Gavriil Grigorov / SPUTNIK / AFP

Ocho meses después…

Parece que llegan las primeras buenas noticias para Putin. Pero no precisamente del frente de batalla

Tiempo de lectura: -'

30 de octubre de 2022 a las 05:04

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Ocho meses despues de la invasión rusa a Ucrania, parece que llegan las primeras buenas noticias para Putin. Pero no precisamente del frente de batalla donde Ucrania tiene la iniciativa y va logrando avances paulatinos.

Las buenas noticias para Putin vienen principalmente de Estados Unidos y desde la Unión Europea en menor medida. Dos hechos, uno proveniente del Partido Republicano y otro del Partido Demócrata han hecho encender todas las alarmas en Ucrania.

Por un lado, Kevin McCarthy, actual líder de la minoría de la Cámara de Representantes, y posible próximo presidente de la cámara si se confirma la probable victoria republicana en el noviembre, advirtiera que Kiev no podía esperar un “cheque en blanco” sobre la ayuda económica y militar si el Partido Republicano controla alguna de las cámaras el año próximo. Una postura muy en línea con el aislacionismo que propugnó y propugna Trump, quien además se ha mostrado poco dispuesto a seguir cargando con la mayor parte de los costos de defensa de la OTAN. Días después de estas afirmaciones de McCarthy, las buenas noticias para Putin llegaron desde el Partido Demócrata.

El pasado martes, un grupo de 30 legisladores demócratas progresistas publicaron, y luego rápidamente retiraron, una carta inicialmente firmada en junio que pedía a la Casa Blanca que igualara su esfuerzo para armar a Ucrania con un fuerte esfuerzo diplomático para involucrar a Rusia y buscar un alto el fuego. Difícil tarea la de llevar a Putin a una mesa de negociaciones luego de anexar ilegítimamente cuatro provincias ucranianas con referéndums totalmente carentes de garantías y de valor. Zelensky, con viento en la camiseta por los avances militares, jamás aceptará ceder esos territorios y firmar la paz por nada que no sea mantener las fronteras del 24 de febrero.

Y bastante esfuerzo tendrán los Estados Unidos y la Unión Europea para convencer a Zelensky que se olvide de Crimea. El problema, sin embargo, es que comienza a debilitarse el firme apoyo bipartidario que recibió Ucrania desde la invasión del 24 de febrero bajo las órdenes de Joe Biden. La afirmación de McCarthy no es un “no vamos a apoyar a Ucrania” sino un “no cuenten como hasta ahora con un cheque en blanco”.

Y sin cheque en blanco o ayuda generosa, Ucrania difícilmente pueda sostener su ritmo actual sobre el terreno y defenderse de los misiles rusos y de los drones iraníes que son sumamente precisos y peligrosos. El problema es que detrás de las palabras o amenaza de McCarthy no hay una estrategia geopolítica o una mejor solución a este conflicto sino una postura aislacionista que viene a decir: no nos importa Ucrania sino lo que ocurre aquí en Estados Unidos. De hecho, Kevin McCarthy dijo: “Creo que la gente va a estar sentada en una recesión y no va a extender un cheque en blanco a Ucrania”.

Es lo de siempre. Falta de líderes que defiendan valores y abundancia de políticos dispuestos a sacrificar valores para conseguir votos a nivel doméstico. Algo que si hubiera hecho Churchill en la Segunda Guerra Mundial hubiera culminado sin votos y sin valores y con toda Europa bajo el dominio del nazismo. Por suerte para Europa y para el resto del mundo, en esa época hubo verdaderos líderes que estaban dispuestos a no ceder a las primeras de cambio. Esa falta de liderazgo se nota muchísimo en estos tiempos. Es un problema que afecta a los países desarrollados que no están dispuestos a arriesgar el bienestar conseguido para mantener las promesas y los compromisos adquiridos en el pasado.

Todos están pensando en la próxima elección más que en la próxima generación. Por ello es que proliferan déspotas y dictadores de poca monta que hacen promesas fáciles pero incumplibles que logran un apoyo efímero. El apoyo necesario para ganar la elección y desbaratar el orden institucional. Y ello ocurre en Europa, en América del Norte, en América del Sur y en Asia y en Africa.

Milagro ha sido sostener un frente común ante la invasión rusa a Ucrania y ayudar a este país a no ser engullido en un santiamén e incluso a recuperar territorio perdido. La causa de Ucrania es la causa de Occidente. Y si Occidente tiene valores que defender y no meramente un nivel de vida lujoso, ahí debe defenderlo. En suelo europeo y aún pagando alto costo en términos de inflación, de escasez energética y de menor crecimiento económico. Ceder ante Putin o el dictador del turno para conseguir una paz falsa es traicionar los valores de Occidente. Y sin valores, da lo mismo Occidente que Oriente. Es simplemente la ley del más fuerte y no la ley más justa.

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.