Se acelera la legalización del cannabis y sus derivados

Como ha sucedido en cada una de las elecciones presidenciales estadounidenses, al mismo tiempo que se elige presidente varios estados plebiscitan el levantamiento de prohibiciones e invariablemente la libertad es lo que los ciudadanos eligen.

Hace 25 años, Bill Clinton en campaña electoral reconoció que había fumado pero argumentó infantilmente que “no había tragado el humo”. En esta campaña la vicepresidente electa Kamala Harris, dijo abiertamente en entrevistas radiales que ella había fumado y que apoyaba la legalización. En los años 90 el 25% de los estadounidenses apoyaba la legalización. La última encuesta de Gallup en las elecciones indicó una aprobación de 68%.

En estas elecciones la legalización quedó aprobada para uso recreativo por voto popular en Nueva Jersey, en Dakota del Sur, Arizona y Montana. En Misisipi quedó aprobado el uso medicinal. En todos los casos el resultado favorable fue amplio y abarcó a votantes de ambos partidos. Ya son 15 los estados que tienen una legalización generalizada y 36 los que habilitaron el cannabis medicinal. Con ese balance y la tendencia que la sostiene se espera una intensa discusión en 2021 para que la legalidad llegue a nivel Federal. Porque además la presión va desde los veteranos de guerra que la demandan para calmar el stress post traumático a otros casos más mundanos.

Como la señora Chris Nylen, veterana votante de Trump en el conservador estado de Arizona que explicó que “yo soy muy de la vieja escuela y no estoy interesada en usarla, pero he notado cuán bien le hace a mi perro para reducir su ansiedad y los dolores que le causa la artritis”. Porque el uso veterinario también se extiende.

Se sabe que Joe Biden apoyará activamente a la agricultura sobre bases ecológicas, regenerativa y que capture carbono. Y se sabe que el cáñamo es una planta que permite todo eso. Hay hasta expectativa de subsidios al cultivo.

A la vez, esta semana el Senado de México aprobó la legalización. Así que ahora los mexicanos podrán andar por la calle con hasta 28 gramos de flores sin contravenir a la ley y podrán plantar en sus casas hasta seis plantas u ocho si hay más de un consumidor en el hogar, podrán armar sus clubes y tendrán su Instituto de regulación. En los próximos seis meses “deberá quedar constituido el Instituto para la Regulación y Control del Cannabis, el cual deberá dar durante los primeros cinco años al menos el 40% de las licencias de cultivo a pueblos y comunidades indígenas, personas campesinas o ejidatarias, ejidos y comunidades agrarias en situación de marginación.” Con los avances de EEUU y México, que se suman a la legalización completa de Canadá, toda América del Norte está dejando la prohibición en el pasado. Una prohibición que alentó al narcotráfico y generó una violencia absurda. Una legalización que deja a Uruguay en el exacto lugar del país pequeño que muestra el camino de soluciones que luego se aplican a mayor escala.

Pero lo más importante para los intereses de Uruguay sucedió en Francia y en el sistema judicial europeo. La Corte Suprema de Justicia de la Unión Europea determinó que el CBD no es un narcótico y que la inhabilitación que el gobierno francés había hecho de un extracto de cannabis era ilegal bajo la normativa europea. Esto es realmente importante. El CBD o cannabidiol, es un componente clave del cannabis dado que es terapéutico y no psicoactivo. Y es un producto clave de exportación de Uruguay.

La intervención de la Unión Europea revirtió el caso, tras un juicio que llevó adelante la empresa Kanna Vape, que se vio impedida de comercializar aceites con CBD. “El tribunal nacional debe evaluar los datos científicos disponibles para asegurarse de que el riesgo que se alega para la salud pública sea real y no basado en consideraciones puramente hipotéticas”, escribió el tribunal en su fallo. “La decisión de prohibir la comercialización del CBD, constituye un obstáculo restrictivo para el comercio de productos fabricados y comercializados legalmente en otros estados miembros [de la UE], solo puede adoptarse si ese riesgo parece suficientemente establecido”.  Esto se suma a la jurisprudencia de la Organización Mundial de la Salud, que afirma que el CBD es “generalmente bien tolerado con un buen perfil de seguridad” y que no hay evidencia “de ningún problema relacionado con la salud pública asociado con el uso de CBD puro”.

Para Uruguay el fallo reafirma la gran oportunidad dada por el  marcado crecimiento en el uso de aceites, tinturas, cremas y otros productos de CBD por parte de personas que buscan aliviar el estrés y la ansiedad y reducir la inflamación.

Un estudio en el European Journal of Pain que cita The Guardian sugiere que el CBD aplicado a la piel puede ayudar a reducir el dolor artrítico, aunque indica que falta de evidencia clínica de su eficacia general y preocupación por la naturaleza no regulada del mercado del CBD.

El medicamento a base de CBD Epidiolex ya ha sido aprobado por las autoridades sanitarias de EE. UU. Y Europa para tratar dos tipos raros y graves de epilepsia infantil, el único fármaco de este tipo que ha recibido el estado hasta ahora.

En Argentina también la pasada fue una semana histórica, las madres que tienen pequeños con epilepsia, agrupadas en Mamá cultiva, celebraron que finalmente se les da el derecho a plantar y que habrá productos con CBD en las farmacias de elaboración argentina. Algo que aquí todavía tampoco es posible.

Urge encontrar herramientas financieras para que el cannabis pueda funcionar como cualquier cultivo, sigue siendo paradójico que no haya venta libre de flores de alto contenido de CBD en el mercado interno, ni se logren desarrollar medicamentos locales. Exportamos flores a Suiza, para  importar luego los medicamentos que los suizos hacen. Como si mandáramos ganado en pie al otro lado del mundo para importar luego la carne de nuestro propio ganado. Y a los turistas que lleguen desde Europa los condenamos al mercado negro.

El mundo avanza hacia la libertad y las decisiones tomadas en base a ciencia. Uruguay fue vanguardia en este tema, tiene una oportunidad de generar empleos en cantidad y de calidad invalorable. 

Una cadena agroindustrial que empieza en agricultura y termina en medicina, turismo, servicios, fintech, usando riego, invernaderos,  trazabilidad.  Puede despegar en el momento en el que desde la ganadería al turismo, la adversidad campea. El escenario externo se ha vuelto más favorable pero también más competitivo, las oportunidades están ahí, o las tomamos nosotros o las tomarán los demás.  En el rencuentro entre Homo sapiens y Cannabis sativa, la historia, no tiene marcha atrás.