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¿Impulsar la industria o la cultura? El artículo de la Rendición que genera debate en el sector audiovisual

La creación de una Agencia Nacional Audiovisual en la Rendición de Cuentas levantó polvareda en el sector; este miércoles, los gremios del cine se reúnen para evaluar el artículo y plantear su posición
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13 de julio de 2022 a las 05:00

Desde que se publicó el texto de la Rendición de Cuentas hace algunos días atrás, el sector del cine y el audiovisual nacional se ha visto sacudido por un artículo que propone transformar al Instituto del Cine y el Audiovisual Uruguayo (ICAU) en la Agencia Nacional Uruguay Audiovisual (ANUA).

El artículo en cuestión es el número 388 y, entre otras cosas, incluye la derogación de algunos de los artículos de la Ley de Cine creada en 2008 –que habilitó la aparición del ICAU e instauró las modalidades de financiación a las que actualmente las producciones postulan, como el Fondo de Fomento– y el traspaso de todas las responsabilidades de las políticas relacionadas con el rubro a esta nueva entidad, así como también el manejo del Programa Uruguay Audiovisual (PUA), creado durante los últimos años del gobierno del Frente Amplio y que actualmente dispone de un presupuesto de $12 millones. La agencia también englobará a los videojuegos y a otras manifestaciones audiovisuales, y dependerá de un consejo honorario compuesto de representantes de los ministerios de Industria, Educación y Cultura, y Economía y Finanzas.

En ese sentido, las primeras reacciones tras la publicación de la noticia, que el semanario Búsqueda dio a conocer en su edición del jueves 30 de junio, fueron por el lado de la indignación: más pronto que tarde, algunos exponentes del sector en Uruguay se mostraron en desacuerdo con la propuesta, más que nada con la idea de la industria como principal agrupador y medidor de expresiones que, según estas voces, deberían ser analizadas bajo el espectro cultural y artístico. 

Las opiniones discordantes aluden también a la laxitud de algunas definiciones del texto que podrían terminar favoreciendo a los servicios de producción para las empresas extranjeras –algo que durante la pandemia convirtió al país en una especie de oasis para las producciones de plataformas de streaming internacionales– por encima de las producciones nacionales, y temen, de nuevo, que prime la idea de industria sobre la de cultura. Además, se criticó que la gestión del sector pase del MEC a manos del MIEM, algo que el texto ratifica pero que las autoridades de cultura ya aseguraron que no sucederá. Según confirmó la directora de Cultura, Mariana Wainstein, se trató de un “error”, y que la ANUA orbitará en torno al organismo encabezado por el ministro Pablo da Silveira.

Entre los principales referentes que se opusieron a lo planteado en la Rendición está el cineasta Diego “Parker” Fernández, que además es secretario de la asociación civil Directoras, Directores y Guionistas de Cine y Obras Audiovisuales del Uruguay (DGU). En estos días Fernández se expresó sobre el tema en varios medios, y también fundamentó su postura a El Observador.

“Me preocupa que la visión sea que la cultura sirve para vender para afuera, para que nos vean y vengan a filmar acá, y nada más. Eso es muy peligroso. Si mañana se empiezan a elegir qué cosas hacer y financiar en función a qué sirve para vender afuera, se complica. Eso no es cultura, eso es otra cosa”, dijo.

Fernández será uno de los tantos cineastas, realizadores y demás miembros del sector que este miércoles a las 19.30 horas participarán de un plenario general, en donde diferentes agrupaciones y gremios del cine buscarán poner sobre la mesa sus posturas respecto al tema.

Según Fernández, desde la DGU se buscará “plantar la bandera de que esta no es la forma”, que fue una de las conclusiones a las que se llegó en una asamblea celebrada este lunes.

“En primer lugar, rechazamos que en la rendición se deroguen los artículos de la actual Ley de cine. Por otro lado, hay un grave problema de sustancia: en lo que se presenta no figura la palabra ‘obra’, ‘creadores’, ‘cine’. Es peligrosamente vago lo poco que se plantea. De nuestro lado vemos cómo se eliminan cosas que ya no son solo nuestras, sino que responden a convenios internacionales que implican reconocer a los creadores, al valor de la obra, al cine en sí mismo. No puede quedar todo en una bolsa de ‘lo audiovisual’ como si diera lo mismo”, aseguró.

