Inés Guimaraens

Lerda, el argentino campeón con Peñarol que hoy vive en la paz de Punta Ballena

El golero que a los 16 llegó a Uruguay, desde 2017 defiende a Deportivo Maldonado y disfruta su experiencia en el torneo del ascenso

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09 de septiembre de 2019 a las 05:04

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Danilo Lerda es un argentino de 32 años que lleva la mitad de su vida en Uruguay. Cuando tenía 16, el actual golero de Deportivo Maldonado se vinculó con Jorge Chijane, quien fue gerenciador de Fénix, y se instaló Montevideo. Su familia quedó en Arias, un pueblo de la provincia de Córdoba en el que viven menos de 8.000 personas. En aquella ocasión, para viajar, su madre le puso una condición: terminar el liceo.

Aquel adolescente estaba convencido que quería jugar al fútbol y en su pueblo de Argentina no existía el profesionalismo. Entonces se alejó de su familia y llegó a Montevideo, una gran ciudad para lo que estaba acostumbrado. “Tomé ese riesgo y hoy no me arrepiento de nada porque logré vivir del fútbol, que es lo que amo hacer”, comentó a Referí.

En sus primeros días en la capital uruguaya vivió en un apartamento con otros jugadores de Fénix y empezó a hacer amigos en Uruguay que le ayudaron a blindarse para no extrañar. También le hizo caso a su madre y revalidó las materias que había hecho en Argentina para terminar secundaria. En Uruguay, además, formó su familia: en 2013 se casó y en 2014 nació Donato, su hijo.

Inés Guimaraens

Lerda llegó a Deportivo Maldonado a principios de 2017, luego de pasar por Danubio. En este equipo fue dirigido por Leonardo Ramos y solo jugó dos partidos. Como no iba a ser la primera opción en la siguiente temporada, porque Michael Etulain era titular, buscó otra posibilidad y la encontró en el equipo del Este.

En su nuevo club encontró un escenario que no es común en los equipos de Segunda división en el fútbol uruguayo. Deportivo Maldonado es gerenciado por capitales ingleses y está al día con los sueldos de los futbolistas. “Es algo que tendría que ser normal para un trabajador, pero en el fútbol no es así”, reconoció Lerda. El arquero destacó que está en una institución ordenada, aunque reconoció que deben mejorar algunos aspectos.  

Leonardo Carreño

La llegada a Peñarol

En enero de 2012 Lerda estaba de vacaciones con su novia en México cuando recibió una llamada de Chijane: el entrenador Gregorio Pérez lo quería para Peñarol. Adelantó los pasajes y volvió a Uruguay.

“Corté las vacaciones, pero me vine con muchas ganas. Todo el que juega en un cuadro menor tiene el anhelo de llegar a un equipo grande. Me tocó a mí y estaba más que feliz”, recordó.

En los carboneros estuvo dos años y medio y fue dirigido por distintos entrenadores. A Pérez lo cesaron al poco tiempo y llegó Jorge “Polilla” Da Silva, el entrenador campeón de la temporada 2012/2013.

En este torneo el golero titular era Enrique Bologna, y Lerda fue al arco en algunos partidos, por lesiones y expulsiones del otro arquero argentino. “Ese plantel lo disfrutamos muchísimo. Teníamos una buena relación entre todos”, recordó.

Nicolás Garrido

En el partido antes de un clásico tuvo una buena actuación y Da Silva decidió que sería titular ante Nacional. El encuentro fue por el Torneo Clausura y terminó 0-0.

Aquel momento lo describe con una frase: “Tenés 50.000 personas que pagaron una entrada para mirar lo que hacen los jugadores. Cuando te cae la pelota sabés que tenés todos los ojos encima, más todos los televidentes que te observan a través de la televisión. Es el punto máximo para el jugador. Es una presión, pero linda de vivir”, contó.

Lerda estuvo en el banco de suplentes del clásico de 2014 en que Peñarol goleó a Nacional 5-0 con Jorge Fossati como técnico. “Si bien no me tocó jugar, fue un partido que quedó marcado”, comentó.

Martín Cerchiari

En Peñarol jugó en total 17 partidos. También fue dirigido por Jorge Gonçalvez y Diego Alonso.

Cerca de casa

En 2015 Lerda se fue a jugar a Talleres de Córdoba. El equipo argentino había estado en quiebra e intentaba enderezarse. El club intentó formar un grupo competitivo para enfrentar el torneo de Tercera división del fútbol argentino.

La experiencia no estuvo a la altura de lo que esperaba. El club perdió las finales por el ascenso, en un partido en el que había 30.000 personas en las tribunas que hacían sentir una presión extra en los jugadores. “Perdimos dos finales y el ambiente estaba bastante tenso”, recordó sobre ese paso por un equipo de su provincia natal en la que no cumplió con el objetivo.

En las últimas temporadas el club creció y hoy, dirigido por Alexander Medina, pelea los primeros lugares de la Superliga argentina.

Antes de volver al fútbol uruguayo el arquero pasó por la segunda división del fútbol portugués. Por la cercanía con España, Lerda esperaba que el juego fuera similar al fútbol español, pero resultó como imaginaba. Se encontró con un juego de pierna fuerte, en el que se le daba mucha importancia a la pelota quieta.

Lo positivo de ese paso por Portugal fue que tenían muchos partidos para jugar: en cuatro meses, 28 partidos, lo que en Uruguay se juega en un año. “Estás continuamente en competencia”.

Lerda fue acompañado por su familia y vivió en Lisboa, “una ciudad preciosa, con mucha historia”, explicó. En los días libres aprovechaba a recorrer en auto el país.

En el plantel tenía un compañero colombiano y otro guatemalteco de quienes se hizo amigo y se juntaban a comer. Entre los sudamericanos se integraban, pero se encontró con la distancia de los europeos que eran “más fríos”.

“Las comidas del plantel eran en un restorán, donde te servía un mozo. Acá estamos acostumbrados a otra cosa: nos juntamos, hacemos un asado", recordó el golero.

Cuando pasó a Deportivo Maldonado viajó durante los primeros tres meses todos los días desde Montevideo hacia el Este para entrenar, pero el desgaste fue mucho y, junto a su esposa y su hijo, se instaló en Punta Ballena. Vive a 15 minutos del Campus.

“Hay una tranquilidad que no se compara. Debe ser una de las ciudades más lindas de Uruguay para vivir, y para criar a mi hijo”, describió.

Lerda hizo un curso de gerencia deportiva y ahora estudia para ser entrenador. El golero sabe que el fútbol le permite tener tiempo libre que cree que debe aprovechar. “Desde las 2 de la tarde a las 11 de la noche puedo estudiar e incrementar conocimientos”, comenta.

El golero quiere seguir en actividad algunos años más. “Espero no ser la excepción”, dijo. Igualmente ya se está preparando para estar pronto para cuando le toque colgar los guantes.

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