Resolver los problemas comerciales que existen para exportar sobre todo las lanas de mayor diámetro es uno de los grandes desafíos que para el sector ovino identificó Fernando Mattos, cuando el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca expuso en el acto de asunción del nuevo presidente del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), Alfredo Fros.
Al mediodía de este martes 25, en la Sala de Conferencias de la Rural del Prado, la presidencia de la institución creada en 1966 pasó de manos de Miguel Sanguinetti a las de Fros.
Tras la palabra del expresidente y de quien asumió el cargo, Mattos, en un extenso discurso, aludió a la importante caída en la demanda mundial por lanas y a una misión oficial que habrá pronto en China, mercado clave, encabezada por el ministro y que es considerada como muy trascendente por los ovinocultores, como lo señaló en su oratoria Sanguinetti.
Mattos adelantó, en una sala colmada, con cerca de 100 personas, que irá acompañado de representantes de las gremiales de productores y de la industria a reuniones con jerarcas de gobierno y entidades privadas para gestionar que la demanda se recupere tras el ajuste que siguió a la guerra comercial entre Estados Unidos y China y la pandemia por covid.
El problema, aludiendo al stock de lana que Uruguay no ha podido vender, no debería ser un problema en una gestión comercial bilateral con China, “son algunas decenas de millones de dólares”.
De colocarse esa lana, “sería un gran aliciente para este productor que quiere quitarse de encima unas cuantas zafras que están en los galpones”.
Mattos dijo que el gobierno tiene sumo interés en resolver este tema.
“Diez millones de mantas que se elaboren con lana uruguaya resuelve el problema comercial que tanta angustia le trae a muchos productores”, comentó.
“Esto es como cuando tenemos un problema entre amigos: juntémonos con los países amigos y tratemos de solucionar el tema de forma bilateral y en forma consensuada”, señaló.
Mattos luego aludió a otro desafío: superar el obstáculo que implica que Europa niegue el ingreso de carne ovina con hueso exportada desde Uruguay.
“Desde el punto de vista sanitario no hay ningún aspecto técnico y científico que lo pueda justificar”, enfatizó, dado que Uruguay no vacuna (contra la fiebre aftosa) a animales de la especie ovina desde 1988.
“Estamos cumpliendo 34 años de no vacunación de una especie que es centinela y que además no tenemos constatación de la circulación viral en el país hace más de 20 años”, añadió.
“No hay ninguna justificación ni razón por la cual Europa se pueda negar, a no ser una decisión de carácter político”, aseveró, “por lo tanto si es en el ámbito político, vamos a dar la discusión en la próxima ida, en el próximo semestre, a Europa, porque es una necesidad, poder transparentar los mercados que ya suficientemente proteccionistas están para que tengamos un factor adicional que no está basado en la ciencia y que no está basado en un fundamento que pueda negar nuestro acceso a ese mercado”.
Sobre el producto carne ovina, al cerrar la consideración de ese tema, resaltó que “tiene una enorme perspectiva” (…) “si hay algo de sello de calidad que tienen nuestras carnes es la carne ovina en muchos mercados” (…) “tenemos una enorme oportunidad con un producto diferencial y de alto valor”.
Mattos señaló otro tema a considerar en el sector, como el de los depredadores, “que nos preocupa y nos ocupa en el Instituto de Bienestar Animal”.
Mattos también comentó sobre otro tema en el que el SUL estuvo “muy comprometido”, la erradicación de la bichera. Recordó que el exministro Carlos María Uriarte y Sanguinetti lo encararon “con tanto empeño”, como un proyecto prioritario, “que lo tomamos, lo seguimos y hoy estamos encaminados en una trayectoria decidida a poder dispersar las primeras moscas estériles este año para iniciar el proceso de la erradicación definitiva de esta gran plaga”.
Dijo que eso beneficiará a toda la producción ganadera y que es una apuesta del sector productivo y del gobierno, tras lo cual narró cómo se procedió para lograr apoyos en Estados Unidos y en Panamá y lo gestionado a nivel local, que el gobierno ya definió la figura jurídica, el fideicomiso de la bichera y ya dispuso de los recursos en acuerdo con los sectores productivos, por lo cual se recurrirá al Fondo de Enfermedades Prevalentes.
El ministro contó que tuvo varias discusiones con Sanguinetti, quien, dijo, “puso pasión” en la defensa de los intereses e ideas que entendía eran adecuadas, señaló que hubo “algún cortocircuito que lo supimos superar con el diálogo, como tienen que ser las cosas en el Uruguay”, de modo de “salir adelante con el objetivo común de beneficiar al sector, de beneficiar a la ovinocultura y de beneficiar a la sanidad del país”.
Mattos afirmó que el ovino es un rubro muy importante, fundamental como un aspecto productivo, social y económico en muchas regiones del país y que por muchos años fue el rubro Nº 1 en las exportaciones del país.
Uruguay, señaló, tiene una tradición de producción que ha construido durante más de un siglo, “que hace a la identidad cultural que tiene el país con variados sistemas productivos, distintas aplicaciones para el uso del ovino, muy asociado a nuestra historia, a nuestra identidad y a nuestras características”
Habló de “la excelencia que ha sido para el sector” esta institución, aludiendo al SUL, y destacó como se adelantó la transferencia de la presidencia en un régimen democrático, en armonía y en acuerdo con todas las instituciones que la integran.
“Hubiera sido mucho peor para el sector ovino de no existir el SUL, ¿en qué situación estaríamos en este momento si no hubiera, en el acuerdo, en la discusión, en la discrepancia, en los matices que existen, sin las distintas gremiales reunidas a través de un directorio no hubieran estado buscando las mejores soluciones para atemperar los embates de la tormenta?”, consideró, pocos después que Sanguinetti hiciera un detallado análisis de las dificultades que se fueron sucediendo durante los últimos años.
Mattos dijo que hubo una gran tormenta, “una larga tormenta, que acechó al sector productivo ovino del país”.
En ese escenario, valoró la fortaleza, la resiliencia, la rebeldía y el tesón del productor ovino, “que trasmite tantos valores para los otros sectores productivos”.
Destacó en ese momento la gestión de Sanguinetti y extendió el reconocimiento al resto de la directiva, a los funcionarios y a los productores.
Admitió que “los invadió un poco el desánimo y estuvo la misión de la institución de elevar la moral”.
Si bien hubo demasiados problemas y demasiado largo fue el trayecto desde que comenzaron a manifestarse, “estamos seguros que de alguna manera lo iremos a superar”, opinó.
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