No es la cuarentena, es el mensaje

El impacto más fuerte lo sentimos el jueves a la noche, con un nuevo récord de contagios diarios. Pero durante la semana el ojo del gobierno estuvo puesto con mucha preocupación en todas las cifras, principalmente la de muertos. Al presidente y su equipo le preocupa cómo la cantidad de fallecidos diarios con covid-19 no se reduce pese al avance de la vacunación. Sesenta muertos al día duelen y si bien hay un indicador positivo –la moderación en los CTI– y el Poder Ejecutivo decidió esta semana algunas aperturas –habilitó que desde el próximo lunes abran los gimnasios con un aforo del 30% y sin vestuarios, también los clubes y los entrenamientos de deporte amateur y permitirá que también ese día reabran los free shops de la frontera–, también demoró otras, como el calendario que tenía programado para la educación. Allí con las pocas aperturas en las que se avanzó –educación inicial y escuelas rurales– ya se detectaron algunos focos que hicieron preocupar a las autoridades.

¿Qué pasó? Hubo nuevamente un afloje de la sociedad, un aumento en la movilidad y al parecer pese a que los científicos lo alertaron mucho, una falsa sensación de seguridad provocada por las vacunas. Muchos se preguntan cuántos de los nuevos contagios son de personas con dos dosis. Es verdad, como hemos visto en otros casos, que la calidad de la información disponible sobre la pandemia bajó. Por ejemplo, desde el 11 de mayo el MSP dejó de informar cuántas vacunas administra por día de cada laboratorio, y si eran primera o segunda dosis. Peor información empobrece el debate. Y sobre las vacunas y los contagios, saber cuántas personas con dos dosis también tienen covid-19 permite contextualizar en varios sentidos: por un lado, para saber que esas personas presentarán síntomas débiles y por otro lado para ayudar a quienes están inoculados a tomar conciencia que igual están expuestos.

Lo otro que sucedió fue un afloje en la socialización. Según el Ministerio de Salud Pública (MSP), este nuevo pico de contagios tiene como causa más probable el aumento de los contactos durante el Día de la Madre del pasado domingo 10 de mayo.

Seguramente quienes quieren que el Estado cierre todo y aplique cuarentenas obligatorios culparán al gobierno. Pero el asunto, como ya lo demostraron los propios uruguayos en el pasado, no está en las medidas obligatorias.

La comunicación

Pero si la apuesta es la libertad y a que cada uno individualmente tome buenas decisiones, lo que sí debería volver a funcionar tan bien como en el pasado es la comunicación para ayudar a que cada uno pueda cuidarse de la mejor manera y cuidar a los demás. Es darle a los uruguayos la mayor cantidad de información para que en su vida cotidiana tomen las mejores medidas posibles.

Cada vez que alguien ha criticado al gobierno por no ser más contundente en la comunicación, el argumento de quienes lo defienden a capa y espada es que todos los uruguayos saben cómo cuidarse y que no es necesario tener a gobernantes que les digan que se puede hacer y que no. Pero la evidencia parece no acompañar eso.

Cuando la comunicación del presidente y su equipo en las conferencias de la noche fue contundente, la respuesta de la población también lo fue. Y cuando el GACH salía a acompañar ese mensaje con evidencia científica, hablando y contestando preguntas, también hubo buenos resultados.

Veamos algunos ejemplos concretos de situaciones en las que se podía esperar un aumento de la socialización y los contactos y qué se hizo.

• El primer desafío estuvo en la Semana Santa de 2020, pocos días después de los primeros contagios. Miles de uruguayos ya tenían planificadas vacaciones para esos días y allí el gobierno apostó muy fuerte a desincentivar los movimientos. No hubo prácticamente prohibiciones –salvo el cierre de algunos espacios públicos–, pero sí mensajes muy contundentes.
• Día de la Madre 2020. Primero se corrió la fecha, prevista para el 17 de mayo hacia el 7 de junio. Eso dio más tiempo para comprar los regalos y evitar aglomeraciones en los centros comerciales. A la vez, luego, en la fecha que se celebró, también hubo pedidos concretos de evitar lugares públicos y celebrar, en todo caso, dentro de la burbuja familiar y con cuidados. A muy pocos se les ocurrió salir a comer a lugares cerrados ese domingo.
• Navidad y Fin de Año 2020. Los mensajes del gobierno y del GACH fueron contundentes durante semanas: varias conferencias de prensa, tanto de los científicos como de los gobernantes y exhortando a cuidarse. Aquí la comunicación fue contundente pero con un mensaje que para muchos resultó confuso: el “quedate en tu burbuja”. El pedido era evitar las reuniones de más de 10 personas, pero no todo el mundo interpretó que burbuja era solo el núcleo familiar.
• El regreso de las vacaciones. A mitad de enero también hubo mensajes contundentes para evitar que las personas que volvieran de sus vacaciones de verano mantuvieran un nivel de contactos reducidos. Allí no hubo conferencias de prensa en prime time, pero sí algunos spots y comunicados del MSP. El resultado no fue tan bueno.

Desde que el gobierno dejó de aplicar todas las sugerencias del GACH también perdió protagonismo el grupo de científicos. Si bien siguió trabajando y aportando mucha información, desde el 16 de diciembre de 2020 no hay ninguna conferencia de Rafael Radi, Henry Cohen y Fernando Paganini.

Hubo algunas entrevistas puntuales, pero cada vez con menor frecuencia. Y ya no como una estrategia comunicacional del gobierno. Uruguay se perdió así muy buenos voceros y evangelizadores.

Para el Día de la Madre 2021 no hubo comunicación oficial del gobierno con exhortaciones de cuidados. El GACH emitió un comunicado con un informe técnico y recomendaciones que los medios replicaron, pero como es lógico no tuvo ni cerca la incidencia de todas las comunicaciones anteriores.

A la vez, es cierto, el gobierno tiene activa una pauta en radio y TV con algunas recomendaciones genéricas. Pero son spots fríos que no impactan de la misma manera que el presidente, el secretario de la Presidencia o el GACH hablando en horario central como si fuese una cadena de radio y TV.

No se trata de que los uruguayos necesitemos que nos digan qué hacer. Se trata de ayudarnos con la mayor información posible. Y se trata, en cierta medida también, de presionarnos. En muchos casos tus conductas no son las mismas cuando alguien te alerta de algo, por más que ya lo sepas, que si nadie te dice nada. Pensalo en otros aspectos de tu vida cotidiana. Pero aquí, en una pandemia, el gobierno puede operar más fuerte.

Blindarse de tantos ataques en el debate de abrir o cerrar actividades, o de cuarentena sí o no, ha llevado la comunicación a otro terreno.

Tal vez es momento de volver a enfocar la comunicación allí, donde solo con spots no alcanza. Y retomar una comunicación más agresiva para ayudar en los cuidados personales no genera mayores costos para la economía del país como sí lo hacen cerrar actividades o decretar cuarentena.