Nico Cuestas, el corredor fanático de la panadería

El buscavidas que encontró su lugar en las carreras de calle y remodeló su casa con sus propias manos, hizo talleres de pan y pizza, pero cocina por vocación y tiene miles de seguidores en las redes

Tiempo de lectura: -'

01 de junio de 2020 a las 05:04

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Primero por diversión, después por necesidad. Así se fue metiendo Nicolás Cuestas en la cocina. El maratonista en los Juegos Olímpicos de Río 2016 tiene más de 9.500 seguidores en su cuenta de Instagram que además de sus posteos de entrenamiento están muy interesados en sus recetas.

“Cuando éramos chicos y mamá no estaba nos cocinábamos cosas simples: un guiso, papas fritas, milanesas. Pero cuando me fui a vivir en pareja ya no tuve más remedio”, dice Cuestas que habla en plural porque es el hermano mellizo de Martín con el que comparte las mismas pasiones: el running, el heavy metal, la cocina.

Y hasta trabajaron como policías el mismo tiempo. “Siempre tuve facilidad para hacer todo tipo de trabajos manuales; en la cocina me gusta probar para comer cosas nuevas”, explica.

Camilo dos Santos

Tal es así que en 2018, castigado por una rebelde lesión en sus tendones de Aquiles, hizo una pausa en su carrera y se embarcó en una reforma de su casa que le demandó 10 meses. Pero así resolvió la vivienda para una familia a la que Pedro se sumó hace dos años.

“Me gusta mucho la panadería, hice algún taller de pan y de pizza”, reveló. También incursionó en la lectura especializada en el rubro culinario. Y así se despacha ahora con alfajores y pasteles –cuando el entrenamiento le permite darse algún gusto– o con sus barras de cereales, claves para recuperar energías.

Camilo dos Santos

La pandemia le cortó el mejor momento de su carrera deportiva. Y se lo cortó literalmente: el domingo 15 de marzo ya había realizado el check-in en el aeropuerto de Carrasco y recibió un mail de los organizadores de la media maratón de Nueva York anunciándole que el evento –al que viajaba con todos los gastos pagos más un incentivo de US$ 2.000 por largar la prueba– se había cancelado.

Fue así que se recluyó en la casa de sus suegros en La Floresta y fue entrenando de a poco como para no perder forma. “Salgo para el lado de Soca donde no me cruzo con un alma”, explica.

Cuestas conoce la zona. En 2011 comenzó a trabajar como policía en la seccional 24 de Parque del Plata, pero en 2012 logró un pase en comisión a la Escuela Nacional de Policía junto con su hermano, que estaba en la comisaría de Lagomar.

Antes había trabajado como jardinero, en la imprenta de su padre y en un autoservice.

Camilo dos Santos

A las ocho horas en la Escuela – donde trabajó en la sala de musculación, tomó pruebas para el pasaje de grado y se desempeñó en el área administrativa– les sumaban los grupos de entrenamiento de running en los que instruían a corredores aficionados.

Pero en 2016, la empresa que los esponsorea, New Balance, pasó a darles un apoyo mensual que les permitió enfocarse más en sus entrenamientos. Los resultados se vieron en los Juegos de Río.

Ahí Nicolás logró la mejor ubicación histórica para un maratonista uruguayo con un 40° puesto y una marca de 2.17.44.

Después llegó un 2017 marcado por la lesión del tendón y un 2018 de recuperación. Ya entonces había pasado de la Escuela Nacional de Policía a trabajar en el programa Pelota al Medio a la Esperanza del Ministerio del Interior.

A los 33 años, Cuestas se siente en el mejor momento de su carrera: “En 10 meses corrí cuatro maratones y en tres mejoré mi marca”.

En abril de 2019 corrió en 2.15.23 y terminó 16° clasificando a los Juegos Panamericanos de Lima. Así mejoró el 2.15.23 de la maratón de Buenos Aires que lo clasificó a Río 2016. En julio, en Lima, fue séptimo con 2.13.59. “Estaba para correr en 2.12 pero me acalambré en el kilómetro 38”. En febrero de este año estampó en Sevilla un notable 2.13.30 acercándose al 2.12.48 de Néstor García, récord nacional desde 1999.

Camilo dos Santos

Pero además en ese período ganó la media maratón de Montevideo e hizo historia al conquistar el primer oro en el Sudamericano de Asunción en la 21 k. Poco después, en Valencia, batió el récord nacional (1.03.34).

Su progresión –y la postergación– le permite seguir soñando con los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Necesita una marca muy exigente de 2.11.30 que no le asegura la presencia ya que el cupo máximo de participación fue rebajado de 160 a 80. Lo intentará nuevamente en Sevilla, en febrero, y se agenda abril por las dudas. Se tiene fe.

Dulce y salado

El amor: En el Iberoamericano de Río 2016, Cuestas ganó su primera medalla internacional (bronce en 5.000 m) y grabó un video pidiéndole matrimonio a su novia Silvina, quien le dio el sí. Fruto de ese amor llegó Pedro hace dos años.

EFE

El muro: En el Mundial de Londres 2017 no pudo completar la prueba. Buscó revancha en Doha 2019. “La noche de la carrera estaba preciosa, aunque los días previos fue un infierno de calor entrenar. Me sentí mal al kilómetro 25. Fui al baño, volví, caminé, vomité y me pusieron en silla de ruedas pero no quise salir. Llegué último, pero no quería abandonar otra vez". 

 

Súper albóndigas británicas (cuatro porciones)

Ingredientes

Para las albóndigas:  

  • 300 gramos de carne vacuna 
  • 200 gramos de carne de cerdo 
  • 1 cebolla salteada en aceite de oliva y un caldo rayado por arriba 
  • Avena, cantidad necesaria
  • Sal a gusto
  • Queso parmesano 

 

Para la salsa:

  • Aceite de oliva
  • 1 cebolla en cubos
  • Mermelada de arándanos o cereza
  • Mostaza
  • Salsa inglesa (puede sustituirse por ketchup o salsa barbacoa)
  • 1 lata de cerveza rubia 
  • 2 cucharadas de harina 
  • Agua, cantidad necesaria    

 

Preparación

Colocar en un recipiente la carne picada de vaca y de cerdo, agregar la cebolla previamente salteada con un caldo rayado, y la avena. Integrar los ingredientes con las manos y agregar sal a gusto. Una vez que todo está integrado tomar una porción y colocar en el centro un cubo de queso parmesano, luego armar las albóndigas asegurándose de presionar la carne para que luego no se desarmen. Reservar. 

Para la salsa lo primero que hay que hacer es mezclar en un recipiente pequeño mermelada de arándanos o ciruelas, mostaza y salsa inglesa (que podría sustituirse por salsa barbacoa o ketchup). Poner en una olla un poco de aceite de oliva y una cebolla en cubos, agregar la mezcla y dejar cocinar unos minutos a fuego medio hasta que la cebolla quede transparente. Añadir la harina y la cerveza, revolver para evitar que se formen grumos y dejar cocinar por unos minutos. 
Poner las albóndigas en la salsa y cubrir con agua.

Hervir papas y pisarlas son sal. La idea es que se genere un puré seco que luego absorba la salsa de las albóndigas. 

Cuando las albóndigas estén listas se retiran del fuego y se sirven sobre una base de puré con salsa a gusto. 

Este artículo es parte de la serie A la carta que se publica cada lunes.

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.