El pasado septiembre, mientras conversábamos después de una clase en Chengdu, su
ciudad natal, Layris, una estudiante universitaria
china, me adelantó con claridad meridiana un panorama que se cumpliría meses después. Que el presidente de su país, Xi Jinping, continuaría en el poder por muchos años más. "Es que no hay nadie respetable que lo pueda suceder. En China faltan líderes jóvenes que puedan gobernar en este momento". Xi Jinping, nacido en 1953, el líder chino más poderoso desde Mao Zedong, continuará en el poder hasta 2022, y todo pinta para que se mantenga en esa posición hasta bien entrada la década de 2030, si la salud se lo permite.
Debajo del título "O gigante fraco", la contratapa de este pasado fin de semana de Miguel Arregui decía: "Un Lula victimizado seguirá siendo el eje político de
Brasil, mientras no surjan nuevos líderes". Precisamente, uno de los mejores aliados que tiene Lula en sus aspiraciones por mantener su popularidad política a pesar de estar tras las rejas, es la ausencia en su país de líderes jóvenes capaces de convertirse en el preámbulo del futuro y dejar atrás el pasado reciente –que se extiende moribundo sobre el presente-, el que incluye tanto malas decisiones políticas como un fárrago de actos de corrupción. Vista la realidad actual, no resulta exagerado afirmar que en el mundo actual faltan líderes políticos jóvenes con condiciones de mando.
Que José Mujica, que el próximo 20 de mayo cumplirá 83 años de edad, tenga buenas posibilidades de ser electo presidente de Uruguay nuevamente, y que el ex presidente estadounidense Joe Biden, con 75 años de edad, sea el político del partido demócrata con mayores posibilidades de conseguir la nominación presidencial de su partido de cara a las elecciones de 2020, indica que incluso en países con fuerte tradición democrática no es bueno el semillero de políticos con condiciones y atractivo masivo como para ocupar el principal cargo de gobierno. Se ha transformado en lugar común afirmar con regularidad que "a los jóvenes no les interesa la política". ¿Será esta la razón de fondo por la cual las democracias del mundo tienen otro gran problema a la vista, como es la carencia de nuevos líderes políticos?