartamentos de cuatro ambientes. 

La inversión que hará Tiburón Desarrollos, una compañía argentina, será de US$ 500 millones. “La primera de las torres está hoy en su etapa final, generó una inversión de US$ 62 millones y tenemos previsto entregar las unidades a mediados de este año”, indicó Juan José Etcheverrito, titular de Tiburón Desarrollos al diario argentino El Cronista. Aclaró que el proyecto se desarrollará en 20 años y los edificios no se harán en simultáneo.

Un decreto aprobado por la Junta Departamental de Maldonado en 2012 derogó la prohibición de grandes construcciones en La Barra, con el objetivo de lograr “un escenario de valorización del frente de noreste de la ciudad”.  El objetivo era dar respuesta “al conflicto de la movilidad” así como también brindar mejores soluciones viales para los vecinos de la zona.

En el momento en que se discutió el decreto, había quienes argumentaban que este tipo de edificios cambiarían la fisionomía de la zona, abandonando el espíritu natural por el cual se caracteriza.

Soledad Laguarda, directora de Urbanismo de la Intendencia de Maldonado, comentó que este plan de ordenamiento territorial impulsará a que más edificaciones se instalen en La Barra. Por eso es de esperar que en el corto plazo lleguen más inversiones. 

El presidente de la Cámara Inmobiliaria de Punta del Este y Maldonado, Javier Sena, confirmó que ya hay por lo menos otro inversor interesado en instalarse en la zona. Si bien se excusó de dar detalles, dado que aún los acuerdos no están cerrados, dijo que ya está aprobada la construcción del proyecto.

Además, en la parada 29 de La Brava también está prevista la instalación de un edificio de lujo. Aunque no forma parte del boom de La Barra, demuestra  el interés del sector inmobiliario por llevar adelante proyectos en zonas donde “aún no hay muchas instalaciones”, según Sena, que cree que este tipo de edificios harán que una “zona que está un poco deprimida” pueda tener más confort y una mejor oferta para quienes quieran irse de vacaciones o instalarse en Punta del Este. 

Llegada de argentinos  

El decreto que aprobó la Junta Departamental ya tiene ocho años y, hasta el momento, no había llegado ningún inversor con intensiones de instalarse en La Barra. Sin embargo, no es coincidencia que sea ahora cuando se pongan ojos sobre el principal balneario uruguayo. En el ambiente inmobiliario “hubo un cambio de tono” al momento en que el presidente, Luis Lacalle Pou, manifestara su intensión de que los argentinos se instalen en Uruguay. 

Días después se conocieron los primeros casos de coronavirus en Uruguay y los planes de estímulo que se habían pensado, se frenaron. Sin embargo, en los meses donde Uruguay no tuvo un gran número de casos diarios, muchos ejecutivos del otro lado del Río de la Plata se quedaron a vivir en Punta del Este. 

Esto sirvió como presagio para que los empresarios inmobiliarios esperen que, una vez que pase la pandemia, muchos argentinos decidan llegar a Uruguay. “Nosotros nos estamos preparando. Creemos que la próxima temporada va a ser la mejor del siglo y muchos van a venirse a vivir”, comentó enfáticamente Sena. 

Desde el sector esperan que a fines de febrero o principios de marzo, las fronteras se abran para que “el aluvión de argentinos” comience a llegar. Esto provocaría una demanda tanto de alquileres como de compra de viviendas, motivo por el cual es “muy importante que sigan llegando proyectos de este estilo”, explicó Sena. 

La afectación de lo natural 

Hace un par de días, un empresario uruguayo estaba haciendo playa en la zona de La Barra, cuando de repente se dio cuenta que el sol se había escondido detrás de la una de las siete torres de Surfside. 

El operador inmobiliario -que contó esa anécdota a El Observador- consideró que no cree que vaya a existir tanta demanda como se prevé, pero sí afectará a la naturaleza de la zona.  Si bien en este último año Punta del Este recibió muchas personas que se quedaron a residir, algunos operadores tienen “miedo” de que el balneario pierda calidad y naturaleza en pos de llamar la atención de más personas. 

A raíz de este tipo de edificaciones, existe “un corrimiento hacia otras zonas más naturales” como José Ignacio o Manantiales, contó el propietario de la Inmobiliaria José Ignacio Arts & Entertainment, Nelson Blanco. 

Blanco entiende que la base de este tipo de proyectos es abrirles las puertas a los argentinos. De igual modo, puntualizó que aún no se sabe exactamente cuántos podrían llegar y, más allá de que cree que “va a haber una masa importante de nuevos residentes”, es arriesgado pensar en que se va a poder cubrir toda la oferta. 

Fernando Posada, encargado del Departamento Legal de Baker Tilly, comentó la semana pasada en entrevista con Café y Negocios que si el coronavirus no existiera, “habría habido un aluvión de gente cruzando el charco”. 

Es el mismo argumento en el que se basa Sena para hacer hincapié en que habrá una alta demanda a partir de marzo y que la oferta será cubierta.

Etcheverrito, el titular de  Tiburón Desarrollos, comentó que no les “preocupan las unidades que todavía no se vendieron”. “Sabemos que contamos con un muy buen producto y confiamos en que ni bien se flexibilicen las fronteras vamos a poder terminar de comercializar el primero de nuestros edificios”, agregó.