Presidencia

Los dos bloques en el ring: ¿quién va ganando?

Terminó de renovarse el elenco de gobierno en todo el país y concluye el primer round de un combate que sigue su curso

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28 de noviembre de 2020 a las 05:01

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Piña y piña, un gancho de derecha, un uppercut izquierdo, un recto directo, un jab, un cross o un empujón para separarse contra las cuerdas: el combate de box está planteado con la sombra de 2019 y la mirada en 2024.

Con el obligado desfasaje por la pandemia, el ciclo político ha renovado todos los órganos de gobierno y ahora, en el rol asignado por las urnas, cada partido deberá cumplir con el mandato de sus votantes, lo que no siempre es fácil de interpretar y puede dar lugar a confusiones.

En los gobiernos departamentales, el Frente Amplio se mantiene en los dos más urbanos y más grandes, Montevideo y Canelones, y además uno del litoral (Salto), en este caso con un intendente que no encuadra en las aristas típicas de la izquierda, pero que ha mostrado ser caudillo fuerte en el interior, de los que al FA le cuesta encontrar e impulsar.

El Partido Colorado sigue con la fortaleza de Rivera, justamente el departamento que lleva como nombre el del fundador de la divisa que gobernó el país durante más tiempo, y ha quedado refugiado en un espacio acotado del electorado.

El Partido Nacional aumentó su dominio de 12 intendencias que tuvo tanto en 2010-2015 como en 2015-2020, a los 15 gobiernos departamentales que tiene a partir de esta semana, por la reconquista de Paysandú y Río Negro y la victoria poco esperada en Rocha.

Son 15 intendencias para los blancos, una para los colorados y tres para los frenteamplistas.

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En cuanto al “tercer nivel de gobierno”, o mejor dicho el nivel gubernamental de mayor cercanía con el ciudadano, los nacionalistas ampliaron su predominio.

Aunque los municipios fueron una creación de la izquierda, y su dirigencia consideraba que era una buena forma de lograr mejor penetración política en el interior, el nuevo fenómeno de alcaldes y concejales por pueblos se fue dando con avance de los blancos, no sólo fuera de la capital sino también dentro mismo de Montevideo, justo donde el Frente tiene su fortificación partidaria.

El primer período, por la elección de 2010, fue con 42 alcaldes nacionalistas, 41 frenteamplistas y 6 colorados. En el segundo, la cantidad de municipios aumentó de 89 a 112, y pese a que el Frente Amplio ganaba de nuevo en lo nacional, eran los blancos los que se aprovechaban mejor de esta nueva estructura estatal: 68 alcaldes nacionalistas, 37 frentistas y siete colorados.

Ahora, la cantidad aumentó de 112 a 125, y tras la nueva elección, hay 90 blancos, 32 frentistas y 3 colorados.

Esto implica que el Partido Nacional tenía 47% de la red de alcaldes en el primer caso, aumentó a 61% en 2015 y a 72% ahora.

El Frente Amplio fue en baja: 46% en la primera elección, 33% en la segunda y 25,5% en la tercera.

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En el Parlamento, la atención estaba focalizada este 2020 en el funcionamiento de una inédita coalición con legisladores electos por cinco lemas diferentes, para aprobar leyes de reforma y la “ley madre” del Presupuesto para todo el período.

La multicolor tiene 18 votos en 31 del Senado y 56 en 99 de Diputados.

La nueva oposición ponía sus fichas en los posibles desalineamientos o resquebrajamientos que se diera en la “multicolor”, lo que le hubiera servido para hacer la comparación: vieron cómo nosotros votábamos en unidad y estos no lograron ponerse de acuerdo ni en el primer año.

Dirigentes frentistas creían que eso podía pasar en la Ley de Urgencia, y luego que el oficialismo sorteó con éxito esa instancia, pensaron que el debate presupuestal iba a desgastar a la coalición multicolor, tanto como para sufrir votaciones divididas.

Pero el oficialismo votó su Ley de Fondo Coronavirus (N° 19.874) y la de Urgente Consideración (N° 19.889), sin fisuras.

En esta última no entraron algunas reformas que no estaban en el compromiso, lo que para algunos generó la percepción de que tuvieron que ceder y abandonar temas, pero lo cierto es que todo lo comprometido en la campaña del balotaje, quedó adentro.

También votaron la Rendición de Cuentas (Ley N° 19.892) que más allá de su contenido (un solo artículo) mostró a la coalición oficialista unida en el “discurso político” contra el Frente Amplio, lo que no es menos relevante.

El pedido de desafuero a Manini Ríos en el Senado era otro desafío y el caso terminó resuelto, aunque ahí sí la bancada oficialista no logró unanimidad, por una peculiar postura del sector colorado fundado por Talvi.

El Presupuesto está en su tramo final del Senado y deberá ser ratificado en Diputados, y fuera de algunas polémicas sobre artículos puntuales, logra respaldo de toda la “multicolor”.

Queda la “Ley de Medios” que por haber sido apartada de la LUC no será sancionada en este período, pero tiene alta chance de lograr aprobación en la Cámara de Representantes.

También sortearon la distribución de responsabilidades políticas en el Estado (los cargos), que siempre genera sectores que sienten que no fueron correspondidos con su aporte, pero fue logrado sin drama.

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Por lo tanto, la coalición multicolor va camino a cerrar el primer año con saldo positivo en el cumplimiento de sus metas y eso es acompañado de alta aprobación popular.

No es lo mismo por el otro lado, ya que el Frente Amplio tuvo que afrontar un rol desconocido nunca antes asumido: ser oposición luego de haber sido gobierno. Es muy distinto a lo que vivió hasta 2004, porque ahora una crítica o una propuesta, siempre termina comparada con el pasado ultrarreciente. Ante la crítica, la reacción es: ¿no se dan cuenta cómo dejaron esto? Y ante la propuesta, la respuesta es: “¿Y por qué no lo hicieron antes, cuando estuvieron 15 años en el gobierno?

No se acomodó en el 2020, pero el Frente podrá reacomodarse en el 2021 y eso implicará más desafíos para el oficialismo. Claro que antes, la izquierda deberá atravesar el sinuoso camino del referéndum contra la LUC, una mezcla de montaña rusa con tren fantasma, que le implica riesgos políticos no chicos.

Falta poco para concluir el 2020 y Lacalle Pou en el vértice de la “multicolor” gana el primer round del quinquenio. Pero el combate es a cinco asaltos.

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