El coordinador académico de la Educación Policial, Johny Silva

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"Las mejores espadas se forjan a golpes": cómo se prepara el "perfil emocional" de los policías

Para Roberto de los Santos, director de Educación Policial, "el mayor desafío" que tiene la educación de policías "hoy no es ni intelectual, ni físico"
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18 de septiembre de 2023 a las 05:05

"Son personas que si están en una línea y les escupen la cara tienen que contenerse. Y si corresponde detener a la persona por atentar la autoridad que no les tiemble el pulso. Cuando hay que liderar una línea y hay un tiroteo tienen que velar y cuidar la seguridad de todos sus camaradas. Eso no se forja con palmaditas. Yo no curo ese cáncer con paños tibios en la frente. Las mejores espadas se forjan a golpes. No los golpeamos acá, evidentemente", dice Roberto de los Santos, titular de la Dirección Nacional de la Educación Policial desde marzo de este año. 

A su criterio, "el mayor desafío" que tiene la educación de policías "hoy no es ni intelectual, ni físico". "El mayor desafío es trabajar el perfil emocional", asegura en entrevista con El Observador. "Eso no se ve" en las pruebas de ingreso, ni en la física, ni en la de idioma español, ni en la entrevista psicológica. 

"Y el que sale de acá tiene que ser un sobreviviente social por el clima de violencia que le va a tocar enfrentar en los próximos años", continúa.

El director de Educación Policial, Roberto de los Santos

"Acá" es la Escuela de Policía donde estudian por años los cadetes que serán oficiales en todo el país y por meses los que serán agentes en Montevideo. Los primeros conforman solo el 10% de la fuerza policial, unas 3 mil personas, en un total de más de 30 mil funcionarios. El restante es personal subalterno, es decir, pertenecen a la Escala Básica.

Ambos tienen, entre otras, materias de derecho, investigación criminal, entrenamiento con armamento –como el tiro– y ejercicio físico.

Es justamente por esa diferencia de tiempo por la que el trabajo más grande se hace con los cadetes. "Es otro nivel", resume De los Santos.

Cadetes de la Escuela de la Policía

La preparación de los oficiales

En tres años (2.500 horas de estudio) un cadete egresa como oficial ayudante y con uno más se recibe de licenciado en Seguridad y Orden Público. 

"El verdadero profesional es el oficial", explica De los Santos. Es el que tiene responsabilidades de "mando, administración, gestión, metas, resultados que obtener". Después de recibirse de oficial ayudante puede hacer cursos de pasaje de grado y ser oficial principal, subcomisario, comisario, comisario mayor y comisario general. La Escuela espera en los próximos años tener posgrados y maestrías, pero para eso necesita formar docentes en el exterior o traerlos de allí.

El cupo de cadetes se abre una vez al año. Se inscriben unas 1.500 personas, según el coordinador académico de Educación Policial, Johny Silva. "De ahí pueden ingresar 80, 90", dice a El Observador. Se presentan más para ser cadetes que para ingresar en la Escala Básica y la Escuela puede darse el lujo de elegir a los que mejor rendimiento tuvieron en las pruebas. 

Salón en la Escuela de la Policía

Los requisitos para los cadetes es tener bachillerato completo y hasta 24 años. Aunque si la persona ya es policía el límite se extiende; por ejemplo, en el caso de un agente es de 34 años. 

Al principio del internado, a los cadetes los despiertan de madrugada, los hacen salir a correr. Después se vuelven a acostar y a las 6:00 tienen que levantarse. También les piden "hacer nudos para material de rescate de nochecita y no les salen porque están cansados", cuenta el director de Educación Policial. 

"Nosotros no le podemos reproducir heridos o reproducir los nervios que uno pasa cuando va en un patrullero a un lugar donde sabe que va a correr peligro de vida", dice De los Santos. "O atender una embarazada que está a punto de dar a luz", acota el coordinador académico.

"Pero sí podemos reproducir los nervios, el estrés, el cansancio", continúa el director.

Los cadetes también tienen praxis donde salen a patrullar en autos o motos. Van a comisarías, al juzgado, a Policía Científica.

"Los llevamos a la morgue para que no sea la primera vez que vean una persona fallecida", cuenta el director. Incluso ven occisos (un cuerpo que sufrió una muerte violenta por homicidio, accidente o suicidio).

"A veces la persona está descuartizada. Y el shock, si no lo experimentaron aquí en condiciones controladas, después tenemos un policía que se desmaya, le roban el chaleco, el arma y todavía lo matan".

Móviles para las praxis que realizan los cadetes en la Escuela: siempre antes de salir deben chequear el estado del auto

"Y algunos dicen: 'esto no es para mí'", señala De los Santos. En ese caso, las puertas están abiertas.

En lo que refiere a preparación emocional, una vez que son oficiales hay cursos extracurriculares, como "para dar noticias y para atender a personas de situaciones de estrés postraumático", explica Silva. "Por ejemplo, en un homicidio, la pareja de la persona fallecida, o el hijo", añade.

La preparación de los subalternos

Los subalternos (Escala Básica) son "los pilares" de la Policía: el "sustento", "el personal más expuesto", el 90% de la fuerza policial, afirma De los Santos.

