Por qué en Enjoy están recibiendo reservas por estadías más largas

Su gerente general, Ignacio Sarmiento, da cuenta del entusiasmo y la expectativa que este hecho genera en la plantilla de 1.000 empleados del establecimiento. Pero también es consciente de que se siente algo similar en el ánimo de la comunidad fernandina, por el impacto económico y social que tiene el complejo al estar involucrado en casi 3.000 puestos de trabajo de forma indirecta.

El Enjoy anunció hace unos días una inversión cercana a US$ 1 millón en 30 chárteres que arribarán a Punta del Este desde noviembre hasta marzo. También se invertirá en vuelos privados y regulares para el arribo de clientes del resort.

Los meses que pudieron abrir en la temporada anterior, ¿fueron a pérdida?

Sí. En diciembre y enero perdimos. En febrero nos mantuvimos en un punto de equilibrio, que también fue un aprendizaje.

Nuestro negocio depende 100% del turismo externo. Hicimos un intento para acompañar a Uruguay en busca de ese turismo interno. Los uruguayos no podían salir al exterior. Tuvimos una prueba pero no funcionó, porque no generó un movimiento de turismo que fuera sustentable. Y en marzo llegó el exhorto a cerrar que duró hasta finales de setiembre. Hubo una obligación formal de estar cerrados. Fue duro pero estamos con el equipo de ingeniería y mantenimiento trabajando fuerte desde junio para poner a punto el hotel.

¿Cómo vienen en cuanto a clientes para los próximos meses?

Muy bien. La semana que viene recibiremos el primer chárter de los 30 –en realidad son 60 vuelos porque son ida y vuelta-. Ese primer chárter está lleno. Viene gente de San Pablo. Además ese mismo jueves está el vuelo regular de Aerolíneas Argentinas que trae a nuestros clientes. Estamos trayendo gente a través del aeropuerto de Carrasco también. Y aquellos que califican por nivel de gasto de juego están viniendo en aviones privados.

En noviembre además se suman los eventos por las finales de Copa Sudamericana y Libertadores, que generarán un flujo muy interesante de clientes brasileños. Diciembre también viene muy bien a nivel de reservas y expectativas.

Uruguay está dentro del top five a nivel mundial de países con mejor nivel de vacunación. Eso ha generado mucha seguridad. La gente se siente segura y con ganas de venir.

¿Cómo están percibiendo a los clientes?

El turista está viendo a Uruguay como un país seguro en términos sanitarios. Vemos mucha avidez. Hay que tener en cuenta que el público brasileño no pudo viajar a EEUU. Muchos brasileños quieren venir. A eso se suman los argentinos que no han podido darse vacunas que les permitan viajar a oros lugares.

Además está el hecho de no hacer cuarentena y el de sentirse protegidos en un país con el 75% de su población vacunada.

También, en las primeras reservas, se está viendo una tendencia a alargar los períodos de estadía.

Puede ser por la vacunación, por la complejidad del PCR y el otro PCR al séptimo día que lleva a decir ‘ya que voy me quedo más tiempo’.

El teletrabajo es algo que nos mencionan muchos. Nos preguntan si pueden tener una red dentro de la habitación. Están viendo la posibilidad de disfrutar de nuestras instalaciones con su familia segura y poder teletrabajar. Eso nos da el indicio de que están buscando quedarse más tiempo. El cliente está con la idea de, en vez de cuatro días, quedarse dos semanas. Las reservas están siendo en promedio por más tiempo. Esto nos permite tener la hipótesis de que el verano puede llegar a extenderse y que puede haber estadías por períodos más largos.

Lo único en contra es el tipo de cambio. Es lo que está jugando en contra a la hora de que un argentino elija Uruguay. Nuestro cliente no se fija en eso, pero igual algunas cosas estamos haciendo para aliviar. Por ejemplo, estamos cubriendo nosotros el PCR que se tienen que hacer el séptimo día para regresar. Tenemos una oficina de Atgen dentro del hotel. Se pueden hisopar a nuestro costo.

Mantuvimos nuestros precios; incluso los bajamos en muchas de nuestras propuestas gastronómicas.

¿Qué novedades tienen en cuanto a infraestructura?

Incorporamos una nueva propuesta: Enjoy Win-Sport Bar, de estilo americano con pantallas con deportes; es un ambiente lúdico. Transformamos donde estaba el Ovo Restaurante, e hicimos un sector más lúdico, con precios más bajos. Lo vemos para un segmento que va a buscar más precio que lujo.

El día que podamos abrir Ovo, pueden ingresar por ahí y hacer la previa.

También tenemos un layout de casino completamente distinto. Tiramos algunas paredes y logramos que el hotel converse con el casino. Un amigo americano hace poco me vino a visitar y me dijo “This is Vegas”, como que parece Las Vegas. Allí no hay divisiones, el hotel y casino es todo uno.

Cambiamos las mesas de lugar. Pusimos mesas de juego mirando el mar: vas a poder estar jugando y mirando el atardecer. Antes no era posible.

Eso se contrapone a una visión más tradicional de los casinos como lugares cerrados....

La gente está en un lugar de playa, quiere ver la playa, quiere disfrutar, integración. El nuestro es un complejo que tiene un casino. La gente viene al destino. Viene a Punta del Este al hotel. Los casinos que son de frecuencia, cercanos a las grandes urbes, son oscuros y uno pierde la noción del tiempo.

Nosotros estamos optando por otra filosofìa, de más apertura; que la gente no se sienta encerrada, que tenga libertad y se respeten los protocolos de distanciamiento.

Como líder, ¿qué le dejó la pandemia?

En estos 24 meses en los que prácticamente no pudimos operar, fue un orgullo haber ido a contramano de la industria y no haber despedido a un solo trabajador. Es realmente un hito. A nivel mundial se hicieron grandes recortes. Nosotros decidimos evitar eso, en negociación obviamente con el sindicato y el Ministerio de Trabajo. Sea por la via del seguro de paro, o por quitar beneficios existentes para que no fuera gasto adicional, pudieron mantenerse las fuentes de trabajo.

En la tormenta de la pandemia, con una reorganización judicial de Enjoy a nivel corporativo, una negociación sindical, rumores de venta, quiebra y no pago a proveedores, haber mantenido el barco a flote y que no se haya caído ningún tripulante para mí es un logro magnífico. Me siento orgulloso del trabajo del equipo.

Siempre lo digo: el activo más importante que tenemos es la gente que hace que la experiencia del cliente sea única. ¿Lo hace el edificio? Sí ¿Lo hace la infraestructura? También. Pero cuando competimos con Las Vegas o Montecarlo no les llegamos ni a los talones en infraestructura.

Nuestro activo fundamental es que el cliente dice ‘acá saben cómo me llamo, cómo tomo el café, qué le pasa a mi familia, se interesan si tengo algún problema. Decidimos estratégicamente cuidar eso.

Instauramos una red de emprendedores que hoy tiene 160 emprendimientos. Los apoyamos desde el punto de vista de conocimiento, canales, distribución. Repartimos canastas a los compañeros que no llegaban a fin de mes con el seguro o no lo recibían porque eran eventuales. Brindamos contención psicológica. Instauramos un seguro de sepelio y de vida.

Son mochilas de peso que les sacamos a nuestros funcionarios. Hoy recibimos de nuestra gente las ganas de volver como nunca.