Opinión > EDITORIAL

Miami queda lejos

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10 de octubre de 2019 a las 05:00

Arbeleche y Martínez quedaron en el centro de la polémica por dos frases dichas al pasar. Su repercusión es sintomática de los tiempos que corren.

Dos frases al pasar llevadas al extremo de su literalidad marcaron el ritmo de una pobre campaña electoral que se crispa a medida que se acercan las elecciones primarias del 27 de octubre.

La primera en padecer la inercia de la mezquindad aldeana fue la economista Azucena Arbeleche, principal asesora del candidato por el Partido Nacional, quien dijo en el programa No toquen nada que “como equipo de economía de Lacalle Pou hemos tenido diálogo constante con las agencias calificadoras de riesgo en estos cinco años, y lo que más pedimos es que no nos bajen la nota porque necesitamos tiempo. No nos bajaron la nota porque nos han dado tiempo”.

La afirmación de la economista generó la inmediata reacción de gobernantes y militantes frenteamplistas. Estos primeros le respondieron formalmente, pero los militantes desataron una catarata de tuits buscando ridiculizar a Arbeleche, que no tuvo más remedio que salir a los medios a explicar exactamente lo que dijo.

Nadie en todo el micromundo de los economistas puede siquiera sospechar que la frase de Arbeleche, citada sin contexto y en el marco de una entrevista muy bien estructurada, tuviese asidero. Cualquier persona medianamente informada sabe que las variables que toman las calificadoras de riesgo internacionales son muchas y complejas y que ni en el sueño más delirante tomarían el comentario de un técnico para determinar nada más ni nada menos que la calificación de la deuda de un país.

Sin embargo, desde el gobierno, como soldados de plomo, acompañados de un ejército de militantes digitales se buscó burlarse de Arbeleche. Hasta desde el portal de Presidencia se ingresó en la claque mofadora contra la economista, lo que determinó un pedido del Partido Nacional a que no se utilicen los canales de Presidencia para hacer campaña. De puño y letra el presidente respondió… con sorna.

Pero en otro lugar, el candidato por el Frente Amplio, Daniel Martínez, quedó también en el ojo de la tormenta por unas declaraciones realizadas ante un medio paraguayo. Martínez dijo que la población uruguaya sabe que no está “todo mal” como han señalado algunos dirigentes de la oposición y puso como ejemplo de la prosperidad económica el hecho de que cuando “llegan las vacaciones” no hay “nadie en Montevideo, todo el mundo está de vacaciones en Miami, en Argentina”.

La aseveración de Martínez incendió las redes sociales y lo ubicaron en el centro de la chuscada. Ante el volumen de la repercusión debió salir a decir que había sido “tergiversado” y que se refería solo a los más pudientes de la sociedad uruguaya.

Sea la repercusión de lo dicho por Arbeleche, como por Martínez, en ambos casos, la reacción generada marca el talante de una campaña electoral pobre en debate de ideas y carente de discusiones por lo alto sobre el futuro del país.

A fin de cuenta, todo parece resumirse al duelo de vivos y presuntos astutos en las redes sociales, siempre atentos a una frase llamativa para pretender ridiculizar sin piedad al adversario, obviando exigir discusiones de fondo y necesarias.

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