La primavera arranca con un estímulo al agricultor y dudas para el ganadero

El mercado de granos iba a una lógica más firme por las dudas que genera la continuidad del acuerdo que permitió la reactivación de las exportaciones de granos desde Ucrania. La geopolítica sigue –con sus vaivenes– moviendo al mercado.

Así trigo y maíz, dos granos donde Ucrania es protagonista, habían tenido subas desde los primeros días de setiembre. En el caso del maíz los daños por sequía y calor en Estados Unidos también estaban dando soporte.

En cambio, al empezar esta semana la soja venía en su segunda semana bajista consecutiva en Chicago, frenada por  las importantes ventas concretadas desde el lunes pasado por los productores argentinos y por una proyección de producción estable en Estados Unidos y creciendo fuerte en Brasil.

Este lunes todo eso quedó como un factor menor, dados los fuertes cambios que generó el informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) este lunes, que recortó fuertemente la producción prevista de soja y maíz de ese país, golpeado por sucesivas olas de calor.

Los recortes superaron ampliamente las expectativas del mercado, particularmente en soja donde se esperaba un recorte leve.

Impacto en Uruguay

EO

Haciendas: marcha atrás

La grilla de la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG) bajó al novillo en 20 centavos y fue generosa con el precio que promedió los valores de la semana anterior, pero que quedó lejos arriba de la realidad del mercado ganadero al comienzo de la semana. En grandes números, en tres meses el novillo pasó de US$ 5,50 por kilo a US$ 4,50 y sigue bajando mientras transcurre esta semana.

En el norte la escasez de granos es noticia. En Estados Unidos se esperaba un recorte de un millón de toneladas en la proyección de producción de soja, pero el ajuste fue en cuatro millones de toneladas, con lo que queda por debajo de la del año pasado y el stock quedará bajo al menos hasta la siguiente cosecha de noviembre 2023.

Así la cosecharía quedaría en 119 millones de toneladas, un millón menos que en la cosecha 2021 y lejos de los 123 millones que se esperaba en agosto.

El stock como proporción del consumo está en mínimos de los últimos 10 años, algo que hasta la semana pasada no se esperaba.

Esa cifra limita el saldo exportable de Estados Unidos y lleva las reservas a mediados del año próximo a un nivel peligrosamente bajo de 5,4 millones de toneladas, 20% menos que las 6,6 millones que se esperaban en setiembre y de las 6,5 millones de julio de este año. La señal de los precios es entonces “que el Mercosur plante lo más posible”.

El informe mantuvo la proyección de producción de Brasil en 149 millones de toneladas (Conab proyecta 150) y la de Argentina en 51 millones.

Por otra parte, recortó la importación proyectada de China  de 98 a 97 millones de toneladas y un informe posterior no oficial la volvió a recortar.

Otro informe adjunto del USDA recortó la previsión de consumo de carne vacuna e importación de China que bajaría por primera vez en muchos años. Con Brasil exportando a todo ritmo, los precios de la carne exportada caen y los del novillo se desploman.

En el mediano plazo pueden rebotar los precios si reflejan los costos de producción, porque en las proyecciones de USDA hubo un recorte también fuerte en maíz, algo que el mercado tenía más previsto, pero que igual superó lo esperado.

En maíz el recorte fue de casi 10 millones de toneladas, cuando los privados esperaban un recorte de siete millones. La producción que se esperaba en agosto en 364 millones de toneladas ahora se estima en 354 millones y tendrá una caída muy fuerte de 30 millones respecto a los 384 millones cosechados el año pasado.

El rendimiento, que el año pasado había sido de 11.110 kilos por hectárea, este año quedaría en 10.827 kilos. En soja, el rendimiento que el año pasado fue de 3.457 kilos bajaría a 3.396 kilos.

Los precios de la soja y maíz están en máximos desde junio y las reservas de soja y maíz están entre las más bajas de los últimos 10 años.

Cambio radical

Hay un cambio radical del escenario agrícola y ganadero que vuelve a dar un estímulo fuerte a una siembra del Mercosur que está amenazada por la sequía que ya ha golpeado en el norte. Por ahora no llega a poner dudas sobre el buen marco para la ganadería, pero seguramente en el litoral oeste las pasturas en las rotaciones tendrán que esperar.

El informe no trajo grandes novedades para el trigo en Estados Unidos y corrigió al alza la producción prevista tanto de Rusia como de Ucrania. De hecho las cotizaciones del trigo retrocedieron en Chicago.

La soja que venía presionada a la baja, se consolida por encima de los US$ 500 por tonelada.

El trigo gracias a las subas de semanas anteriores, en la posición diciembre de Chicago sigue bastante arriba de los US$ 300 a pesar de haber bajado tras el informe del USDA.

El maíz que ya venía subiendo, consolida el ascenso y se vuelve a aproximar a esa referencia en la posición mayo de Chicago.

Los costos de la soja de la próxima primavera se pueden cubrir con una venta de grano arriba de US$ 500, lo que seguramente estimula a muchos.

Aún con un precio de fertilizantes nitrogenados que seguirá en niveles elevados, las condiciones para seguir apostando a la agricultura quedan reafirmadas para lo que queda de este año y para 2023.

Entre tanto, este nuevo marco agrícola puede ser un llamado de atención ante el ajuste que está teniendo el mercado del ganado gordo, porque con este marco las hectáreas agrícolas pueden seguir desplazando a la ganadería en un vaivén que parecía estabilizado con el novillo arriba de US$ 5, pero que puede ser diferente con el novillo a US$ 4,50 por kilo y bajando.

Expectativa

El ajuste en el mercado del ganado gordo no debería afectar mayormente a la zafra de reproductores que está empezando, pero es otro de los factores a observar cuando la venta de Hereford de Kiyú y otros remates empiecen a dar una pauta de qué nivel tienen los precios de reproductores, que representan una expectativa ganadera de largo plazo.