Las peripecias del cocinero de la selección, sin trabajo y con un hijo recién nacido

En pocos días el cocinero de la selección uruguaya pasaba por diferentes estados de ánimo. De la amargura del cese de actividades en el Complejo a la felicidad del nacimiento de su hijo y finalmente la incertidumbre de no saber qué va a pasar con sus emprendimientos personales.

La realidad marca que el cocinero de la selección vive recluido en su casa con un niño recién nacido y sin trabajo.

“A nivel personal estoy con cero actividad. Las selecciones cortaron sus tareas. En el Complejo de la AUF no hay nada, está todo inactivo, y yo soy jornalero, cobro por día de trabajo”, comenzó diciendo Cauteruccio en charla con Referí.

El chef de la celeste espera el paso de los días y las decisiones de los dirigentes de la AUF para saber en qué condiciones laborales quedará. No tiene claro si va al seguro de desempleo.

El nacimiento de Joaquín

La señora de Aldo esperaba familia. Los médicos habían previsto para el lunes 23 el parto. Pero Joaquín se adelantó a los pronósticos y comenzó a avisar que quería venir al mundo en la madrugada del sábado.

“A la una de la mañana nos fuimos con mi señora al sanatorio y Joaquín nació a la hora 7:29”, contó el cocinero de la selección a Referí.

El niño llegó en un momento donde el mundo está convulsionado y donde la permanencia en un sanatorio no es recomendable. Pero lo más chocante para Aldo fue la presentación virtual del bebé en la familia.

Cauteruccio contó que tuvo que presentar a su hijo a través del vidrio del auto como consecuencia de lo que se vive con el coronavirus.

“Fue todo un tema porque en un momento como este que llega un integrante a la familia, imagínate lo tíos, los abuelos, fue un recibimiento virtual. Ni los abuelos le pudieron dar un beso porque –por razones de edad- son parte de la población de riesgo por el coronavirus”, expresó con un dejo de nostalgia Cauteruccio.

Aldo reveló que cuando a su señora la dieron el alta salieron del sanatorio y en la calle los abuelos de Joaquín saludaron y conocieron a su nieto a través del vidrio del auto. Es más, su hermanito Agustín lo conoció tres días después.

“Agustín se estaba quedando en casa de los abuelos y recién cuando se vino a vivir con nosotros nuevamente conoció al hermano”, reveló el chef de la celeste.

Los cuidados

La familia de Cauteruccio se refugió en su hogar con los debidos cuidados en la atención del recién nacido y de su mamá. “Lógicamente que mi señora entra en la población de riesgo con todo el proceso post parto porque le genera una baja de defensas. Estamos aislados y el único que sale a hacer alguna compra particular soy yo”, comentó el cocinero de las estrellas celestes.

Cauteruccio reveló que bajo las condiciones de riesgo de contagio de coronavirus realiza las compras tomando determinados recaudos.

“Yo salgo con mis precauciones. En el auto y en el bolsillo me pongo paños de alcohol y estoy con eso permanente. No voy a lugares de grandes superficies voy a supermercados de barrio donde va menos gente, marco distancia de la gente en la cola a la hora de pagar”.

Aldo contó que hace unos días fue al cajero a retirar dinero y se paró a dos metros de la persona que tenía adelante. No fue el único detalle. Una vez en la cabina del cajero, antes de marcar la clave, sacó un pañuelo con alcohol y desinfectó el teclado. Recibió el dinero y se volvió a desinfectar. “No tengo más remedio que hacerlo, tengo un bebé recién nacido que es cero defensa”, acotó.

Sin trabajo

Pero la felicidad por la llegada de un nuevo integrante a la familia contrastó con la noticia de quedarse sin trabajo. Al cierre de puertas del Complejo Celeste, que lo dejó sin ingresos, se sumó la cancelación de todos los eventos que tenía en su emprendimiento personal.

“El viernes salió el presidente pronunciando que había que evitar las aglomeraciones de gente y el sábado me confirmaron todas las cancelaciones de todo el año de los servicios de catering que hacernos”, reveló Cauteruccio a Referí.

El chef de la selección agregó: “Tengo un catering y hacemos muchos servicios para empresas, bienestar corporativo, entregamos viandas, regalos que hacen las empresas a sus empleados, armamos la parte de servicios en congresos, pero todo eso es aglomeración de gente y fue lo primero que se cortó. Estoy afectado, sí. A nivel personal estoy en cero en actividad”.

Ante esta situación, Cauteruccio no tiene otra que apelar a los ahorros. “Tampoco quedaba mucho…”, expresó. Y agregó otro detalle a la situación: “Mi condición en la AUF es de jornalero. Cobramos el día, si no trabajo no cobro. Este mes que fue muy poco activo, ese ingreso está menguado, altamente menguado, y aparte ya veníamos de una inactividad”.

Cauteruccio explicó que cuando el Complejo Celeste está parado lo envían a un seguro de inactividad. “Ahora no sé qué va a pasar porque esto es como incierto”.

Espíritu positivo

Pese a la dificultad de quedarse sin ingresos, el chef celeste se muestra positivo y lejos de ponerse en victima traslada su preocupación por las personas más necesitadas.

“Tenemos la posibilidad de tener alimentos y una casa donde podemos pasar la cuarentena. ¿Qué pasa con los que no tienen esa posibilidad? Mi preocupación es que mi familia no conoció a mi hijo, pero la preocupación de otros es cómo hacen para comer. Esos no saben su condición mañana. Es tremendo, si analizamos fino es más bravo para ellos que para mí. Para mí es duro el encierro, los afectos, pero no me falta la olla”, asume con espíritu solidario.

El cocinero contó que varios jugadores de la selección, incluso muchos que ya no defienden a la celeste, se comunicaron para saludarlo por el nacimiento de su hijo.

Cuateruccio reveló que en el contacto muchos le preguntaron por cómo estaba la situación. “Es que sabían que iba a ser papá”.

Consultado sobre si alguno de los jugadores o integrantes del cuerpo técnico se puso a la orden ante la situación que le toca vivir al quedarse sin empleo tras el nacimiento de su segundo hijo, el chef celeste respondió.

“No es necesario aclararlo, esas cosas ni siquiera se plantean, por suerte no tengo que pedir nada. Entre nosotros no hablamos de esas cosas, sé que si tengo que pedir una mano no tengo inconvenientes, no solo jugadores, tengo compañeros que están a la orden, pero no creo que llegue a ese extremo. Aparte es un tema que lo resolvería primero a nivel familiar, no se me pasa por la cabeza en esta situación manguear a alguien”.

Cauteruccio terminó revelando un dato increíble de la realidad que se vive: “A mi familia no la vi, al bebé no le pudieron dar un beso. Nadie se arrimó, amigos cero, estamos acá los cuatro –con su señora y sus dos hijos- encerrados en casa”.

Y, pese a quedarse sin trabajo en un momento donde llegó a la casa un bebé recién nacido, el cocinero de las estrellas celestes no ocultó su habitual optimismo. “Estamos notable, con la llegada del cabezón este todo es alegría”.