En Uruguay, el periodista argentino Luis Majul es conocido principalmente por su trabajo en televisión, tanto el que ha hecho a lo largo de distintos canales desde hace ya 23 años – La cornisa - como los otros proyectos que actualmente desarrolla. Pero además, el periodista ha sido (y es) responsable de proyectos tan dispares como documentales, libros, una muestra permanente sobre la historia del periodismo argentino, de una feria gastronómica y literaria, y de distintos emprendimientos radiales.
Esa polivalencia lo pone ahora en otro lugar, el de responsable de capitanear como director periodístico la flamante emisora El Observador 107.9, que este lunes 1° de mayo comenzará sus emisiones desde Buenos Aires, en el marco del plan de expansión como grupo de medios en la región de El Observador. Además de ese rol, Majul tendrá su programa de lunes a viernes, de 13 a 16 horas, que estará titulado Majul 107.9, en una línea de nombres para cada ciclo que se repite en los demás espacios de la grilla: Viviana 107.9 estará conducido por Viviana Canosa, y lo propio sucede con los ciclos a cargo de Yanina Latorre, Esteban Trebucq, Franco Mercuriali y Federico “Dexter” Wiemeyer.
Sobre el proyecto, cómo fue el armado del plantel de figuras de la nueva emisora, y sobre cómo impacta la polarización política argentina en el periodismo, Majul habló con El Observador.
¿Cómo definís al proyecto de El Observador radio?
Como un sueño, porque hacía tiempo que quería hacer un proyecto de radio. El concepto es omniplataforma. Porque decimos que realmente vamos a construir un medio con una frecuencia de radio, de FM, en Argentina, pero al mismo tiempo vamos a desarrollar contenidos que sean iguales en algunos casos o distintos de la radio en otros y que se pueden usar como herramienta para potenciar las audiencias, no solamente de la radio, sino la audiencia por streaming, la audiencia a través de Twitch, de Twitter, de Facebook, de Instagram, de TikTok. Trataremos de plantear contenidos que estén en la conversación local, cuando lo hagamos local, y mundial, cuando el alcance sea mundial. Es un gran desafío.
Luis Majul
¿Cómo fue el proceso de armado del equipo de conductores?
Muchos nos preguntan ¿por qué seguimos construyendo cosas nuevas si Argentina está explotada? Y la respuesta es porque nos gustan los desafíos y porque tenemos algo para decir. Y de alguna manera la elección de las personas que forman la grilla expresan un poco eso. La mayoría de los que estamos en El Observador somos periodistas, personas, comunicadores, que hablamos de frente, con voz propia, a veces con un volumen demasiado alto si se quiere. No la careteamos. Nos plantamos también con la idea de destruir los prejuicios construidos a lo largo de los años. De hecho jugamos con eso en la campaña publicitaria, donde hicimos un guiño a la serie El encargado. En el tráiler de la serie, hicieron el personaje de Guillermo Francella, sale por una ventanita, primero sonriendo de manera empática y servicial a la cámara y después bruscamente cambia de expresión, algo que te habla de la complejidad del personaje. Nosotros tomamos esa idea y la hicimos al revés: en el video aparecemos primero con las caras serias que habitualmente tenemos, por hablar de algunos temas tóxicos, o por de lo que le pasa al país. Pero al final nos reímos de nosotros mismos porque no aguantamos más esa cara seria sostenida durante mucho tiempo, y demostramos que tenemos humor para reírnos de nosotros mismos. Como somos de verdad es cómo vamos a mostrarnos.
Eso está por ejemplo en los nombres de los programas, que son los apellidos y los nombres de los conductores.
Esa fue la respuesta que encontramos para comunicarles a la audiencia lo que intentamos ser. El recurso de utilizar los nombres y los apellidos de los conductores del programa ya se usó mucho en el mundo, pero se ha demostrado efectivo. Al mismo tiempo nosotros creemos que estamos haciendo un camino más corto para que cuando escuchen ya te remita a lo que queremos mostrar sin tomarnos tanto tiempo para explicar.
Me decías que a veces hablan “con un volumen demasiado alto”. ¿Eso es por necesidad, por el contexto argentino actual?
Hablo por mí y no por los demás conductores, pero a veces, para mi gusto, quizá el tono sea demasiado elevado porque hay que ponerlo por encima de otras voces que quizá juegan a ser genuinas pero no lo son, o de otras que gritan demasiado y no solamente gritan, sino que agreden profundamente y es una respuesta yo te diría de pulsión, si hablamos del punto de vista político, a la grieta que para mí no es que salió de la, sino que empezó en 2008 con el conflicto en el campo y fue decidida claramente como una estrategia política de trinchera que genera resentimientos, peleas entre las familias, cosas que por lo que yo conozco y por lo que estamos viendo sucede un poco pero en menor medida también en Uruguay y está sucediendo en otras partes del mundo. El sesgo informativo, el levantar la voz y no jugar al “como te digo una cosa te digo la otra”, puede ser interpretado por algunos como una debilidad y por otros es tener un lugar claro donde pararte. En este caso nosotros sabemos cuál es el lugar donde pararnos pero no solamente políticamente, también artísticamente. ¿Qué significa esto? Que El Observador 107.9 va a ser una radio que va a tener música, que si te pudiese definir a cada programa, respetando las costumbres horarias, te los definiría como un magazines de autor. Nosotros vamos a hablar de la vida, vamos a poner discos no como una excusa, sino como una parte de lo que nosotros somos. Yo sé que me conocen por esa cara seria que ponen los programas periodísticos de señales de noticias donde trabajo, pero yo vivo con música desde que me levanto hasta que me acuesto, tengo mis gustos, estoy al tanto de las bandas que se mueven y que están en la conversación pública.
El equipo de conductores de El Observador Radio
¿Cómo es hacer periodismo en Argentina con la polarización existente? ¿Qué desafíos particulares plantea?
Tengo sentimientos encontrados con esto, que son los mismos sentimientos que tengo cuando a partir de lo que está pasando ahora en la Argentina, lo periodístico, lo informativo, lo analítico, genera más interés que en otras épocas. Sube mucho el rating, y yo tengo un sentimiento encontrado por eso, porque cada vez que en los programas periodísticos e informativos sube mucho el rating, significa que hay interés y va a haber cada vez más interés en saber qué piensan verdaderamente los candidatos de cara a las elecciones que se vienen. Desde ese punto de vista, creo que entramos en el momento justo. Y por otra parte, desde el punto de vista de lo que nos pasa a los argentinos, la moneda en la que trabajo, se devaluó en las últimas dos semanas el 25%, por ejemplo. Y esto es malo para todos. Me puede ir un poco mejor o un poco peor, pero eso no son buenas noticias.