EI ingeniero agrónomo de formación, Diego es el responsable del área de Producción Agrícola de ADP - Agronegocios del Plata. Tras finalizar sus estudios en Montevideo, regresó a Dolores con el desafío de integrar un proyecto de su abuelo Lider que ya pensaba en el retiro, donde tuvo la oportunidad de generar experiencia en la producción agrícola, seguimiento de cultivos, compra de insumos y venta de granos durante tres años. Tras ese tiempo, se abrió una posición en ADP - Agronegocios del Plata y luego de completar el proceso formal, Diego asumió el desafío de estar al frente del área Producción Agrícola de la empresa que también tenía una alto valor familiar y afectivo. Diego habla de su pasión por la agronomía aplicada a los cultivos, a la nutrición, a cómo aumentar la productividad y no quedan dudas de que la vocación le corre por las venas.
ADP - Agronegocios del Plata cuenta con 26 mil hectáreas físicas, que según explica Diego, son en realidad 40 mil dado que en muchas de ellas se cultiva dos veces al año. “Se distribuyen en un área equilibrada de trigo, de cebada y de colza en invierno, sumado a coberturas donde no hay cultivos de invierno. Tenemos una rotación madre armada que por algún factor externo puede variar. No obstante, por lo general tratamos de no salirnos de esa rotación que nos aporta muchísimo productivamente y nos permite controlar las malezas y distribuir el riesgo en distintos granos”, explica.
“En el afán de innovar, ADP - Agronegocios del Plata se embarcó hace muchos años en el tema de la canola. En el 2011 hicimos un área de 11 mil hectáreas cuando aún era un cultivo de nicho. Es un cultivo que nos gustó, fuimos fuerte hacia él y empezamos a aprender. Muchos productores se fueron sumando y los aceites de canola en el mundo comienzan a tener mucho valor. El año pasado, una tonelada de colza llegó a valer 200 o 300 dólares más que la soja y eso es algo histórico, pocas veces había sucedido. Cuando los precios nos dan un equilibrio que podemos alcanzarlo, invita a que otros productores se sumen. Creo que eso ha hecho que crezca mucho el cultivo, por el aporte agronómico en la rotación, pero a su vez porque se han desarrollado los mercados y Uruguay ha empezado a exportar. En esos años que nosotros comenzamos con la colza, teníamos que venderlo al mercado interno, la demanda no era la misma que la externa, no se había desarrollado la exportación, la genética tenía todavía mucho por crecer. Pero estamos convencidos que es de esa manera con la que se generan los cambios, nos pone super orgullosos, y, además cuando llega el desarrollo, nosotros ya estamos con un mayor conocimiento en la producción de este cultivo. La historia de Uruguay con la canola viene más tarde; recién el año pasado superó al trigo y a la cebada y eso habla de la importancia que va adquiriendo.
Hace 20 años probablemente los efectos ambientales de la producción agrícola y de otras actividades de la industria no estaban tan presentes en la agenda mundial. Diego comenta que “como concepto siempre tratamos de hacer las cosas de la forma más amigable posible con el ambiente; yo vivo en el campo y tengo los cultivos a 50 metros de mi casa y queremos seguir viviendo ahí y criar a nuestros hijos en este lugar. Somos los más interesados en el cuidado del recurso y que los efectos sean lo más inocuos posibles y desarrollar todas las técnicas que nos ayuden a producir de manera más sustentable. Tenemos claro por ejemplo que, en el caso de las malezas, si no las controlamos, terminan perjudicando al cultivo. Un ejemplo de cómo venimos avanzando en las tecnologías aplicadas son el uso de aplicaciones selectivas; es habitual cuando vamos a sembrar, que tengamos un 30% del área que tiene ciertas malezas. Hoy estamos usando lectores de malezas que nos permiten solo aplicar sobre la maleza y no sobre todo el campo. Lo que se hizo toda la vida, primero fue el movimiento de suelo, se daba vuelta la tierra y al sacarle la raíz del suelo se descompone. Después empezamos a aplicar herbicidas sin mover la tierra (que generaba otros problemas como erosión) y ahora la tecnología avanzó al punto de que leemos en vivo y en directo lo que pasa por debajo de la maquina y solo aplica donde las detecta; esto ahorra tiempo y producto”.
El clima sin dudas es una variable que aporta sus ventajas y sus tiempos desafiantes para la agricultura. “Venimos de tres años super complejos; a régimen normal nos falta un año entero de lluvia. Eso fue haciendo que los cultivos fueran consumiendo las reservas de humedad. Los más afectados sobre todo son los de verano y la productividad de este año fue bajísima para la soja, el maíz y el sorgo. Los agricultores estamos acostumbrados a estos vaivenes, este año en el invierno, la producción dejó números interesantes y el verano fue el peor de la historia. Para eso, hace muchos años que trabajamos en seguros de rendimiento, una herramienta muy necesaria para sobrellevar años difíciles y que aprendimos de la agricultura de Estados Unidos. Esto es algo innovador por parte de ADP - Agronegocios del Plata, hace 10 años que contamos con estos seguros y al dia de hoy es un tema muy necesario y de trabajo para toda la agricultura nacional. Lo importante es seguir produciendo por muchos años y para eso es necesario cubrir los años tan duros como estos. Para nosotros hoy es un insumo más que se presupuesta como parte un fertilizante o la semilla, que pesa mucho en los costos, pero va a mantener el auto siempre con posibilidades de seguir en el camino”, explica.
Como experto y responsable de la Producción Agrícola de ADP - Agronegocios del Plata, Diego Guigou señala dos principales desafíos para el sector, en el corto y el largo plazo. “Nos enfrentamos a años de mucha volatilidad mundial, por lo tanto y teniendo en cuenta que viene un año donde la tendencia climática va a cambiar y va a llover, las productividades van a ser mayores y debemos ser muy buenos o los mejores de la clase en costos por tonelada producida. Con esto me refiero a que nuestro competidor no es el vecino del campo de al lado, es el productor brasileño, americano o canadiense que vende su producto igual al nuestro probablemente al mismo comprador, por eso en un país caro que seguramente no cambie debemos ser muy eficientes en la compra de insumos, en la productividad y en la venta de nuestros productos. Todas las tecnologías nos van a ayudar si las incorporamos rápido. También por ejemplo nos va a ayudar lograr integrarnos en la cadena. Fletear un grano de Caraguata al puerto de Nueva Palmira es más caro que llevarlo de Palmira a China, por eso es que si la soja no vale como para solventar ese flete a lo mejor es posible producir maíz, comerlo en el lugar con ganado y fletear carne. Todo esto parece sencillo decirlo y no es tan fácil planificarlo y llevarlo adelante. Pero seguramente si logramos leer estas cosas a tiempo y mover las perillas seamos cada vez más competitivos”, sentencia
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