Juan Samuelle

Para celebrar: Uruguay entra en el pacto mundial del metano

El calentamiento global no conoce de fronteras

Tiempo de lectura: -'

21 de noviembre de 2021 a las 05:00

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

La humanidad atraviesa una instancia histórica mayor. La globalización se ha vuelto globalización por la supervivencia. El calentamiento no conoce de fronteras, como no lo hizo la pandemia. Y en ese contexto las naciones se reunieron en Glasgow para el titánico esfuerzo de coordinar políticas globales que frenen el calentamiento rápidamente, el problema es urgente. Los meteorólogos recomiendan no pasar de 1,5º C de calentamiento. Vamos en 1,1º C y sino se hacen cambios drásticos la temperatura llegará a una anomalía de 3º C que muchos consideran catastrófica, porque lleva a cruzar los “tipping points” los puntos de no retorno que arriesgan a que el calentamiento se vuelva incontrolable.

En esa lucha es necesario lograr acuerdos difíciles. Por la cantidad de países involucrados y porque implica cambios forzados en como se producen y consumen bienes y servicios. Al cierre de esta columna no se sabe si el esfuerzo del Cop 26 darán frutos. Pero hubo acuerdos para suspender el talado de selvas, una declaración conjunta de EEUU y China y hay un pacto para bajar las emisiones de metano al que lúcidamente Uruguay se ha sumado.

Bajar la concentración de metano en la atmósfera es decisivo. Porque molécula a molécula calienta 86 veces más que el dióxido de carbono (el gas mayoritario y por lo tanto principal). Pero así como tiene el problema de calentar más, tiene la virtud de degradarse en un plazo de 10 a 12 años. De modo que una acción urgente en metano es doblemente conveniente, se sacan moléculas que calientan mucho y si se es eficiente se puede lograr una caída importante en una década, algo que no será posible con el CO2. Esa medida puede llevar a que la temperatura sea entre 0,2 y 0,3º C menos de la que sería si no se hace nada. Una diferencia que es de gran importancia. Es un pacto sensato porque prioriza como corresponde la reducción en las energías fósiles, diferenciando a las emisiones de metano derivadas de la producción de alimentos. La energía es la gran culpable, pero la responsabilidad es colectiva y transversal. Y Uruguay ha hecho bien en asumirla, ha estado a la altura de un país que se ha construido una presencia en el mundo. Gran parte de las emisiones de metano vienen de cañerías con pérdidas, repararlas frena las emisiones y redunda en un beneficio para quien administre el gasoducto.

Nature
Las emisiones de metano aumentan cada año

El acuerdo no pone a Uruguay ninguna otra obligación que la de sumarse a esa lógica intención colectiva de bajar emisiones. No enfatiza las emisiones originadas en la producción de alimentos. No nos expone a sanciones. 

Abre la puerta a recibir apoyos para bajar el metano en la propia ganadería. Ya se está trabajando con raciones que tengan determinadas sustancias como el 3-nitrooxypropanol, en un producto desarrollado por la holandesa DSM (aprobado este viernes por la Unión Europea), mientras otros caminos apuntan a incluir algas en las raciones. Desde lo forrajero Gentos trabaja en leguminosas con taninos que también disminuyan las emisiones y que presentó este jueves. La Sociedad de Criadores de Hereford hace sus propias evaluaciones genéticas y de manejo. Mientras que en Uruguay ya hay tambos, frigoríficos y textiles con carpas que capturan emisiones concentradas.

Mucho más será necesario. Pero el primer paso es encarar el tema y sumarse a un acuerdo que firmaron más de 100 países, con la penosa excepción del gobierno australiano que es de los muy pocos que sigue la línea de Trump, apostando también a la exportación de carbón, a pesar de los masivos incendios que sufrió en 2019. 

No deforestamos, hacemos planes de uso y manejo de suelos buscando cuidar el recurso clave para capturar carbono, vamos mejorando los métodos de pastoreo y la dieta animal, llevaremos un plan regional en la cuenca del Santa Lucía, para manejar mejor los efluentes y tal vez compostar. Uruguay va en al dirección correcta, entendiendo que la mejor defensa de su ganadería es plantarse al mundo como un país que entiende los problemas globales y aporta a las soluciones y acuerdos razonables que se planteen. 

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.