Cortesía de Mevir

Madera: el material elegido en Uruguay para una nueva era en la construcción

Con financiación extranjera, planes piloto y una inversión privada millonaria que llega al país, la madera se convierte en el material predilecto para innovar en construcción, ¿cuán viable es?

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16 de mayo de 2022 a las 05:00

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Los nuevos materiales y tecnologías de construcción “pueden terminar” con la falta de viviendas que enfrenta el país, aseguró el subsecretario del Ministerio de Vivienda, Tabaré Hackenbruch, a Café & Negocios.

El déficit habitacional en Uruguay afecta, en la actualidad, a entre 60 mil y 70 mil habitantes. Esta cifra equivale, por ejemplo, a la población del departamento de Florida o —incluso— a la suma de los montevideanos que residen en los barrios Goes, Villa Muñoz, Jacinto Vera, Figurita, Reducto, Kruger, Simón Bolívar, Brazo Oriental, La Comercial y parte de la Aguada.

Desde que Irene Moreira asumió al frente del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MVOT), el tema de los materiales utilizados para la construcción de casas ha estado en el tapete. Una de las propuestas que viene estudiando la cartera desde entonces hace foco en los elementos con los que se pueden construir los hogares y su impacto en la disminución del déficit de viviendas. En este sentido, se han propuesto materiales alternativos a los tradicionales (como el pórtland) para llevar a cabo un plan que la propia Moreira definió como “revolucionario”. Este impulsa la construcción de casas con madera, plástico y hasta desechos reciclados. El objetivo es “reducir costos y tiempos de construcción”, dijo la ministra en la conferencia al presentar el plan en 2021.

Varios actores trabajan en este momento en una hoja de ruta para, entre otros objetivos, “adecuar la normativa vigente referida a la construcción en Uruguay”, según dijo la arquitecta Marcia Croci, asesora del MVOT.

Además del ministerio, otros actores involucrados en la discusión sobre el cambio de paradigma en la construcción (es decir, transformar la madera nacional para que se pueda construir con ella) son el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), académicos, algunos privados —como la Asociación de Promotores Privados de la Construcción del Uruguay (Appcu)— y grupos extranjeros con experiencia en la construcción en madera, provenientes de Finlandia —país referente en la construcción con esa materia prima— y Chile. De hecho, los técnicos chileno que viajan periódicamente a Uruguay para disertar sobre el tema, cuentan con experiencia en la construcción de rascacielos de madera.

En este sentido, Croci dijo a Café & Negocios que existen avances con fondos japoneses que está dispuesto a proporcionar “apoyo económico” con el fin de elaborar un programa que aborde la flexibilidad de modelos constructivos en Uruguay. También, aseguró que el trámite formal entre estos países es lo que falta “para cerrar” la iniciativa, que el ministerio espera dar a conocer en los próximos meses. “Estamos en trámite para hacer uso de esos fondos japonés ya dio su aprobación, pero es necesario cerrar el acuerdo de manera formal”, apuntó Croci, quien, además, puntualizó que a más tardar en tres meses habrá definiciones al respecto. 

Pxhere
Vivienda contruida bajo el estilo wood framing.

Este programa continúa la política de la cartera liderada por Moreira, que hace un año aprobó un sistema alternativo al rígido DAT (Documento de Aptitud Técnica). Ese instrumento habilita al proponente a ofrecer su sistema constructivo a la población para su desarrollo. La iniciativa del MVOT brinda “la posibilidad de homologar todo sistema de construcción aprobado por otros países, que haya atravesado un estudio serio sobre los materiales no convencionales para edificar”, explicó Hackenbruch.

Esto implica traer un material a Uruguay —sin pasar por el DAT— siempre y cuando exista un arquitecto responsable de la obra a ser construida con el novedoso modelo de construcción.

“Este es un avance importante porque abre la posibilidad de que haya varios sistemas constructivos no convencionales que puedan ser utilizados por otros organismos, además del Ministerio de Vivienda”, apuntó el jerarca.

De hecho, en el plan piloto desarrollado por iniciativa de Mevir (Comisión Honoraria Pro Erradicación de la Vivienda Rural Insalubre) en el departamento de Rivera, se construyeron 10 viviendas bajo el modelo framing, con madera casi en 100%.

Esta iniciativa pretende extrapolarse al departamento de Artigas, confirmó Hackenbruch. En el proyecto participaron además la Intendencia de Rivera y los ministerios de Ambiente y de Industria, Energía y Minería.

Según el viceministro, con la realización de ese plan piloto se constató que “el metraje de construcción resultó 50% más rápido, 40% más barato y no bajó la calidad de la vivienda decorosa” frente a la edificación de una vivienda con materiales tradicionales. “Estas variables son fundamentales para reducir el déficit habitacional”, apuntó.

“Otro de los aspectos a tener en cuenta es que estos materiales son amigables con el ambiente y reducen la huella de carbono —indicó el jerarca—. El cuidado del ambiente pasó a ser un tema central porque tiene que ver con el futuro que queremos dar a las próximas generaciones. Estudios indican que en los próximos años la trama urbana crecerá 60% y es necesario que nos empecemos a abrir a materiales sustentables”.