Los llamados para agentes (el primer paso en la Escala Básica) los realiza cada jefatura departamental en general cada seis meses, pero depende de sus necesidades. El aspirante debe tener entre 18 y 35 años y haber terminado ciclo básico. Las pruebas también son físicas e intelectuales, pero el nivel es más fácil que para los cadetes.

Archivo, 2018. Tanto los cadetes como la escala básica practican tiro

El estudio dura 600 horas, sumado a las 40 de un curso de "rescatista primer respondedor" que se agregó este año. 

"Esas son las presiones que sí podemos trabajar en la Escala Básica", dice el director de Educación Policial respecto al curso.

"Ahí aprenden técnicas de primeros auxilios, cómo trabajar en reanimación de personas, traslado en camilla, empaquetado para inmovilizar el cuello, cómo trabajar un torniquete, entablillado cuando hay una fractura expuesta, trabajar en equipo, contra presión, porque les ponemos reloj y silbato", explica.

A diferencia de los futuros oficiales, los agentes no salen a la calle hasta que no se egresan. Les suele llevar cuatro meses, pero depende de qué tanta carga horaria tengan por semana.

"En la Escala Básica por cuestiones de necesidad del servicio, porque hay carencia de personal, muchas veces tratamos de intensificar los cursos acortando el tiempo, mas no la cantidad de horas", señala Silva, el coordinador académico. "Es un esfuerzo de tomar los exámenes con menos tiempo de estudio", añade.

El coordinador académico con un mural detrás que dice: "Ingresar para aprender, egresar para servir"

La Escala Básica enfrenta otro problema. El director De los Santos dice que hubo un llamado para 300 agentes y se presentaron 280. "¿Qué selección íbamos a hacer?", pregunta. "Entraron todos" los que pasaron las pruebas. La prioridad del director quedó relegada: "Después tuvimos que ir viendo el tema de los perfiles". Finalmente, este jueves 14 de setiembre egresaron 259.

Los agentes pueden ir subiendo de jerarquía hasta cabo, sargento y suboficial. Como para los oficiales, los subalternos también pueden seguir formándose a lo largo de su carrera con cursos, por ejemplo, de criminalística o criminología.

Para formarse en Montevideo los aspirantes van a la Escuela, pero no duermen allí. En el interior, hay una escuela por departamento. Además, existe una plataforma digital a través de la que pueden participar de los cursos.

Respecto a la preparación emocional, entre los cursos extracurriculares, algunos los dan psicólogos de Sanidad Policial. Por ejemplo,  apunta Silva, "hay uno que se llama ‘Manejo de situaciones críticas’".

De todas formas, además de la formación continua, los policías de Escala Básica, si tienen bachillerato completo y cumplen con un límite de edad dependiendo de su jerarquía, pueden presentarse a la Escuela para ser cadetes. Si ingresan, dejan de trabajar, pero siguen con su sueldo (ya sea de agente o de cabo, por ejemplo), en lugar de recibir la beca de los cadetes civiles, que es mucho menos de la mitad.

El caso Bergougnoux

A propósito de cómo se trabaja en la Escuela de Policía, De los Santos cita "un proverbio japonés que dice: más vale disciplina que inteligencia".

"Acá es un sistema disciplinario muy riguroso. No estricto en el sentido que no permita la elasticidad que debe tener la disciplina para que uno ejerza también la inteligencia. Pero para disciplinarlo no lo disciplino con palmaditas en la espalda", asegura el director de Educación Policial.

Los cadetes viven de lunes a sábado en la Escuela

El Observador consultó a De los Santos sobre el caso del exdirector de la Escuela, Néstor Bergougnoux, imputado en octubre de 2022 por violencia privada y lesiones

Un cadete había denunciado que Bergougnoux lo golpeó mientras estaba en un baño lo obligó a permanecer durante horas con la ropa manchada de materia fecal sin posibilidad de limpiarse.

Según fuentes del Ministerio del Interior, había sido separado del cargo en julio de ese año. 

De los Santos, que asumió en marzo de 2023 como director de Educación Policial, dice que no conoce a Bergougnoux, que prefiere no hablar del caso, pero que "no fue como se conoce popularmente".

Roberto de los Santos sucedió a Efraín Abreu como director de Educación Policial

"Todavía está en Fiscalía. No doy nada por hecho. Lo que sí puedo decir es que acá no se tortura a nadie, no se le pega a nadie", sostiene.

"No tenemos casos en la historia de la Escuela, salvo ese que está a estudio, de problemas de ese tipo. Nosotros juramos por el honor y llevar la práctica de una vida digna al servicio de la sociedad. ¿Cómo puedo yo formar a alguien que viva una vida honorable y digna si lo trato indignamente? Me estaría haciendo la trampa al solitario", concluye.

A propósito de la denuncia contra Bergougnoux, el ministerio inició un sumario administrativo que para el pasado 9 de agosto todavía no había concluido. Ese día la Justicia extendió por segunda vez las medidas cautelares —fijación de domicilio y prohibición tanto para salir del país como para acercarse y comunicarse con la víctima— esta vez hasta el 1° de marzo de 2024. Para esta última fecha también se extendió el plazo de investigación, porque tanto la fiscalía como la defensa del imputado esperan lo que pueda revelar el sumario. 

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