“También pedimos que en cualquier modificación a la normativa se debe contar con la participación y el diálogo de los involucrados en el sector. Así no se hace. Metiéndolo en una Rendición de Cuentas, en una cuenta regresiva para la que ni siquiera nos convocaron para discutirlo. Es difícil pensar que algo bueno puede salir de esta forma, algo bueno para todos, algo de largo aliento. Lo que se presentó parece estar todo volcado a la industria, y la industria se defiende, pero la cultura no se puede defender sola en términos de números. Es una cuestión más filosófica”.

En las últimas horas del martes, la DGU emitió un comunicado que va en consonancia a lo planteado por Fernández.

“Esta nueva normativa no garantiza las definiciones, objetivos, derechos ni fondos que actualmente existen en la Ley de Cine y Audiovisual y que consideramos imprescindibles mantener. De este modo, se pone en riesgo la continuidad del cine nacional”, asegura la publicación.

Productores más optimistas

Del lado de los productores, la postura tiene más matices. 

El viernes pasado, la Asociación de Productores y Realizadores de Cine del Uruguay (Asoprod) también se reunió en asamblea para analizar el texto del artículo de la Rendición de Cuentas y buscar consensos sobre qué caminos tomar. Según dijo su presidenta, Lucía Gaviglio, a El Observador, la asociación irá al plenario de los gremios del cine con la idea de acompañar la creación de la agencia, pero con reparos y modificaciones a la redacción presentada en el artículo de la Rendición.

“La postura es de apoyar la transformación del ICAU en la ANUA en los plazos de la Rendición de Cuentas, pero con la condición de que ciertos artículos que estaban presentes en la Ley de cine que se derogan sean incluidos en el proceso”, dijo la directiva de Asoprod. Los artículos que la asociación pretende defender son los que estipulaban los objetivos del ICAU, aquel que versa sobre la transparencia a la hora del manejo de fondos y el artículo 10 de la Ley de cine, que establece la “ la definición de obra nacional, que también se pierde en el articulado que está planteado en este momento”, según Gaviglio.

También abogan por la no derogación del artículo 186, que se creó en 2018 y que marca la indexación del Fondo de Fomento para evitar su devaluación año a año. Este punto fue uno de los más criticados por los colectivos audiovisuales, ya que la indexación se aprobó en 2018 y está considerada por el sector como una batalla que se peleó durante años y se ganó.

Por último, desde Asoprod se pide la posibilidad de tener voz dentro de la directiva como privados, donde pretenden ser protagonistas a la hora de acompañar la reglamentación y la toma de decisiones.

“Definitivamente vemos una oportunidad en esta transformación de jerarquizar y darle la relevancia que este sector viene ocupando en la realidad de la industria audiovisual del Uruguay”, expresó Gaviglio, que aseguró que hubo reuniones ya con Wainstein y que del lado de la Dirección de Cultura se encontraron con reacciones positivas a los planteos.

La productora y presidenta de Asoprod lo pone en estos términos: “Soy optimista en que se puedan implementar estas cosas que son básicas. Cuidar una Ley de cine en la que bastante se trabajó en su momento, que cuidó, tomó, articuló y planteó el costado más filosófico de la creación cinematográfica, que es un poco lo que se pierde en este planteo de la agencia. Me parece que hay un objetivo común y es que la industria audiovisual uruguaya siga creciendo, se siga desarrollando de la mejor manera posible. La punta de lanza es cuidar la producción nacional y que los servicios de producción, que son los que hacen ejercitar el músculo de los oficios y las profesiones dentro del sector, se sigan alimentando. Conceptualmente estamos alineados, probablemente lo más cuestionado por muchos sectores sea la forma en la que esto está sucediendo y los pocos tiempos para el debate y la reflexión, pero en la medida en que encontremos interlocutores ávidos de trabajar en conjunto, que por lo pronto es la sensación que tenemos, nos puede alentar a pensar que una ANUA aprobada en la rendición de cuentas puede efectivamente ser la oportunidad de ese impulso y fortalecimiento para el sector”.

