2023 cierra con récord de denuncias de personas ausentes: así son las estrategias de Interpol para buscarlas

A esas búsquedas se suman las 26 que quedaron pendientes de 2022, las 15 de 2021, las 14 de 2020. En total, al 20 de diciembre, había 399 denuncias abiertas en las oficinas de Personas Ausentes.

Pero, detrás de cada número hubo o hay –incluso por muchos años– familias enteras que buscan a uno de sus seres queridos. Por eso, en Interpol dicen que el trabajo del departamento de Personas Ausentes "es muy social". 

Lo primero que dice el jefe del departamento de Personas Ausentes de Interpol, Miguel Pereira, cuando empieza a hablar del área es que hay que derribar "el mito de las 24 horas". Aquella creencia de que para denunciar la desaparición de una persona hay que esperar un día. "No importa la edad, si es mayor o menor. Si nota algo extraño, la persona no llegó a la hora de siempre, se radica la denuncia. Cuanto más calidad y más datos tenga, se va a ubicar más rápido", explica.

Pereira también explicó que en el Sistema de Gestión de Seguridad Pública del Ministerio del Interior hay una pestaña de personas ausentes y que si en la comisaría se toma la denuncia con esa calificación, automáticamente llega un correo al departamento de Personas Ausentes para que inicie la búsqueda. Pero si en la comisaría no se califica de esa forma, Interpol no se entera de esa desaparición.

En el equipo de Personas Ausentes trabajan 15 efectivos que buscan a las personas denunciadas como ausentes en cualquier parte del país. Hacen trabajo de escritorio y también buscan en territorio. Pero, además, trabajan dos psicólogas que les dan una contención primaria a las familias e incluso a sus compañeros de trabajo, que a veces se involucran con búsquedas hasta fuera del horario laboral, dijeron las autoridades.

Es que los efectivos que trabajan en Personas Ausentes, en Interpol, buscan todos los días. Buscan a las personas que desaparecen a diario y que generan un promedio de 20 denuncias cada día –que se resuelven prácticamente todas– y también hacen un registro de quienes están ausentes desde hace 10, 15 o 20 años. 

"Hay una o dos personas que están constantemente chequeando todos los casos de años anteriores. Verifican si fallecieron o no, se llama a la familia. A veces llamas y te dicen 'ah, está en España' porque, por ejemplo, cruzaron a Brasil y de ahí se fueron a España y no nos enteramos", explicó el jefe del departamento de Personas Ausentes.

Pero para Interpol la búsqueda no termina ahí. No vale que un tercero diga que apareció una persona para que la Policía dé por cerrado el caso, sino que debe haber un efectivo o un funcionario público o un médico, en caso de que la persona haya llegado a un hospital, que certifique por mail que la persona apareció y está bien. 

Pereira contó que hubo una persona que desapareció en 1994, su hija la denunció como ausente, e Interpol logró ubicarla recientemente con registros de Migraciones y huellas. La mujer estaba en Argentina y al recibir a Interpol de ese país, dijo que no quería tener contacto con su familia en Uruguay.

En lo que va del 2023 Interpol recibió denuncias de 7.007 personas desaparecidas, una cifra récord desde que se creó el área. De ellos, la Policía encontró a 6.778. 

Entre las denuncias hubo todo tipo de situaciones: la mitad fueron jóvenes que se fueron de hogares del INAU y no regresaron –en diciembre hubo un caso de una chica que se fugó 14 veces en el mes–, otro tanto son personas que desaparecieron y fueron víctimas de homicidios, otras que se fueron por voluntad propia y al encontrarlas prefirieron que sus familias no sepan su paradero.

Según el jefe del área, al cierre del año se aclara el 99,5% de las ausencias que se denunciaron. "El 0,5% restante o se fue del país, o fue un homicidio que todavía no se aclaró o es alguien que no quiere que se lo encuentre", explicó Pereira.

Para ilustrar esta última casuística, Pereira contó que hace unas semanas el departamento de Personas Ausentes recibió una notificación sobre una persona que buscaban y que estaba en Brasil hacía 11 años. "El hombre estaba bien, se fue y nunca informó nada, ni a la familia", dijo.

Sin embargo, según el relevamiento que hizo El Observador de algunas mujeres que están desaparecidas, hay varios casos de personas adictas o con vínculos con personas relacionadas con la explotación sexual y la trata de personas.

Detrás de los pasos: así busca Interpol

Cuando una comisaría recibe una denuncia de que una persona está ausente los efectivos hablan con la familia y tratan de recabar más datos de los que se narraron en la denuncia inicial porque todos los detalles, aunque parezcan insignificantes, pueden colaborar con la búsqueda.

A su vez, se hace una ronda de comunicación con todas las instituciones: Ministerio de Desarrollo Social (Mides), hospitales, mutualistas, Migraciones, INAU y todas las instituciones públicas o privadas que puedan tener algún tipo de vínculo con la persona ausente. Indagan sobre aspectos de la persona que puedan influir en su desaparición: si es consumidor de drogas, si tuvo intentos de suicidios, accidentes.

Mientras tanto, se sube una ficha personal en la web del Ministerio del Interior con algunos datos para que la población pueda informar sobre el posible paradero.

Para las búsquedas los efectivos de Personas Ausentes disponen con herramientas como la identificación de ADN de Policía Científica o el acceso a El Guardián si amerita realizar escuchas telefónicas, por ejemplo y se analizan las redes sociales. También se activa una alerta amarilla de Interpol que se utiliza para personas desaparecidas.

"Hay gente que no sabe que está denunciada. Cuando lo encontramos se fue del hospital y cuando le preguntamos por qué se fue nos dijo 'tuve que esperar ocho horas y me fui'. Hay desde esos casos hasta lo que pasó con Mariana", en referencia a la chica que estuvo 20 días desaparecida y fue encontrada muerta por su exnovio.

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Los casos son tan dispares y complejos entre sí, que Interpol se rige por una máxima: en una ausencia prima la voluntad de la persona. Si la voluntad es irse o ausentarse –y se comprueba– para la Policía no es una persona ausente.

"Si es mayor de edad y no tiene una discapacidad intelectual, al encontrarla una de las preguntas que hacemos es: '¿Querés que el denunciante sepa de tu paradero?', explicó Pereira. Si la persona dice que no, los efectivos le comunican que la persona está bien, pero que no quiere que sepan dónde está y el caso se cierra.

La Policía sabe que, en esos casos, hay una línea muy fina en la que se puede exponer a la persona, por ejemplo, a su agresor en casos de violencia doméstica si la mujer se fue porque era víctima y el hombre la denuncia como ausente para saber su paradero.

Las autoridades de Personas Ausentes repiten que el trabajo en esa área de la Policía tiene implicancias sociales y emocionales mayores que otras y que el cometido es siempre dar una noticia.

"Nosotros tratamos de darle una buena noticia a la familia o, al menos, darles una noticia para que puedan cerrar el ciclo. Que puedan salir de la incertidumbre. Siempre digo: la ausencia verdadera, es más difícil para la familia que un homicidio. En un homicidio se sabe dónde está el cuerpo, el arma, el duelo. La ausencia se sufre año a año y no se termina de cerrar".