Leonardo Carreño

Libre comercio, con China pero también con sus vecinos democráticos

Hay que mantener nuestros criterios de defensa de los derechos humanos

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12 de septiembre de 2021 a las 05:00

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Uruguay rompió el cascarón que lo ataba a la región y se apresta a volar al Asia. Miles de puestos de trabajo pueden generarse particularmente en el sector alimentos.

El agro uruguayo, al menos en sus rubros extensivos, ganadería, lechería, agricultura, con los astros alineados a favor. Hay un envión de precios internacionales de materias primas que empezó hace un año que es un factor general. Por otra parte, la agricultura tuvo una buena cosecha de cultivos de invierno el año pasado que levantó el ánimo. El precio internacional de los lácteos también mejoró y los productores respondieron productivamente.

Pero donde el envión ha sido más fuerte es en la ganadería de carne. Al año 2021 no le ha faltado nada. Una demanda internacional muy fuerte, liderada por China pero acompañada por EEUU y la Unión Europea, y todos los competidores relevantes con problemas. Australia recuperándose de una sequía, Brasil con una oferta restringida este año, luego de años de una extracción muy fuerte en años anteriores. Argentina hubiera sido un competidor de fuste, pero el gobierno puso un cepo a la exportación. Así el precio de exportación fue subiendo y es actualmente el mayor de la historia. 

Como si eso fuera poco, cuando el precio se movió un poquito para abajo, dos vacas locas accidentales en Brasil. Las mismas empresas están de los dos lados, así que lo que no se puede mandar a China, que vaya desde Uruguay. El mercado vuelve a la máxima firmeza cuando ya está muy cerca de los precios más altos de la historia.

Los productores han respondido. Más área de trigo, cebada, colza, que van hacia una gran cosecha. Producción récord de leche. Aumento de 35% en la faena de vacunos, manteniendo el stock estable a través de alta producción de terneros. Pero los productores han razonado habitualmente que los buenos momentos son breves, que hay que aprovecharlos porque luego los precios inexorablemente bajarán. No se sabe que pero algo pasará que llevará los precios abajo y el buen momento pasará y se volverá a la lógica de precios ajustados que con costos altos pueden dejar un margen o una pérdida.

A todos los factores entusiasmantes que ya estaban presentes hasta la semana pasada se sumó en esta la posibilidad de un cambio estructural. Entrar a China en condiciones equiparables a las de Australia y Nueva Zelanda.

El anuncio del comienzo de los trabajos para un acuerdo de libre comercio con China le dan un giro crucial al panorama del Uruguay exportador, eso es una obviedad. Pero para el sector productivo esta negociación le da la posibilidad de un cambio estructural. El vaivén de los precios puede dejar lugar a una lógica distinta, tanto en la ganadería de carne como de leche donde China ha pasado a ser un comprador principal.

El agro ya venía embalado y esta noticia le da la perspectiva de la persistencia de precios, de una estabilidad mayor.  

Romper el cascarón, salir a buscar al mundo, es algo que se añora desde hace tiempo. La desventaja de Uruguay respecto a Australia y Nueva Zelanda a la hora de exportar en Asia es una mochila molesta, una pérdida de competitividad para dejar dinero en las aduanas que lleva a que los productores cobren aquí menos por su producto que los competidores del Pacífico. 

El sueño de exportar sin barreras es de los más preciados. 

Ahora bien, una cosa es trabajar por el libre comercio con los distintos países del mundo sin juzgar su política interna. Otra cosa diferente es convalidar el autoritarismo creciente de China. Han arrasado con las libertades en Hong Kong, han apoyado con un respaldo férreo a la dictadura de Myanmar. Le han empezado a enseñar a los niños en las escuelas la “doctrina Xi Xinping”, controlan el tiempo que los niños en la intimidad de sus hogares juegan a video games a través de tecnologías de reconocimiento facial. Es un acuerdo de libre comercio con un país que no solo no es democrático sino que apoya activamente a cualquier país que no sea democrático. Incluidos los Talibanes que ya están recibiendo millones de dólares de China para sostener su régimen (en principio US$ 31 millones para alimentos). Que los musulmanes de China sean perseguidos implacables parece no importar a ninguna de las dos partes.

China se ha vuelto fundamental para nuestras exportaciones. Uruguay para la economía de China es poco relevante. Acuerdos de libre comercio con todos en todas partes. Pero que no se pierda de vista que tan importante como acordar con China es hacerlo con los países democráticos de Asia que tienen también economías pujantes e incluso con más ingreso por habitante. El 
CPTPP (Comprehensive and Progressive Transpacific Partnership) o simplificando el Tratado Transpacífico, es tan importante como el acuerdo con China en términos económicos y muy importante en términos políticos para balancear el relacionamiento que como país democrático debemos tener con las democracias del mundo, particularmente las de Asia. 

Es muy importante vender mucho al que se ha vuelto el comprador principal. Pero no menos importante diversificar los mercados y mantener nuestros históricos criterios políticos de defensa sin ambigüedades del sistema democrático de gobierno con respeto por los derechos humanos. 

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