La opinión del productor Fernando Epstein, que también estuvo presente en la asamblea de Asoprod, está marcada por la sensación de que el texto de la rendición es un “work in progress” y de que hay margen para ajustarlo de acuerdo a las necesidades del rubro –y, sobre todo, en relación a aquellas cosas en las que no transan, como la mencionada desindexación del fondo de fomento–.

“No creo que nos estén queriendo imponer una forma. Es algo que está en proceso y creo que hay una apertura al diálogo de parte de la clase política. Una agencia es algo público y privado, así que podemos reclamar ese espacio para participar e incidir. Por otro lado, me parece positivo que estemos hablando de una política de Estado. Esto no es algo del gobierno actual o saliente. Más allá de los orígenes o de cómo se hayan dado las cosas, hay un entendimiento de que el sector audiovisual es una fuente de captación de inversión extranjera, que también lo es el cine a través de los fondos que consigue y que a través del PUA puede reutilizar para el cine nacional, y que lo son los servicios de producción. Todo eso conforma un círculo virtuoso que todo el mundo quiere proteger”, dijo Epstein.

“Lo que pasó con la creación del PUA es que se generó un montón de trabajo, generó una oportunidad increíble en un momento donde confluyeron situaciones fortuitas que nos dieron una ventaja comparativa que permitió la filmación de todo lo que se hizo en los últimos años, y eso no pasa sin dejar una huella importante. Soy optimista en el sentido de que hay viento a favor. Soy de la partida de aprovecharlo ahora, porque el momento ideal nunca va a llegar”, concluyó el productor.

Desde la Dirección de Cultura

Tras las primeras reacciones luego de conocerse el texto del artículo de la Rendición, la directora de Cultura, Mariana Wainstein, enseguida salió a respaldar un proyecto que, entiende, está en construcción, pero que debe ejecutarse de inmediato para acompañar los procesos de un sector que considera listo para dar el siguiente salto.

“La agencia no es una idea nueva, ya estaba sobre la mesa. El cine es un tema que desde hace unos cuantos años está recibiendo atención, un apoyo especial y un esfuerzo por parte del Estado, un esfuerzo que vale la pena y es un negocio, en muchos sentido, pero ni que hablar que determinados procesos se aceleraron por la pandemia. Ese momento se aprovechó muy bien y exige seguir mirando al futuro. Los tiempos son los que son, todo es vertiginoso a veces y hay que tratar de mantener el ritmo, exigiendo al máximo para que las cosas estén listas. Hay cosas que no pueden esperar mucho. Si esperamos a crear un ecosistema sano para que se desarrolle el audiovisual uruguayo, posiblemente sin pandemia otros países mejoren su situación competitiva y el mercado se haga más complejo. Uruguay dejó una muy buena impresión en los últimos dos años, hay empresas que quieren volver, hay lazos y redes de contactos que se construyeron. Mi impresión es que la gente del sector está en su mayoría motivada, y que pasó algo que siempre pasa, y es que frente a un cambio hay voces discordantes”, dijo Wainstein a El Observador, quien además reiteró que la ANUA será responsabilidad del MEC y no del MIEM, como se podía leer en la primera versión del artículo de la Rendición.

“Como en todas las Rendiciones de Cuentas que viví desde el 2020, hay cosas que se pueden mejorar. De hecho, ya es público que los tres ministerios implicados están de acuerdo en que la agencia esté en la órbita del MEC. Eso es un detalle no menor para mucha gente que tenía cierto temor de que se aleje de la cultura el tema del audiovisual, cosa que no es así. Ya sabíamos que esto iba a estar en la órbita del MEC y se redactó una versión anterior de alguna charla del proceso. Creo que ese cambio ya tranquilizó”, consideró la jerarca.

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