Murallas por delante

Sin embargo, para Julio Canarano, integrante y asesor de Appcu, “hay que romper un montón de muros sobre esta reglamentación porque no es fácil modificar las regulaciones (en el sector de la construcción), como las condiciones de habitabilidad desde el punto de vista de la intendencia o rever los requisitos solicitados por bomberos”.

El arquitecto indicó que esas trabas “no son fáciles de solucionar por un privado porque requiere asumir costos y riesgos, lo que hace que la inversión sea inviable, no porque no rinda, sino por la cantidad de incertidumbre que hay al respecto”.

Pxhere
Vivienda contruida bajo el estilo wood framing.

Si bien el arquitecto ve con buenos ojos la gesta del nuevo paradigma de construcción que lleva adelante Vivienda, “a Uruguay siempre le ha costado abrirse a materiales alternativos en la construcción porque esa industria es muy tradicionalista”, aseguró Canarano, y explicó que esto se debe a cómo se concibe la mano de obra en el país, por cómo se produce y por la normativa vigente.

En este sentido, el profesional puso el ejemplo del y yeso y explicó: “Cuando este material ya se usaba en otros países del mundo y estaba probado desde hacía años costó que se utilizara en las obras de acá porque la gente lo veía de mala calidad y no le daba confianza”.

Canarano aseguró que su gremial acompaña el proceso que entabló el gobierno junto a especialistas de otros países, pero puso en duda contar con la suficiente producción de madera para encarar la demanda de viviendas. “Hay algunos problemas de abastecimiento interno porque mucha de la madera que se produce en el país se exporta porque es de buena calidad. En ese sentido, se presenta un juego de oferta y demanda que hay que solucionar”.

Al respecto remarcó que si los madereros ven un buen negocio se pueden sumar para la venta interna (para luego construir), “pero también se va a tener la presión de la calidad que se exige para la exportación”, advirtió.

De todos modos, Canarano declaró que Uruguay “está bien rumbeado” con sus planes piloto y reafirmó que incluso “se está pensando en un sistema de construcción en altura y se planea edificar cinco o seis edificios en el interior del país para corroborar los resultados de estos modelos de construcción”. No obstante, lo consideró incipiente para dar costos y tiempos de construcción en comparación con el modelo tradicional.

En revisión

El 50% o más del costo final de una vivienda se destina a la mano de obra para construir la edificación, especificó Canarano. La agilidad con la que se construyen los edificios de madera —al ser paneles ya elaborados con este material, por ejemplo— reduce el tiempo de construcción. Esto se traduce en un menor costo de mano de obra.

Justamente, la variable que constituye el tiempo de edificación y que repercute en los costos es la razón fundamental por la que se apela sobre todo a la madera para combatir el déficit habitacional en Uruguay.

En este sentido, Hackenbruch adelantó que se trabaja en conjunto con el Banco de Provisión Social (BPS) para elaborar una tabla que incorpore los nuevos sistemas de construcción, que, hasta el momento, solo existe con la mano de obra convencional.

Nueva apuesta sustentable, el desembarco de Our Ecolution en Uruguay

La empresa Capital Oriental, cuyo objetivo es atraer inversiones que generen proyectos de impacto positivo en lo social y ambiental al Uruguay, trabaja junto al ingeniero agrónomo y empresario argentino Juan Manuel Vázquez con el finde que en 2023 aterrice en el país una planta de construcción sustentable, con una inversión que llega a los US$ 5 millones.

Our Ecolution es una constructora sueca que nació en 2018, con el fin de construir paneles con desechos naturales, como los que se generan en la producción de trigo, por ejemplo. Este sistema constructivo es circular y amigable con el ambiente.

Gentileza OurEcolution
Los paneles por dentro.

Si bien es un material moderno, se utiliza desde hace 80 años en su país de origen, por lo que cuenta con una “trayectoria probada”, dijo Vázquez en diálogo con Café & Negocios. Pretende abastecer a la región con la planta que se instalará en el país, que contará con la primera máquina de fabricación de los paneles, aunque, en primer lugar, su foco está ofrecer su producto dentro del país. La firma planea contratar, en principio, a 30 empleados; luego el número de empleados llegará a 45, cuando llegue la segunda máquina, según señalaron fuentes de Capital Oriental.

“La construcción es la principal fuente de contaminación ambiental, pero no se percibe porque es silenciosa”, dijo Vázquez y destacó la contribución de estos paneles al medioambiente por su producción sustentable.

La producción de los paneles evita la quema de los desechos naturales que generan las plantaciones, y casi no requiere agua ni altas temperaturas para fusionar los materiales. Este material ecológico se ha utilizado para construir alrededor de 300 mil edificios en varios países del mundo. Ahora, la fábrica mira a Uruguay e Indonesia para continuar con la expansión de su modelo de negocios. 

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