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Intentos de homicidio, rapiñas a ómnibus: ¿quiénes son los presos por los que Susana Pereyra hizo gestiones de traslados?

Se trata de tres reclusos distintos y uno de ellos integraba la barra de Peñarol
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28 de marzo de 2023 a las 13:06

Cuando al exdirector del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) Gonzalo Larrosa lo indagaban por sus actuaciones en el cargo al momento de la fuga del mafioso italiano Rocco Morabito, él dijo que no había dispuesto ninguno de los traslados del narco Gerardo González Valencia para que pudiera verlo. Cuando lo consultaron si alguna vez había aceptado hacer algún traslado fuera del procedimiento correspondiente, Larrosa contestó que solo lo hizo a pedido de la diputada del Movimiento de Participación Popular (MPP), Susana Pereyra, esposa del entonces ministro del Interior, Eduardo Bonomi, según informó El País y confirmó El Observador.

A su vez, Larrosa entregó al Ministerio del Interior los chats en donde hubo al menos tres solicitudes de Pereyra para trasladar presos de un centro penitenciario a otro. Santo y Seña divulgó los chats a los que también accedió El Observador. Los tres presos a los que Pereyra le pidió el traslado son Emiliano Corbo (barrabrava de Peñarol), José Luis Mattos y Damián Garaza. Aunque cuentan con una larga lista de indagatorias por diferentes delitos, los tres fueron condenados al menos en una oportunidad. 

Mattos fue condenado en 2016 por tres delitos de rapiña consumados y una tentativa del mismo delito. La pena de primera instancia fue de siete años de prisión. En las cuatro oportunidades, intentó robar un ómnibus. La primera, en abril de ese año. De noche, ascendió a un ómnibus Cutcsa línea 195 a Buceo y amenazó de muerte al chofer para que le diera el dinero de la recaudación. Así, junto a un menor que lo acompañaba, se repartieron el botín de $5.994.

El 18 de junio robó tres ómnibus más. El primero, a las 7:40 de la mañana. Esta vez fue la línea 151, simulando tener un arma, amenazó al conductor, pero él lo tomó del brazo y logró evitar el robo. Pocos minutos después, a las 8:08, se subió a la línea 151 con un cuchillo con el que amenazó al chofer y le robó el dinero de la recaudación. A las 11:20 abordó la línea 151 con destino a Portones y amenazó al conductor diciéndole  “quédate quieto y no te pasa nada”. Así, logró robarle $3.000. Todo ello consta en la sentencia de condena a la que accedió El Observador

En un chat del 31 de julio de 2018, Pereyra le manda a Larrosa el nombre de la madre de Mattos y el del propio recluso. Acto seguido, le dice: “Capaz que se puede realojar en otro módulo, digo, no sé cómo viene la mano”.

A eso, Larrosa le contesta: “Lo que se pueda hacer lo hacemos. Tengo que ver bien el caso concreto que no arriesgue la vida del muchacho. Lo analizamos con la madre mañana mirando todas las posibilidades. Le aviso cuando termine la reunión con ella”. “Dice que no se quiso sumarse (sic) a la huelga”, le respondió Pereyra. “Ok. Antes de juntarme con la madre, me voy a munir de toda la información de la situación del hijo y luego con ella vemos el abanico de posibilidades”, agregó el entonces director del INR. La esposa del ministro cerró: “Sí claro es eso. Gracias”.

El segundo preso al que Pereyra pidió realojar es Damián Garaza. Si bien no lo refirió con nombre y apellido, le pasó a Larrosa el número de expediente que lo tiene a él como imputado. En marzo de 2017, Garaza fue condenado por tentativa de homicidio complejo especialmente agravado a la pena de cinco años y cuatro meses de prisión, según consta en la sentencia a la que accedió El Observador. A eso se le debía descontar la preventiva sufrida, que había sido de más de tres años. 

Garaza y un menor de edad iban conduciendo una moto cada uno cuando vieron regresar del trabajo a dos hombres, que también iban en moto. Se produjo un "cruce de miradas" que desató la ira de los primeros. Al llegar una de las víctimas a su casa, una de las motos los cruzó por delante y otra por detrás. Por eso, el primo de la víctima, que estaba en la casa, salió y comenzó a golpearse con ellos. 

En un momento Garaza se retiró y volvió con un arma. El primo del hombre lo notó y lo alertó: "No pares que tiene un arma", le dijo. Él aceleró la moto hacia su casa y cuando el acusado se encontraba a una distancia de entre dos y cuatro metros de las víctimas, realizó al menos tres disparos con un calibre 38. Al motociclista que volvía del trabajo le disparó en la pierna y el muslo y a su primo en la cabeza. Ninguno de los dos murió. Garaza descartó el arma.

El acusado admitió su participación en el evento y señaló: Fui a mi casa a agarrar un revólver porque estaba caliente… volví a la casa de ellos y ellos salían supongo a buscarme, frené y les tiré. Habré realizado no sé cuantos tiros, creo tres tiros como a media cuadra… tiré en dirección a ellos… era un 38”.

El 16 de octubre de 2018, Pereyra le mandó a Larrosa los datos de Garaza acompañados del siguiente texto: “Estimado, me hacen esta solicitud que te reenvío. Es hijo de policía y parece que le faltan dos meses para la libertad. Como siempre sujeto a la información que ustedes manejen que siempre es más completa que la que brinda la familia”.

Así, la diputada le envió el número de expediente judicial y le reenvió un mensaje que decía: “En los módulos 3, 5 y 11 lo quieren picar, en el 4 y 6 estuvo lo más bien, el padre es funcionario policial”. Larrosa le contestó: “Lo hago ver el caso mañana e informo. Saludos”.

Al otro día, le manifestó: “Buen día Susana. Se entrevistaron con este muchacho y en actas pidió ir al módulo 4. Lo pasan hoy para ese módulo”. La esposa del ministro le agradeció la gestión.

Al tercer recluso al que le pidió el traslado es Emiliano Corbo, conocido barrabrava de Peñarol. Fue condenado en dos oportunidades, según constató El Observador. La primera vez, por un delito de receptación cometido en el Chuy en el año 2007. 

En segunda instancia fue condenado por lesiones especialmente agravadas por un hecho ocurrido en 2018 y por el que Susana Pereyra pidió su traslado. En ese caso, el fiscal Fernando Valerio había pedido su imputación por tentativa de homicidio –lo que fue aceptado por la Justicia–, pero posteriormente llegaron a un acuerdo abreviado y el delito tipificado fue el de las lesiones. 

Según la sentencia, a la que accedió El Observador, Corbo asumió que él sacó un revolver y disparó a otro joven luego de una riña que se dio en un partido de fútbol el 27 de mayo de 2018 en el complejo deportivo Gonzalo de los Santos. Sobre las 10 de la mañana, luego de una pelea entre jugadores que ocurrió a raíz del resultado del partido, la víctima se retiró en una camioneta. Cuando llegó al empalme de la ruta 101, se dio cuenta que un vehículo Gol de color gris lo seguía alta velocidad. Lo conducía Corbo y cuando el auto de la víctima se detuvo, fue que él le disparó. 

“Estimado, podrás hacer algo por esta persona. Según me dicen va a estar poco tiempo y la familia no querría que fuera al Comcar", decía Pereyra en el chat en el que hizo la solicitud. Fue el 28 de noviembre de 2018, a las 15:46 horas, luego de pasarle el nombre y la cédula del preso.

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